Las cáscaras de naranja ofrecen beneficios para la salud: de reducir los niveles de colesterol a favorecer la digestión

Redacción El País
Las naranjas son conocidas no solo por su sabor y su jugo: también son ricas en nutrientes que contribuyen a diversas funciones del organismo. Sin embargo, a pesar de que se valoran por los beneficios de su pulpa, la cáscara —que comúnmente se desecha— también contiene componentes que pueden ofrecer beneficios significativos para la salud física y, tal vez algo sorpresivo, mental.

Además de vitamina C, antioxidantes y una gran cantidad de fibra, también contiene potasio, folatos y calcio. Eso ayuda al cuerpo a fortalecer el sistema inmunológico, mejora la digestión y estabiliza el sistema cardiovascular, siempre y cuando se coma la fruta entera (el jugo, sin la pulpa, no es suficiente).

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Además de las propiedades ya conocidas de la parte interna de la fruta, su parte externa es rica en flavonoides, aceites esenciales y fibra dietética. Diversos estudios ya señalaron mucas de las ventajas de las cáscaras de naranja. A continuación, algunas de estas:

Un estudio publicado en la revista Frontiers of Sustainable Food Systems reveló que las cáscaras de naranja tienen el potencial de reducir los triglicéridos, el colesterol total, la glucosa y la presión arterial sistólica —todos factores de riesgo para enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes.

Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), una cucharada de cáscara de naranja proporciona aproximadamente cuatro veces más fibra que la parte interior de la fruta. Asimismo, la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard informó que los alimentos ricos en fibra también tienen potencial para reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes.

Consumir la naranja entera —incluida la cáscara— puede reducir el riesgo de depresión en un 20%, según un estudio dirigido por el Dr. Raaj Mehta, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de Harvard y médico del Hospital General de Massachusetts. Según explicó a Harvard Gazette, esto podría deberse a que la naranja estimula el crecimiento de la Faecalibacterium prausnitzii (F. prausnitzii), un tipo de bacteria presente en el intestino humano que influye en la producción de los neurotransmisores serotonina y dopamina, conocidos por mejorar el estado de ánimo.

En 2023, el USDA publicó un comunicado en el que se reveló que Arland T. Hotchkiss, químico especializado en carbohidratos del Centro Regional de Investigación del Este de EE. UU. (ERRC), y sus colaboradores, demostraron por primera vez que la pectina —un tipo de carbohidrato presente en la cáscara de naranja— posee propiedades prebióticas.

— Los prebióticos son alimentos o nutrientes no digeribles que estimulan el crecimiento de bacterias probióticas beneficiosas en el intestino grueso. Estas promueven la salud y ayudan a prevenir el crecimiento de patógenos transmitidos por los alimentos, explicó Hotchkiss.

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Es una alternativa más sabrosa y agradable que consumir la cáscara en estado natural, ya que su sabor se suaviza al prepararla en infusión. El té de cáscara de naranja se elabora con la parte externa seca de la fruta, rica en aceites esenciales, flavonoides y antioxidantes naturales. Su consumo proporciona los beneficios mencionados anteriormente y, además, es valorado por sus efectos relajantes y saciantes.

Ingredientes:

• Cáscara de una naranja, preferiblemente orgánica (para evitar residuos de pesticidas)
• 1 litro de agua
• Ralladura de jengibre (opcional)
• Gotas de limón (opcional)

Modo de preparación:

1. Lava bien la naranja antes de pelarla, asegurándote de que la cáscara esté libre de impurezas.
2. Hierve el agua en una olla y añade la cáscara de naranja.
3. Deja hervir a fuego lento durante unos 10 a 15 minutos.
4. Si lo deseas, añade ralladura de jengibre y algunas gotas de limón para realzar el sabor.
5. Cuela la infusión y sírvela caliente en una taza.