Sydney, Australia - Cientos de soldados y voluntarios llegaron hoy a la zona asolada ayer por el ciclón "Larry", que causó daños millonarios y obligó a declarar el estado de emergencia en esa parte del nordeste de Australia.
Las tareas de limpieza pueden durar meses, advirtió el líder del estado de Queensland (nordeste), Peter Beattie, tras hablar con los servicios de emergencia, la policía y el ejército, según la cadena "Channel Seven".
El personal que ayuda a los damnificados trabaja a contrarreloj para evitar que al situación se agrave, ante la posibilidad de que broten epidemias.
Los primeros envíos del ejército australiano salieron por carretera anoche desde Townsville, localidad de Queensland a unos 1.800 kilómetros al norte de Canberra, con cocinas de campamento, comida, agua y tiendas, según un comunicado del Ministerio de Defensa.
Un segundo grupo de soldados partió hoy con equipos purificadores de agua y personal médico.
Agentes de la Policía y de Tráfico han empezado a limpiar las calles y carreteras que quedaron intransitables por los árboles y postes eléctricos derribados por el ciclón.
Beattie recomendó a la población que quedó desplazada que aguante un poco y que no vuelva hasta que los servicios mínimos se hayan restablecido.
El ciclón "Larry" no causó muertos ni heridos graves, pero las autoridades sanitarias están preocupadas porque los daños a las infraestructuras y los servicios favorezcan la propagación de enfermedades como el dengue, que se transmite por la picadura de mosquitos que se reproducen en aguas estancadas de regiones tropicales.
El propio Beattie identificó el dengue como una de las principales amenazas.
Los equipos encargados de la reconstrucción de la zona por donde pasó el ciclón con vientos de hasta 300 kilómetros por hora tienen por delante un trabajo monumental, con centenares de viviendas destruidas y miles de edificios dañados.
El pueblo de Babinda, con una 1.400 habitantes, a unos 50 kilómetros al sur de Cairns, la capital del estado, ha sido la población más perjudicada después de que el 80 por ciento de sus casas resultaran destruidas.
El ejército instaló hoy diez generadores eléctricos, pero se cree que al menos un centenar de personas tendrá que permanecer en refugios de emergencia durante una temporada, según la nota del Ministerio de Defensa.
Unas 80.000 viviendas siguen sin electricidad, 30.000 no tienen teléfono y se teme que en la región de Mareeba, también al sur de Cairns, los suministros de alimentos se agoten antes de cinco días.
Según fuentes oficiales, los primeros cálculos indican que los daños materiales superarán los 350 millones de dólares y que la reconstrucción puede costar hasta 750 millones de dólares.
La Organización de Seguros para Respuesta de Desastres informó de que ya se han presentado más de 1.400 reclamaciones e indicó que no se podrán hacer estimaciones válidas hasta dentro de unos días, cuando se haya podido acceder a las áreas más afectadas.
El gobernante de Queensland se comprometió a pedir ayudas al primer ministro de Australia, John Howard, cuando visite el área afectada mañana, no sólo para los que han perdido sus propiedades, sino también para los agricultores.
Howard destacó hoy la solidaridad del gobierno de Estados Unidos, cuyo presidente, George W. Bush, le llamó para ofrecerle ayuda, señaló la cadena ABC.
Según Howard, las llamadas de ánimo y para ofrecer apoyo por parte de los estadounidenses colapsaron los teléfonos de la embajada australiana en Washington.
El destructor ciclón "Larry", comparado por su fuerza al huracán Katrina , que asoló Nueva Orleans (EE.UU.) el año pasado, se transformó hoy en una tormenta tropical al perder fuerza camino de la remota región del Golfo de Carpentaria, en el extremo nororiental de Australia.
Los meteorólogos tiene ahora puesta la atención en el ciclón "Wati", que prevén llegará en dos días a la costa de Queensland y esperan que entonces gire hacia el sur y avance en paralelo al litoral sin causar la destrucción de su predecesor.
EFE