París - El presidente francés, Jacques Chirac, el primer ministro británico, Tony Blair, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidieron hoy un renovado y apremiante esfuerzo a favor de los países en desarrollo, especialmente en Africa.
Los tres intervinieron ante los dirigentes de unas 140 empresas de 33 países congregados en el Elíseo para una reunión del Pacto Mundial , iniciativa lanzada en el año 2000 por la ONU para alentar a las empresas a respetar los derechos humanos, sociales y laborales, y el medio ambiente, especialmente en los países en desarrollo.
La reunión se produce a algo más de un mes de la cumbre del G8 (los siete países más industrializados y Rusia) en Gleneagles (Escocia, Reino Unido) y a tres meses de la de Nueva York sobre el primer balance de los Objetivos del Milenio para reducir la pobreza en el mundo.
El mundo será un lugar muy diferente si se cumplen las metas en el plazo fijado de 2015, dijo el secretario general de la ONU.
500 millones de personas habrán salido de la pobreza extrema, más de 300 millones habrán dejado de padecer hambre, 30 millones de niños estarán salvados de la muerte por enfermedades evitables, y 115 millones de menores recibirán educación primaria en lugar de estar trabajando en fábricas o el campo, recalcó Annan.
Africa, el continente más afectado e ignorado, recibirá una nueva oportunidad , agregó Annan, para quien se necesita con urgencia esfuerzos más intensos para alcanzar esos objetivos.
El primer ministro británico, por su parte, afirmó que si continuamos al ritmo observado hasta ahora, nunca alcanzaremos para 2015 los Objetivos del Milenio.
Es fundamental que demos un nuevo impulso y se aumenten los flujos de ayuda a favor de Africa, subrayó Blair.
Chirac, por su parte, afirmó que en la cumbre de Nueva York "tendremos que tomar decisiones valientes y concretas".
Insistió en que en la cumbre del G8 en Gleneagles habrá que consagrar garantías significativas de que el acuerdo recién anunciado para cancelar la deuda multilateral de los países muy pobres (por valor de 40.000 millones de dólares) sea financiado con recursos nuevos y no por una mera reasignación de los medios actuales del FMI, Banco Mundial y Banco Africano de Desarrollo.
Esto es clave, dijo, para que el acuerdo de cancelación, un avance muy importante , no afecte a la capacidad de financiación de proyectos de estas instituciones en los países pobres.
Para Chirac, el acuerdo sobre la deuda no es más que una primera y modesta etapa : Ahora debemos concentrar todos nuestros esfuerzos de aquí a la cumbre de Gleneagles para obtener nuevos avances en la vía de financiaciones nuevas, ya que se requieren cada año unos 50.000 millones de dólares adicionales en ayuda al desarrollo para poder cumplir los Objetivos del Milenio.
Chirac, que una vez más defendió una tasa internacional de solidaridad sobre los billetes de avión, dijo que el producto de este primer instrumento debería ser destinado a la compra de medicamentos contra el sida, la tuberculosis y el paludismo.
Anunció que Francia doblará en 2007, hasta 300 millones de euros, su contribución al Fondo Mundial contra estas tres enfermedades.
En un claro mensaje a los empresarios, advirtió de que "la carrera por la oferta más baja social y ambiental es una carrera hacia el abismo", aunque pueda aportar un beneficio "ilusorio a corto plazo".
Una carrera que "compromete el futuro mismo de la humanidad, mediante el derroche de los bienes públicos mundiales, la destrucción de la biodiversidad o el recalentamiento del clima. Una carrera que arroja a la exclusión a cientos de millones de mujeres y hombres", afirmó el presidente francés.
Recalcó que hay una alternativa a esta carrera loca : "humanizar y controlar la globalización. Sentar las bases de un crecimiento más duradero y mejor repartido. Esta es la verdadera racionalidad económica".
Chirac advirtió de que "no podremos dejar indefinidamente al margen del mundo a esa parte de la humanidad hoy relegada detrás de los muros de nuestra indiferencia , ya que esta situación entraña una amenaza creciente y un espantoso desperdicio".
"Estos cientos de personas que hoy agotan sus energías en el combate cotidiano de la supervivencia pueden ser, si les damos la oportunidad, el futuro del crecimiento mundial", dijo Chirac, quien, al igual que Annan, insistió en que las empresas dejen de concentrar sus inversiones en un puñado de países.
EFE