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Romances fugaces e intensos

| La temperatura y el tiempo libre facilitan el inicio de las nuevas relaciones. Y, si están las reglas claras, los amores de verano favorecen el crecimiento personal.

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GABRIELA CORTIZAS

Empezó y terminó en Santa Teresa. Sofía había salido con su mejor amiga a bailar, a tomar algún trago y "relojear el ambiente". El clima acompañaba, estaba muy caluroso y evidentemente se acercaba una tormenta. De repente, apareció Thiago, un brasileño "muy amable", como lo describen, además de "tremendo bombonazo". Pelo castaño y lacio, barba incipiente y la tez casi tan blanca como la sonrisa, a pesar de los días al sol. El nuevo amigo de Sofía se quedó charlando toda la noche y los temas fueron muy variados: desde los lugares que habían visitado hasta filosofía y mística andina.

Algo surgió. Mientras su amiga bailaba, Sofía se quedó "mimoseando" con el nuevo "garoto". Después bailaron los tres. Y, entre cumbias y alguna samba, terminaron la noche en el campamento de Thiago, danzando al "son de tambores y guitarras" bajo la lluvia. Fue mágico.

Él le pidió su dirección de e-mail, Sofía le dijo que "después", y ambos se olvidaron. El día siguiente fue de partidas: Thiago regresó a Brasil y Sofía y sus amigas a Montevideo. Nunca más se vieron.

No hubo desilusión ni tristeza. Quizá, si el contacto hubiera seguido, la historia hubiera perdido algo de magia. Ambos sabían que iba a pasar, aunque es probable que Sofía sienta cierta "saudade".

Lo que define a los amores de verano, según el psicólogo gestáltico Álvaro Alcuri, es la "fugacidad". Comienzan y terminan rápido, muchas veces, presionados por las circunstancias y el regreso a la rutina.

Se cree que el calor y las vacaciones son los mejores afrodisíacos y desinhibidores, pero no aseguran el comienzo de un vínculo a largo plazo. Esto no quiere decir que toda relación que comience después del 21 de diciembre caduque el 21 de marzo. Lo que sí hay que tener claro, según el especialista, son las reglas del juego.

Algunos creen que "en el amor y la guerra todo se vale", dice Alcuri. Por eso hay que tener cuidado y "tomar las cosas como son". "Lo corto del amor no necesariamente lo vuelve insignificante. Quizá debemos entenderlo como una etapa de crecimiento personal. Aunque no dure toda la vida, es algo importante", afirma.

Para el experto, este tipo de "pseudo-relaciones" son desafíos personales. No se trata de enamorarse de alguien, sino de estar enamorado. Involucra el "conquistar y ser conquistados sin mayor trámite. Lo que importa es ganar y no tanto tener una relación".

En este tipo de involucramiento el otro no es tan determinante, no hay demasiados requerimientos y las expectativas se basan más en un logro personal que en encontrar a la media naranja. "No es en realidad una verdadera relación amorosa, no hay compromisos, ni siquiera conocemos bien al otro", dice Alcuri y agrega que el objetivo es un "logro narcisista" como un premio.

sexo casual. Por su parte, el psiquiatra y director de la Clínica Másters, Carlos Moreira, agrega que el verano facilita el acceso a las relaciones sexuales: "El calor aumenta la testosterona, aumenta el deseo y aligera las ropas". El contacto entre las personas es más cercano, piel con piel, y los apuros no son para cumplir con las obligaciones, sino para alcanzar el placer. En los países tropicales, dice Moreira, son mucho más frecuentes las relaciones sexuales e incluso la aparición de fantasías, lo que refleja el tipo de comportamiento que favorecen los climas cálidos. "Cosas que se incuban durante el año florecen muchas veces en vacaciones", señala y agrega que con altas temperaturas el sexo se da "más libremente y sin mayores consecuencias".

Otro ejemplo que expuso el experto es la zafra que experimenta su clínica sexológica los últimos 15 días del año. "Parecería que el primero de enero se acaba el mundo", afirma. Y las consultas son varias: desde eyaculación precoz hasta falta de deseo. Hombres y mujeres concurren a la consulta, queriendo soluciones "para ayer". Muchos pacientes pretenden resolver antes de que termine el año problemas que arrastran desde el verano pasado; otros quieren ponerse a punto para disfrutar el que viene.

El sexólogo Gastón Boero, en cambio, le saca importancia al calor y afirma que es el tiempo libre el que puede favorecer la aparición de los amores de verano. Los protagonistas, asegura, son los jóvenes, ya que las parejas no aumentan su frecuencia sexual en función del cambio de rutina.

No hay edad ni género para protagonizar alguna de estas historias, pero en general, como afirman los especialistas, son vividas en los primeros años de la adolescencia. "Seducir y ser seducidos es una de las cosas más importantes en los primeros años de la juventud y el romance de verano cuadra perfecto en esta categoría", afirma Alcuri.

Sin embargo, hay quienes sí salen lastimados. "Los más ingenuos, los más inmaduros, son los que corren más riesgos. Pero los que tienen claro a qué atenerse saben que termina el verano y chau", dice el terapeuta. Cree, sin embargo, que son experiencias que hay que vivir, ya que son protagonistas de una parte fundamental de la formación de cualquier persona.

También hay historias que nacen como amores de verano pero logran resistir hasta el frío polar. Una de ellas es la de Paola, quien una temporada se tuvo que conformar con las piscinas de su Rivera natal. El sacrificio rindió frutos: conoció a Felipe. Siempre los quisieron presentar, pero Paola no accedía. Finalmente se dio. Se cruzaron en el Centro, "hubo conexión", él la siguió y le dio un "beso impresionante". Todo se daba para que fuera intenso pero no durara.

A los dos meses Paola volvió a estudiar a Montevideo, mientras Felipe terminaba el liceo en el norte. Sí, encima ella era "más grande". Un año soportaron la distancia, luego él la siguió a la capital y ya hace tres años que están juntos.

Según Alcuri, la experiencia en el consultorio indica que este caso pertenece a una minoría. En general, "cuando termina el verano se desvanece esa especie de cuento", la relación se estanca en el "enamoramiento" y, finalmente, se corta.

"Las personas que intentan que un romance de verano continúe, probablemente estén profundizando sus heridas o aumentando el golpe que se van a dar", aunque aclara que puede suceder. Existen relaciones que soportan cualquier temperatura y escenario, pero, en estos casos, pierden el título con el que comenzaron y dejan de ser amores de verano.

Amores de verano al cine

Los romances veraniegos no entienden de fronteras. Una prueba de esto es la cantidad de películas que se rodaron sobre el tema en todo el mundo.

Verano del 42. Un adolescente deja de lado los juegos en la playa para enamorarse de una mujer adulta que atraviesa las peores circunstancias.

The Notebook. Cuenta la historia de dos jóvenes que se conocen en verano y hacen perdurar su amor mediante cartas, superando la distancia y la oposición familiar.

Crossroads. Recién graduada, Lucy (Britney Spears) decide ir tras sus sueños con sus amigas, conociendo durante el viaje a su primer amor.

Grease. Los personajes de John Travolta y Olivia Newton-John se conocen en verano, pero su amor continúa en el instituto.

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