Publicidad

MENTE

Cuatro hábitos poco saludables que son frecuentes y afectan nuestra salud mental

Aprender a gestionar las emociones es fundamental para potenciar nuestro desarrollo personal y mejorar el autoestima.

Compartir esta noticia
Triste, preocupada
Mujer triste.
Foto: Freepik.

Desarrollarnos como personas es importante para tener una relación sana con nosotros mismos y con los demás. Sin embargo, no es algo que suceda de la noche a la mañana, sino que requiere un proceso de introspección y autocuidado diario.

Este proceso de aprendizaje potencia el autoconocimiento, la autoestima, la autopercepción y la autoaceptación, y proporciona una mejor calidad de vida. Sin embargo, puede verse afectado cuando nos dejamos llevar por una serie de hábitos poco saludables. Es necesario reconocer estos hábitos para trabajarlos y continuar con nuestro desarrollo personal.

Hábitos poco saludables.

1. Evitar afrontar las situaciones.

Las personas que tienen este hábito perciben la vida como una serie de amenazas, en lugar de visualizar las oportunidades de crecimiento que se presentan en el camino. Además, se sienten incapaces de manejar y afrontar las adversidades, lo que obstaculiza el logro de sus metas y objetivos.

2. Priorizar la percepción de los demás.

Darle demasiada importancia a lo que piensan los demás parte de una necesidad innata de ser aprobados por nuestro entorno y por el miedo al rechazo. Para las personas que tienen este hábito, el concepto que guardan sobre sí mismas está basado en las opiniones de otras personas. Esto quiere decir que su autoestima, autoconfianza y validez como seres humanos depende únicamente de si los demás los perciben de forma positiva.

3. Vivir a través de las emociones negativas.

Las emociones negativas no deben ser reprimidas, pero el problema surge cuando nos aferramos permanentemente a ellas, lo que lleva a adoptar una perspectiva negativa y desalentadora. Lo más importante es darnos el espacio para vivirlas y entenderlas sin que alberguen nuestros pensamientos y determinen nuestros comportamientos y actitudes.

4. Culpar y sentirnos culpables.

Cuando nos autoculpamos, tenemos la sensación de estar atrapados en un ciclo de rumiación en el que nos centramos únicamente en nuestros errores y le damos vuelta a las consecuencias de nuestros actos. Como resultado, podemos experimentar niveles altos de ansiedad e inclusive desarrollar depresión. No obstante, la otra cara de la moneda se centra en esta inhibición y total falta de responsabilidad por asumir nuestras fallas, por lo que culpamos a los demás, cuestión que puede generar resentimientos e impactar en nuestras relaciones interpersonales.

En caso de sentirlo necesario, siempre podemos acudir donde un especialista de la salud mental para que nos acompañe en este proceso de mejora continua.

(Por El Comercio GDA)

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad