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Sorpresiva invasión de arañas tras la creciente

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"Son arañas inofensivas", aclaró Prigioni.

Un fenómeno muy particular se vive por estas horas cerca de la localidad de Vergara, en Treinta y Tres: luego de las intensas lluvias que azotaron ese departamento, a los pobladores les toca padecer una plaga de millones de arañas que se asentaron sobre el paisaje de los campos agrestes cerca del río Olimar.

Donde se puede constatar con mayor precisión la presencia de millones de arañas pequeñas es en la banquina de la Ruta 18 y en los carteles señalizadores. En efecto, en el kilómetro 345 de esa ruta, en los accesos a Vergara, se observa un importante cantidad de telarañas y arañas pequeñas.

"Le dicen baba del diablo", explicó a El País Juan Santos, un vecino del lugar, quien comentó lo que vio en la tarde de ayer, después de las lluvias y que aún se puede ver a simple vista. "Las telarañas blanquean en los campos como si fuese nieve", dijo Santos. "Son pequeños hilos de tela de araña cubriendo todo el paisaje" señaló.

Martín Vázquez, periodista de Mega FM de Vergara, relató que son cerca de 500 metros a lo largo de la Ruta 18 donde se puede ver una "manta blanca que parece seda", indicó.

Sánchez agregó que desde el cercano Pueblo Rincón "muchas personas han reportado el fenómeno a la radio". Las arañas se posan en todas partes y "son de tamaño pequeño, se amontonan como si fuesen abejas", sostuvo el periodista.

Arácnidos del tipo Lycosa o Polybetes; están siendo investigados en el Instituto Clemente Estable.
Arácnidos del tipo Lycosa o Polybetes; están siendo investigados en el Instituto Clemente Estable.

Sorpresa.

El biólogo Carlos Prigioni, residente en la zona, se mostró sorprendido. El experto dijo que en 50 años que tiene en la profesión de investigar seres vivos, nunca había visto este fenómeno tan extraño.

"Recibimos varias llamadas de gente de la zona, entre ellas de autoridades de la Intendencia de Treinta y Tres y concurrimos al lugar. Justo en el arroyo llamado Arroyito, en la Ruta 18, pude observar este fenómeno", indicó el especialista.

"Yo, en 50 años de trabajar como biólogo nunca había visto antes esa invasión de arañas voladoras que generan una tela muy larga y delgada de color blanco, como un velo, que se extiende por kilómetros y cuando encuentran un obstáculo, como árboles, por ejemplo, o las barandas del puente o los carteles en la carretera, ahí se detienen, quedan enganchadas y comienzan a llenar de esa manta que al mirar impresiona", dijo Prigioni.

No hay riesgo.

"Son arañas inofensivas", aclaró Prigioni. No obstante, se trata de arácnidos que "se reproducen fácilmente por el clima, temperaturas elevadas y humedad; eso hace que tengan una explosión de reproducción", indicó el técnico.

En ese marco, el biólogo pidió apoyo técnico a colegas.

"Pedimos la presencia de técnicos del Instituto de Investigaciones Clemente Estable para que vengan a ver este fenómeno", señaló.

El cambio climático, la modificación del terreno como consecuencia de las precipitaciones y temperaturas muy cambiantes, podrían ser la causas de la aparición de estas arañas, indicó Prigioni, aunque prefirió no ser concluyente hasta que no aparezca la conclusión de los especialistas.

El biólogo aseguró que las telas de arañas "son similares a los hilos del toro o babas del diablo, pero estos hilos son una fibra". Tras la primera impresión, el científico capturó algunos ejemplares de arañas que conserva para poder aportar a los investigadores del Instituto Clemente Estable.

El 18 de agosto pasado en la localidad de Lezama, provincia de Buenos Aires, apareció un gran número de arañas. El fenómeno coincidió con la creciente del cercano río Salado. En ese caso, se manejó que las arañas podrían ser del tipo Lycosa o Polybetes.

Fenómeno sin precedentes en la zona.

Le dicen "baba del diablo" pero en realidad es una espesa telaraña creada por arácnidos del tipo Lycosa o Polybetes, algo que los técnicos del Instituto Clemente Estable están investigando. Los vecinos de Vergara, Treinta y Tres, se vieron sorprendidos por la aparición de millones de arañas en la entrada de la ciudad. El biólogo Carlos Prigioni dijo que, en 50 años de carrera, nunca había visto ese fenómeno.

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"Son arañas inofensivas", aclaró Prigioni.

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