Redacción El País
A los seis años, María Camila Casas ya vivía a dieta. Mientras sus amigos disfrutaban de la comida sin cuestionamientos, ella anhelaba ser delgada. El entorno familiar, marcado por el culto a la delgadez, convirtió su cuerpo en blanco de críticas.
A los 15 cayó en una montaña rusa de anorexia, bulimia y atracones. Hoy, con 28, puede decir que superó esa etapa y que ha dedicado su carrera a acompañar a otras personas en procesos similares. “No se trata solo de pacientes: los trastornos alimentarios también afectan a familias, parejas y amigos”, explica.
Casas es psicóloga clínica, con másteres en TCA y terapias de tercera generación. Se ha especializado en infancia, adolescencia y trauma complejo, y mantiene contacto constante con referentes internacionales como Eva Trujillo, pionera mexicana en el abordaje de estos trastornos.
Su experiencia la llevó a escribir Suelta la culpa al comer, su segundo libro tras Mi amigo el espejo. Más que un testimonio, ofrece herramientas prácticas para quienes buscan reconciliarse con la comida y el cuerpo. Incluye ejercicios de journaling y consejos basados en evidencia científica.
Uno de los capítulos más difíciles fue el del “cuerpo ideal vs. cuerpo real”. “Aceptar no significa resignarse. Es soltar esa idea aprendida de un cuerpo irreal y hacerle duelo, porque muchas veces no coincide con el que tenemos”, señala.
Casas insiste en que la aceptación corporal no es amarse siempre: “Es mirarse al espejo y no tratarse mal, aunque no me guste lo que vea. Es seguir alimentándome para estar sana y reconocer que este cuerpo me permite abrazar a mi familia, moverme, cumplir sueños”.
El libro también busca romper mitos. “Sí es posible sanar de un TCA. Y subir de peso no siempre es negativo: muchas veces significa ganar vida, vínculos y bienestar. Sanar no es perder el control, sino recuperarlo”, afirma.
En el proceso contó con el apoyo de especialistas y amigas que han atravesado trastornos alimentarios. También ha sido un camino de reconciliación familiar: “Mi familia entendió qué cosas no estaban bien y hoy hemos transformado la forma de relacionarnos con la comida y con los cuerpos”.
Con Suelta la culpa al comer, María Camila Casas se propone tender un puente entre la teoría y la vida real: una guía práctica para transitar el difícil, pero posible, camino de sanar la relación con la comida y el cuerpo.
En base a El Tiempo/GDA