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Los Wagner, una familia para explicar Alemania

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Qué hay del clan que fundaron Richard y Cósima, Cósima, la hija ilegítima de Franz Listz con una condesa francesa, que abandonó a su esposo, el pianista y director Hans Von Büllow, para vivir con Wagner a quien dio tres hijos y sobrevivió 47 años? Durante más de un siglo, a pesar de dos guerras mundiales, la dictadura nazi y la ocupación extranjera, los Wagner han tenido a su cargo el festival de Bayreuth, donde han sido anfitriones de las más grandes y pavorosas figuras de las artes y la política y han batallado entre sí como los guerreros de los dramas musicales interpretados en escena. Para bien o para mal, son la familia más famosa de Alemania.

(...) Todos los veranos, la ceremonia con la que arranca la nueva temporada de Bayreuth constituye una de las ocasiones sociales de más brillo en Alemania. En el Festspielhaus (teatro del festival), que se encuentra sobre una colina en las afueras, Wolfgang (nieto del fundador de clan), junto con su esposa e hija, recibe a los notables que visitan la localidad, como los miembros de la realeza, al tiempo que el gentío y las cámaras se apiñan a la entrada. En la década de 1930, Winifred (nuera de Richard Wagner) ocupaba ese mismo lugar en medio de una muchedumbre que vitoreaba histéricamente a Hitler y a su séquito. Cuando se celebró el primer festival de la historia, en 1876, fue el maestro en persona quien recibió una cohorte de invitados que iban desde el káiser y el rey de Baviera a Nietzsche, Liszt y Bruckner, por no mencionar el enjambre de millonarios de los que Wagner esperaba, casi siempre en vano, extraer nuevos fondos para el mantenimiento de su empresa, gravemente endeudada. Espectadores y artistas se suceden; un kaiser deja lugar a un Führer al que sigue una sucesión de presidentes federales democráticamente electos pero el programa se mantiene invariable: las obras de Wagner (no todas ellas) interpretadas en el teatro que construyó Wagner y que sigue dirigiendo, aunque ya no sea su propietario, otro Wagner. Todo el que busque pruebas de continuidad a largo plazo en Alemania, una búsqueda no siempre fácil, sin duda las encontrará en este rincón sin pretensiones del norte de Baviera.

A juzgar por su papel y su historia, parece adecuado considerar a los Wagner "alemanes de pies a cabeza", o, sencillamente typisch Deutsch. (...) Gracias a Goethe, Schiller, Kant y Schopenhauer, Alemania está considerada desde tiempos remotos una tierra de poetas y pensadores particularmente profundos. Gracias a Bach, Beethoven y Brahms y -cómo no- Wagner, la música en todo su poder expresivo y con toda sus sustancia indefinible ha sido considerada la más alemana de las artes. Qué extraño, por consiguiente, es que estos "señores del aéreo reino de los sueños", como definiera Heine a sus compatriotas, empleando una ironía sólo tibia, hayan sido al mismo tiempo tan industriosos, tan eficazmente organizados, tan dignos e incluso, sí, tan tercos. Y a la vista de todo ello, qué insondable resulta que este mismo pueblo, en su ansiedad por afirmarse y ocupar su Lebensraum (espacio vital), haya desencadenado matanzas tan descomunales y les haya provocado tanta desdicha a sus vecinos e incluso a sí mismo.

A nadie le desconcertaban más sus compatriotas como al propio Wagner. En un ensayo titulado ¿Qué es lo alemán? pretendió llegar al fondo de la cuestión. Podría haberse limitado a responder: "Yo, en todo mi genio explosivo, en todas mis contradicciones". En cambio, tras un largo discurso sobre arte y política, sazonado con algunas de sus arremetidas tristemente habituales contra los judíos, el Maestro llegó a la conclusión de que se hallaba perplejo ante la pregunta. Otros, a su entender, deberían explorarla más a fondo. Son muchos los que lo han hecho, pero al cabo de un siglo, las respuestas siguen siendo insólitamente escurridizas. Con respecto a los Wagner es preciso señalar que los más furibundamente nacionalistas ingresaron a la familia por vía matrimonial y sin haber siquiera nacido en Alemania. Como suele decirse, fueron o llegaron a ser, "más alemanes que los propios alemanes". En cuanto a otros miembros del clan, es asombroso cuántos, incluido el propio Richard, se encontraban a menudo más cómodos y seguros en lugares fuera de las fronteras de la esforzada Vaterland. No cabe duda de que eso tiene algo de typsch Deutsch. Quienes busquen pruebas del carácter nacional alemán en la saga de los Wagner, sin dudas la hallarán en abundancia; aunque también, posiblemente se lleven alguna que otra sorpresa.

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