Países árabes sunitas temen que surja un poder chiíta en Irak

Egipto - Los países árabes, en su mayoría sunitas, temen que surja en la proximas elecciones del 30 de enero un poder chiíta en Irak, lo cual haría aumentar la influencia regional de Irán.

"Para decirlo claramente, los países arabes multiplican las declaraciones sobre la necesidad de que las elecciones en Irak sean globales, pero de hecho cuentan facilitar y garantizar la participación de los sunitas a quienes desean ver ganar las elecciones", subrayó un alto responsable árabe que desea guardar el anonimato.

Se trata de una de las principales inquietudes en trascender durante la conferencia internacional sobre Irak reunida ayer y hoy en Charm El Cheij.

Frente a la alianza chiíta que se está formando en Irak, contrariamente a la dispersión de los grupúsculos sunitas, la mayoría de los países árabes, que son sunitas, ven con inquietud perfilarse un eje chiíta extendiéndose de Irán a Irak y que encontraría afinidades en Siria, aliado de Teherán, y en el Líbano donde el Hezbola chiíta obtuvo el estatuto de partido político.

Si fuese creado, este eje será esencialmente anti-estadounidense, se opondrá a todas negociaciones de paz con Israel y no encajará dentro de la visión norteamericana del Gran Medio Oriente. democrático. Es por eso que Washington hará todo para que fracase", estimó un responsable árabe que pidió mantener el anonimato.

"Haciendo presión por que haya elecciones rápidamente, mientras que los sunitas son regularmente bombardeados en el triángulo de Faluya, Estados Unidos podría obtener el resultado opuesto a sus deseos", agregó esta fuente.

El punto de vista de los sunitas árabes es compartido por países occidentales, incluyendo Francia, que temen la emergencia de una influencia iraní en Irak, según los analistas.

Los países árabes sunitas del Golfo, que cuentan con una población iraní importante, temen además que un poder chiíta en Irak tenga consecuencias nefastas para su propia estabilidad y, a largo plazo, cuestione su independencia, indicó otro responsable árabe.

"Cuando el ministro saudí de Relaciones Exteriores Saud El-Faizal insiste más sobre la globalidad del proceso electoral que sobre la fecha de las elecciones, que no debe ser sagrada , según él, expresa la inquietud de los países del Golfo que quieren alejar el espectro chiíta garantizando una participación sunita en las elecciones", estimó este alto responsable que se mantuvo anónimo.

Jordania, vecina de Irak y que ha acogido a gran número de iraquíes, también está interesada en que los sunitas ganen las elecciones en Irak.

Por otra parte, hace dos meses, Amman propuso ser sede de una reunión de los diferentes grupos sunitas, con el asentimiento del primer ministro iraquí Iyad Alaui, para ayudarles a coordinar sus esfuerzos a construir un frente unido en las elecciones, indicaron a la AFP responsables árabes.

Pero la idea de este encuentro, que habría sido muy marcadamente sunita, finalmente no fue retenida.

El jefe de la democracia jordana reiteró la posición de Jordania, expresada en varias oportunidades por el rey Abdalá II, que la seguridad debe prevalecer en Irak para asegurar una participación de todos los iraquíes en estas elecciones.

AFP

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