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Brian Johnson: autos, sordera y rock n’ roll

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Brian Johnson debutó con el disco más vendido de la banda. (Foto: Google)

Siendo poco conocido, tomó el lugar de una estrella en una de las bandas top. Estuvo 36 años en la cima.

LEONEL GARCÍA

La continuidad de AC/DC, el gran aporte australiano al hard rock, estaba en duda en febrero de 1980. Su vocalista Bon Scott, uno de los mejores frontman de la historia, había muerto a los 33 años por intoxicación etílica. En el grupo predominó la idea de que el fallecido jamás les hubiera permitido tirar la toalla y se lanzaron en busca de una nueva voz. En eso, el guitarrista Angus Young recordó algo que el propio Bon le había comentado sobre "un gran cantante al estilo de Little Richard" que había conocido a principios de los ‘70.

La historia que contaba Bon, entonces al frente de los efímeros Fraternity, era así: "El tipo aullaba todo lo que los pulmones le permitían. De pronto, se cayó al piso. Él se quedó ahí, girando y gritando, y para rematarla se acercaron otros tipos y se lo llevaron rodando". Eso ocurrió en Inglaterra, en 1973. El vocalista que lo sorprendió era el de Geordie, grupo que le abría sus actuaciones, quien esa misma noche fue diagnosticado de apendicitis, buena causa de sus alaridos sobre escena. Angus pensó que un sujeto así, capaz de rocanrolear aún partiéndose de dolor, era ideal para ponerse al frente de AC/DC.

Se trataba de Brian Johnson, un inglés nacido el 5 de octubre de 1947, ateo, padre de dos niñas, fanático del Newcastle United y de los automóviles. No la tenía fácil, el público adoraba a Bon, carismático como muy pocos. Sin embargo, el disco Back in black (1980), el primero con el nuevo vocalista, es con 50 millones de copias el segundo álbum más vendido de todos los tiempos. La voz chillona de Brian, de "tía abuela encolerizada" como se definió alguna vez, y su infaltable gorra se volvieron un clásico durante 36 años. Hasta este mismo mes, en que ante el riesgo de quedarse completamente sordo, debió bajarse del tren. Pese a la conmoción que la noticia generó en el mundo musical y la devastación en la que quedó sumido el propio artista, que debió aclarar en un comunicado que "no tenía otra opción salvo dejar de actuar durante los siguientes conciertos y posiblemente más allá", al menos no se bajó con los pies para adelante como su antecesor.

Ascenso.

Hijo de un sargento de la marina británica también minero de carbón y de una italiana, Brian es el mayor de cuatro hermanos. No era un chico problemático: formaba parte de los boy-scouts y cantaba en el coro de una iglesia. "Yo vivía en un pueblo llamado Dunston, una villa minera. Solo veías un Rolls-Royce cuando alguien se moría", contó Brian en una ocasión. Fierrero como muy pocos, solía mechar todo tipo de vehículos en sus anécdotas. "Cuando estaba en la escuela solía mirar la ventana y ver esos enormes buses rojos de dos pisos por la calle. Eso era libertad".

Era imposible ser adolescente en Londres en los años 60 y que el rock te pasara por el costado. En 1972, su estridente voz se puso al frente de su primera banda "profesional": USA; es que anteriormente había estado al frente de formaciones aficionadas como Gobi Desert, Fresh y The Jasper Hart Band. Ya estaba casado con su primera esposa, Carol, y había nacido su hija mayor, Joanne. 1973 fue un año bisagra en él: no solo conoció (e impactó) a Bon Scott, su banda ya finalmente rebautizada Geordie publicó su disco debut, Hope you like it, nació su hija menor, Kala, y, quizá lo que más lo emocionó, pudo hacerse de un Citroen DS 23 Pallas. "Todavía tiene las mejores formas del mundo", dice sobre él con devoción de enamorado.

Geordie, más influenciada por el glam rock que dominó las Islas Británicas en los primeros 70 que por sonidos más crudos y pesados, tuvo un cierto éxito en su país y en Europa, giraron por Australia, participaron del mítico Top of the Pops de la señal televisiva de la BBC y grabaron cuatro discos. Nada mal, lo suficiente como para que se escribiera un párrafo sobre él en una virtual Enciclopedia Británica sobre rock. Pero su techo estaba bajo, así que Brian buscaba otros destinos. A fines de los 70 audicionó para tomar el puesto de cantante en bandas de mucha convocatoria como Rainbow (cuando se fue Ronnie James Dio) o Uriah Heep (tras la partida de John Lawton). Geordie tenía algunos temas sonando en la radio, pero nada que permitiera volver ricos a sus miembros, así que el vocalista tenía que ganarse el pan por otros lados. Fue estibador y reparador de ventanas y techos de autos.

Fue aquí cuando Brian comenzó a usar su gorra deportiva de lana, similar —faltaba más— a la que llevaban los corredores de autos, esa que con el tiempo se convertiría en un símbolo de AC/DC tanto como el uniforme de colegial de Angus Young. Lejos de toda coquetería, eso fue una sugerencia de su hermano para que no le quedara pegamento en el pelo luego de trabajar. Esa fue la idea que primó por años. Sin embargo, tiempo después el propio músico le dijo al portal Popeater.com que su verdadera utilidad era evitar que algún cliente lo reconociera. Era un tema de orgullo: había salido alguna que otra vez en televisión al frente de su banda de rock y no quería sentir comentarios del estilo "¿pero vos no sos millonario?", "¿qué te pasó que trabajás acá?" o "la fama, ¿es puro cuento entonces?".

Maldición.

Brian era fan de AC/DC y recibió con inmensa alegría el ofrecimiento de audicionar para ellos en marzo de 1980. El día de la prueba llegó una hora después porque se quedó jugando al pool y bebiendo cerveza con los roadies de la banda. Lo compensó con excelentes ensayos: el 8 de abril de 1980 se anunció oficialmente que los australianos tenían nuevo cantante. Angus y Malcolm Young encontraron "onda" en su gorra y le pidieron que se la dejara en los recitales.

Los fans que aún lloraban a Bon Scott no tuvieron problemas en aceptar a Brian. Si bien no es el único caso de nuevo cantante de una banda de las grandes que logra superar las iniciales miradas de recelo en la historia del rock, quizá sea el más emblemático. Si cabe, AC/DC tuvo más éxito con él que con Bon.

Entre fines de los 80 y principios de los 90, mientras la banda disfrutaba del suceso de The Razors Edge (1990) y Live (1992), y tocaban para un millón y medio de personas en Moscú (1991), Brian se divorciaba de Carol y se casaba con Brenda, su actual mujer. Ambos viven en Sarasota, Florida, al Sur de Estados Unidos.

Pero si algo no pudo superar Brian es una suerte de maldición que ha caído sobre AC/DC. A la muerte de Bon le siguieron, en estos últimos años, los graves problemas judiciales del baterista Phil Rudd (acusado de instigar un homicidio y tenencia de drogas), la demencia diagnosticada del guitarrista Malcolm Young. Ahora el cantante debe dejar las giras si no quiere quedarse sordo, según se lo dijeron claro los médicos el 7 de marzo; justo él, que berreaba aún con el apéndice a punto de estallar. ¿Y qué pasará con los discos? Esa es otra gran incógnita.

LA MÚSICA NO TUVO LA CULPA

El último recital de Brian Johnson con AC/DC fue el 28 de febrero en Kansas City. Sus problemas de salud obligaron a cancelar conciertos. Recientemente se confirmó que para las diez fechas restantes en Estados Unidos y las doce en Europa del Rock or Bust Tour, el excantante de Guns n Roses, Axl Rose, será su reemplazante. Pese a que es un vocalista ya consagrado, esta noticia no cayó del todo bien en la mayoría de los fans de AC/DC.

Los 45 años arriba de escenarios a todo volumen no fueron, según asegura el propio Brian, la causa de su sordera. El propio cantante le dijo a varios medios, incluso al comunicador radial Howard Stern, que su afición tuerca fue la culpable. "No fue por la música. Mi problema está relacionado a los autos de carrera. Por un largo tiempo me subí a manejar sin los protectores auditivos", explicó. Su fanatismo es tal que corrió las 24 Horas de Daytona, en 2012.

VENCIENDO A LAS DUDAS Y GANÁNDOSE A LOS FANS: LOS NUEVOS CANTANTES DE BANDAS YA CONSOLIDADAS Y EXITOSAS.

David Coverdale - Deep Purple

En rigor, Ian Gillan no fue el primer cantante de Deep Purple como Bon Scott no fue el vocalista inicial de AC/DC. Pero ambos estaban al frente de sus bandas cuando estas alcanzaron la fama. En el caso de Purple, a Gillan lo sustituyó un total desconocido, David Coverdale, en 1973. No solo logró sustituir con altura a su prestigioso antecesor, sino que alcanzó el megaestrellato más tarde con su propio grupo, Whitesnake.

Bruce Dickinson - Iron Maiden

Iron Maiden era uno de los puntales de la llamada Nueva Oleada del Heavy Metal Británico. Mucho tenía que ver su cantante Paul DiAnno en eso. Pero sus problemas con el alcohol y las drogas hicieron que sus compañeros lo despidieran. Bruce Dickinson fue llamado a ingresar a una banda que ya tenía dos discos editados, giras por Europa y Asia y una legión de fans. Hoy nadie se imagina a Maiden sin Bruce.

Sammy Hagar - Van Halen

La pregunta en el mundo del rock en abril de 1985 era una sola: ¿es posible Van Halen sin David Lee Roth? Carismático y sexy como muy pocos, más de uno le puso la lápida al cuarteto. La sentencia de muerte se la sacó Sammy Hagar (que lejos de ser un novato ya tenía su recorrido), que logró expandir el éxito comercial logrado con Roth, consiguiendo incluso un premio Grammy en 1991.

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Brian Johnson debutó con el disco más vendido de la banda. (Foto: Google)

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