Milenka Duarte, El Comercio/GDA
Según el doctor Juan Loo, médico ocupacional de Howden Perú, la actividad física ayuda a prevenir enfermedades no transmisibles como las patologías cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. Además, disminuye los síntomas de la depresión y la ansiedad y favorecer la salud cerebral y el bienestar general.
Sin embargo, ¿es mejor el cardio o el entrenamiento de fuerza? Por un lado, los fanáticos del running y el spinning afirman que nada supera la sensación de libertad y resistencia que aporta el cardio, así como su efectividad para quemar calorías. Por otro, los entusiastas del gimnasio sostienen que levantar pesas no solo define los músculos, sino que también acelera el metabolismo y mejora la composición corporal. ¿Qué dicen los expertos?
Los beneficios del cardio y el entrenamiento de fuerza
Según Cecilia Cuevas, cardióloga de la Clínica Ricardo Palma, el ejercicio cardiovascular, también conocido como aeróbico, requiere un alto consumo de energía y es ampliamente reconocido por sus efectos positivos en el sistema respiratorio y en la salud del corazón. Diversos estudios han demostrado que la práctica regular de este tipo de ejercicio provoca adaptaciones beneficiosas en el corazón, como un ligero aumento de su tamaño debido a un engrosamiento simétrico de sus paredes, lo que mejora su capacidad de bombeo. Además, reduce la frecuencia cardíaca en reposo y mejora la irrigación sanguínea hacia el músculo cardíaco.

Asimismo, el doctor Polo Monzon Robert Edgard, cardiólogo de SANNA Chacarilla, añadió que el cardio mejora la circulación colateral a nivel coronario, regula la presión arterial, reduce los niveles de colesterol LDL (“malo”) y aumenta el colesterol HDL (“bueno”), al igual que redistribuye la grasa visceral, lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas.
“El cardio también mejora la resistencia muscular, especialmente en las piernas, aunque no produce un aumento significativo de la masa muscular. Es una de las formas más efectivas de quemar calorías, no solo durante el ejercicio sino también después, gracias al fenómeno conocido como exceso de consumo de oxígeno post-ejercicio (EPOC)”, refirió Sergio Pérez, preparador físico y jefe del departamento técnico de Smart Fit.
Por su parte, el entrenamiento de fuerza no solo incrementa la masa muscular y fortalece los huesos, sino que también acelera el metabolismo en reposo, ayudando a controlar el peso. Además, es clave para prevenir la sarcopenia con el envejecimiento y mejorar la estabilidad articular.
También reduce el riesgo de osteoporosis y protege los músculos que sostienen las articulaciones, lo que puede prevenir lesiones.

¿Existe un ejercicio mejor que otro?
Según el doctor Gustavo Saravia, ambos tipos de ejercicios son complementarios y tienen beneficios únicos, por lo que no hay uno superior al otro. Por un lado, el ejercicio cardiovascular mejora la capacidad cardiopulmonar y el entrenamiento de fuerza ayuda a mantener y desarrollar la masa muscular.
“Por ejemplo, aunque el entrenamiento de fuerza puede mejorar la salud cardiovascular, no suele ser suficiente por sí solo para obtener los mismos beneficios que el ejercicio aeróbico. Se recomienda incluir una combinación de ambos para maximizar los beneficios cardiovasculares”, sostuvo el cardiólogo de Clínica Internacional, José Manuel Sosa.
Aunque la intensidad, duración y frecuencia de estos ejercicios deben ajustarse a las necesidades y capacidades individuales, Sergio Pérez recomienda tres formas efectivas de estructurar una rutina clave para una salud óptima:
- Días alternos: Dedicá días específicos a cada tipo de entrenamiento. Por ejemplo, pesas los lunes, miércoles y viernes, y cardio los martes, jueves y sábados.
- Sesiones combinadas: Integrá ambos en un solo entrenamiento. Podés empezar con pesas y luego hacer cardio, o al revés, según tus objetivos.
- Entrenamiento en circuito: Mezclá ejercicios de fuerza y cardio en una misma sesión, alternándolos sin descanso para maximizar el rendimiento.
“Los resultados del ejercicio no siempre se reflejan en la balanza, pero sí en una mejor calidad de vida. La práctica regular de cardio y pesas mejora la resistencia en pocas semanas, aumenta la fuerza en un período de 4 a 8 semanas y, con el tiempo, genera cambios visibles en la masa muscular. En ambos casos, una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, junto con una adecuada hidratación, es fundamental para potenciar los beneficios del ejercicio y mejorar la salud en general”, concluyó Pérez.