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60 años de tevé en Uruguay

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Cacho de la Cruz, Julia Moller, Cacho de la Cruz, Julio Sánchez Padilla. Foto: Fernando Ponzetto

La pantalla chica tuvo tímidos comienzos, pero pronto entró en todos los hogares para llevar emociones, dramas, figuras y goles. En el siglo XXI cambia con pasos cada vez más acelerados.

Apenas un puñado de hogares en Montevideo alcanzó a verlo. De pronto, apareció la imagen de dos señores de traje y corbata, según el ineludible estilo de su tiempo, sentados muy serios ante una mesa, con un cuadro de Artigas y un pabellón nacional como escenografía adicional. Al costado y de pie, un hombre alto y elegante habló ante la cámara: "Señoras y señores, a partir de este momento, Saeta TV Canal 10 en el aire". Fue el 7 de diciembre de 1956, al atardecer. Era la primera emisión de televisión en Uruguay.

Esta semana, seis décadas más tarde, Revista Domingo convocó a los estudios de Canal 10 a cuatro figuras símbolo: Cacho de la Cruz, emblema de Canal 12; Cristina Morán, conductora y actriz que pasó por todos los canales pero se identifica con el 10; Julia Moller, encargada por años de cerrar la programación del 4; y Julio Sánchez Padilla, el periodista deportivo con mayor presencia continuada en la pantalla en el mundo, figura del 5. En ellos y en estas seis cuestiones claves que se reseñan a continuación, se puede resumir este homenaje a la tevé uruguaya.

1 - El comienzo.

Hasta aquel 7 de diciembre, el nuevo medio había sido una atracción más de la Exposición Nacional de la Producción, organizada en el predio del Cilindro Municipal, que todavía no era un estadio cerrado. Un sistema de circuito cerrado transmitía imágenes a algunos monitores con equipos donados por la compañía RCA a Ricardo Martínez, propietario de una empresa que proyectaba películas y asociado para este proyecto con los empresarios de radio Carve, encabezados por Raúl Fontaina, a través de Saeta (Sociedad Anónima de Emisoras de Televisión y Anexos). El estudio, si cabe la palabra, era una casilla armada bajo un tanque de agua.

Cuando terminó la exposición, esa atracción se convirtió en televisión abierta. La persona que había presentado aquel programa era Raúl Fontaina hijo, que se convirtió así en el pionero de la tevé. Lo acompañaron los ministros de Obras Públicas e Industrias, Héctor Grauert y Fermín Sorhueta. La salida estaba prevista para las 19.30 pero se demoró casi una hora porque los jerarcas se entretuvieron visitando otros stands. Al otro día, la prensa consignó la salida al aire de Canal 10, con un espacio menor al que merecía la importancia del hecho.

Raúl Fontaina hijo siempre recordaba un episodio ocurrido en el galpón de Saeta, que pintaba las vicisitudes de las emisiones en vivo. "Un día decidieron pasar una historia de terror, El monstruo de la laguna negra. Llevaron un tanque australiano hasta el galpón, lo llenaron de agua y después tiraron tierra y pasto para que pareciera un pantano. El actor disfrazado de monstruo debía morir y hundirse en las aguas. Estaba convenido que cuando terminara la escena le avisarían dando unos golpes en el tanque. Pero se olvidaron y el actor quedó en el fondo, aguantando la respiración. Cuando no pudo más, salió de agua gritando: ¡El monstruo no ha muerto! Y quizás haya salido al aire".

2 - La competencia.

Durante casi cinco años, Canal 10 fue el único en ocupar las pantallas. Emitía desde un galpón adaptado como estudio, siempre junto al Cilindro. Toda la programación era en vivo, hasta las tandas publicitarias, porque no existían los equipos de video. Y todo —periodísticos, musicales, telenovelas, tertulias— era registrado por una única cámara, que llevaba Jorge Severino, el precusor en su oficio. Gran parte de los actores, presentadores, periodistas y locutores que harían la televisión uruguaya se formaron en ese galpón.

El 23 de abril de 1961 apareció Canal 4, llevado adelante por la familia Romay Salvo, responsable de radio Montecarlo. Esta televisora realizó una inversión más ambiciosa que la de Saeta, contratando estrellas internacionales para actuar en vivo en sus estudios de 18 de Julio y Eduardo Acevedo o comprando las últimas series de acción en Estados Unidos. También introdujo el videotape, así como las emisiones desde exteriores con un ómnibus Mercedes Benz. Tiempo más tarde, con el impulso de Carlos Giacosa, ofrecería el primer informativo moderno, Telenoche 4.

Canal 12 inició sus emisiones el 2 de mayo de 1962, a cargo de una empresa con varios aportes, entre ellos el de accionistas de El País. Ya desde sus primeros tiempos, el 12 puso en el aire programas que harían historia: los humorísticos Telecataplum y El Show del Mediodía y el musical Discodromo Show.

Telecataplum, con un elenco joven que alcanzaría las mayores alturas, contaba con guiones elaborados por los hermanos Jorge y Daniel Scheck y se convertiría en el primer programa uruguayo de exportación. El Show…, liderado por Arturo Cacho de la Cruz y Alejandro Trotta, era en cambio una catarata de chistes casi improvisados que atravesó varias décadas. Por Discodromo, una creación de Rubén Castillo, pasaron casi todas las figuras de la música nacional y muchas de fama internacional.

Con los tres canales privados montevideanos funcionando, comenzó la era de la televisión competitiva. El 19 de junio de 1963 se sumó Canal 5 Sodre. La televisora estatal, a menudo huérfana de apoyo e inversiones, apostó a un contenido cultural que la llevó a ofrecer en determinadas oportunidades significativas propuestas.

"Un famoso ejecutivo de una agencia de publicidad iba siempre por el galpón del 10 porque le encantaba la televisión —relata Cacho de la Cruz—. Y le gustaba el control, por lo que un día se quedó a cerrar la programación. El hombre era un poco asustadizo y nosotros le decíamos que por ahí andaban los espíritus de los actores muertos. El piso del estudio estaba elevado sobre el terreno, que era un poco pantanoso. Entonces, cuando nos fuimos, con un compañero nos metimos por abajo del piso y empezamos a hacer ruidos y golpear. El ejecutivo se asustó tanto que salió corriendo y dejó la emisión al aire, sola".

3 - Opinión pública.

Es imposible calibrar la importancia que tuvo la televisión en el resultado del plebiscito constitucional de 1980, cuando el "No" de la ciudadanía comenzó a reabrir las puertas de la democracia. Si bien la propaganda de la dictadura por el "Sí" era constante, el 14 de noviembre de aquel año se pudo escuchar una campana diferente.

El debate organizado por Canal 4 entre partidarios de las dos opciones representó la primera vez que se difundieron en forma tan masiva críticas al régimen militar. El dirigente colorado Enrique Tarigo y el blanco Eduardo Pons Etcheverry utilizaron argumentos jurídicos pero también ironías para demoler el proyecto constitucional defendido por el coronel Néstor Bolentini y Enrique Viana Reyes. Los conductores del debate fueron Carlos Giacosa y Asadur Vaneskaian. La memoria a menudo es selectiva, porque hubo dos debates más sobre el tema, con otros participantes, pero el que se recuerda es el primero, en el cual Pons Etcheverry comparó a los colaboradores civiles de la dictadura con rinocerontes.

Las cuestiones electorales siempre tuvieron pantalla, a partir de las elecciones de 1962. Desde el retorno de la democracia en 1985, lo que se cuenta, se festeja o se lamenta mucho antes de los resultados oficiales son las proyecciones que hacen los representantes de las empresas encuestadoras.

En cambio, debates entre candidatos hubo pocos. Se recuerdan los que Jorge Batlle sostuvo ante la mayoría de sus adversarios, uno por uno, en En vivo y en directo, conducido por Néber Araújo, para los comicios de 1989. Cinco años más tarde se asistió al contrapunto más duro entre dos postulantes: Julio María Sanguinetti arremetió contra Tabaré Vázquez. Hubo quien consideró que el dirigente colorado obtuvo esa noche el puñado de votos que le permitió ganar por escaso margen.

"Era la noche del 26 de junio de 1973 y yo estaba conduciendo Miss Uruguay en el hotel Columbia —recuerda Julia Moller—. Iba en vivo por el 12. De repente apareció Walter Nessi, que tenía otro programa en ese canal y me gritó: ¡Apurate, que disolvieron las cámaras…!. No podía creerlo. Y tampoco podía hacer nada, porque estaba el jurado deliberando y el fallo no dependía de mí. Al final fue elegida una chica llamada Yolanda, muy linda y simpática, pero por todo eso pasó sin pena ni gloria, pobre. Después fue muy complicado volver a casa esa noche".

4 - Vía satélite.

La tecnología aplicada a la transmisión de imágenes a distancia evolucionó rápido, aunque no tanto como en los tiempos actuales. Durante algunos años, el vínculo con el mundo eran los enlatados: series, películas y documentales que llegaban en rollos en un estuche metálico. Las primeras comunicaciones con el exterior se registraron a fines de los años 60 con las conexiones con Argentina a través del servicio de microondas de UTE (todavía no existía Antel). Así llegaron algunos partidos disputados por Nacional y Peñarol por la Copa Libertadores. En 1969 Argentina inauguró su estación terrena de Balcarce que, indirectamente, permitió que la tevé uruguaya se enganchara al satélite.

De esa forma, a las 23.56 del 20 de julio de 1969 los todavía casi tres millones de uruguayos se unieron a la primera audiencia global para seguir la llegada de la nave Apolo XI a la Luna. Canal 12 por su lado y el 4 y el 10 en emisión conjunta trajeron las imágenes. Desde los estudios de Monte Carlo, donde se hizo el programa de estos dos canales, Giacosa logró una pequeña hazaña: entrevistó en vivo, por teléfono, a Wernher von Braun, el científico alemán que desarrolló el proyecto Apolo. Giacosa tenía el teléfono de su secretaria desde un viaje que hizo a la NASA, discó, pidió con Von Braun y le pasaron la llamada.

Por lo general, las anécdotas relatan hechos risueños, pero en la historia de la tevé uruguaya también hay algunas historias dramáticas. Por ejemplo, dos ocurridas con pocas semanas de distancia, en 1973. En el mes de junio, Cristina Morán viajó a Buenos Aires a cubrir para Domingos continuados el retorno del líder justicialista Juan Domingo Perón. Cientos de miles de personas se acercaron al aeropuerto de Ezeiza. De pronto, grupos peronistas de derecha y de izquierda se enfrentaron a tiros buscando estar más cerca del palco oficial. Cristina y su camarógrafo quedaron en medio del caos. "Sobreviví de casualidad porque las balas nos zumbaban. Vimos arrojar granadas desde autos en marcha, vimos personas ahorcadas en los árboles, vimos cantidad de muertos en el piso", relata ella. Hubo decenas de muertos y heridos, en una cifra nunca aclarada. En setiembre de aquel trágico 73, Carlos Giacosa viajó a Santiago de Chile junto al camarógrafo Jorge Casal para entrevistar a un uruguayo que había participado en una expedición científica. Y le tocó vivir el cruento golpe de Estado que derribó a Salvador Allende. Los enviados de Canal 4 estaban en el hotel Carrera, frente a la Casa de la Moneda. Los militares golpistas comenzaron a bombardear con aviones el edificio presidencial. Cuando Casal quiso filmarlo desde la habitación del hotel, desde los aviones les dispararon también. Se salvaron de milagro. Y de la misma forma pudieron escapar de Chile, en un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya.

Fútbol.

El deporte es el principal vínculo de mucha gente con la televisión. Se puede encender el cable a cualquier hora del día o la noche y encontrar partidos: en vivo, en diferido, históricos. Y se afirma que la televisión es uno de los principales factores de poder en el fútbol en todo el mundo.

Claro que muchos jugadores corrieron sobre las canchas desde el primer partido emitido en vivo: fue un Racing-Sud América, disputado en la cancha de Wanderers el 14 de junio de 1964 por un simple torneo amistoso. Por Saeta relató el periodista Roberto Fascioli y comentó Pedro Cea, un campeón mundial de 1930.

El primer Mundial vía satélite fue el de México 1970, aunque no todos los partidos de Uruguay, ya que se veía lo que antes pasaba por Argentina. Recién cuatro años más tarde, en Alemania 74, se pudo seguir toda la (breve) campaña de la Celeste.

Uruguayo es el programa deportivo con un único conductor con mayor trayectoria en el mundo, según lo verificó el Libro Guinness de los Récords: Estadio Uno. Julio Sánchez Padilla, periodista, exárbitro de básquet y empresario, lo puso en el aire el 5 de julio de 1970. Y todavía sigue en la pantalla de Canal 5, con el inconfundible sello de su creador y conductor.

En su momento, programas como Glorias deportivas, Muy comentado o el Polideportivo atrajeron enormes audiencias. La emisión en directo de los partidos de primera división, ya en la era del cable, cambió las costumbres de muchos los fines de semana. También produjo tormentosas polémicas empresariales y deportivas. Primero, con la venta de los derechos a la firma Torneos y Competencias (1994). Y desde 1999 con la aparición de Tenfield, del empresario Paco Casal.

"El doctor César L. Gallardo era toda una personalidad, una institución. Sabía tanto que nos tenía acorralados, en un momento en el cual en Estadio Uno había figuras como Jorge Da Silveira o Víctor Hugo Morales —cuenta Sánchez Padilla—. Nos tenía enloquecidos. Entonces, se me ocurrió preguntarle: Doctor, dígame, ¿quién es el secretario general de las Naciones Unidas? Gallardo no lo supo contestar. Cuando terminó el programa, Gallardo se me acercó, me tomó el brazo con la mano muy fuerte y me dijo: La próxima vez que usted me haga eso, lo mato".

6 - Tecnología.

Los ensayos para difundir televisión por cable comenzaron hacia 1949 en la localidad estadounidense de Astoria, según algunas investigaciones. En Montevideo, la primera adjudicación estatal para un servicio para abonados se registró recién en febrero de 1994, con una resolución del gobierno de Luis Alberto Lacalle que tuvo repercusiones políticas y reclamos de las empresas postergadas (en el interior el sistema funcionaba desde tres años antes). El cable permitió segmentar la oferta televisiva con señales para cada gusto y edad. El próximo futuro del medio se llama digitalización, pero el apagón analógico, necesario para dar el paso, se ha venido postergando por razones técnicas y económicas.

Claro que ya hubo un cambio tecnológico que originó revuelo y demandó inversiones a los canales y al público: las emisiones en colores, que también se retrasaron con relación a otros países. "Lástima que la televisión no sea en colores", repetían los locutores cuando había que mostrar, en tonos de gris, algún paisaje o elemento colorido.

La frase quedó obsoleta el 25 de agosto de 1981, cuando por fin se encendieron los diferentes tonos de la pantalla. Ese año el tema originó furor: las marcas de televisores desplegaron abundante publicidad, toda rifa que se organizaba ofrecía como primer premio uno de esos aparatos y los canales agregaron a su nombre la mágica palabra "color", además de presentar programas de exteriores como nunca antes.

Si casi todo llegó tarde a esta orilla del Plata, ahora la tecnología de Internet se presenta al instante. El usuario puede ver lo que desea a la hora que desea, sin depender de una grilla predeterminada. Incluso el alguna vez tan ansiado televisor dejó de ser imprescindible para mirar tevé. Una computadora o un celular alcanzan y también existen propuestas realizadas en forma exclusiva para la web.

Todas sus posibilidades llevarán el concepto de televisión a artilugios imposibles de imaginar por aquellos espectadores asombrados del 7 de diciembre de 1956. Más todavía: difíciles de imaginar hoy mismo.

(Agradecemos a Canal 10 por la colaboración brindada para la producción de la foto de tapa).

El primer conductor.

Raúl Fontaina (hijo) fue el primer conductor de la televisión nacional. Le tocó presentar la salida al aire de Canal 10, el 7 de diciembre de 1956. Luego se convirtió en el director artístico de la empresa. Además, condujo el primer informativo, titulado El noticiero de las tres avenidas. Para ello, fundó la productora PTA con su hermano Milton. Con un fondo de edificios pintados, Fontaina leía las noticias sentado ante una mesa. Muchos años después, su responsable (hoy fallecido) lo recordaba como "el fotonoticioso", porque las imágenes que se exhibían provenían casi siempre de fotografías, con escaso material filmado.

Pudo ser un invento uruguayo.

Dos aficionados uruguayos a la electrónica realizaron pruebas simultáneas de televisión en 1943, cuando el medio resultaba casi una curiosidad científica y el curso de la guerra obstaculizaba cualquier proyecto no estatal en telecomunicaciones. Utilizando partes de equipos traídas desde el exterior y otros aparatos por ellos desarrollados, ambos lograron imágenes a distancia, aunque sus esfuerzos no pudieron traducirse en una producción continuada y de provecho comercial. Mario Giampietro fue uno de ellos: el 9 de noviembre de aquel año consiguió transmitir con relativa nitidez el rostro de su hija Nelly desde un estudio armado en su casa hasta el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. Un mes antes, el 2 de octubre, Juan Obiol envió una pálida señal desde un local de la calle Sierra (hoy Fernández Crespo) hasta el auditorio de radio Carve, en 18 de Julio y Ejido. Tiempo después, Obiol realizó una transmisión desde el Velódromo Municipal. La imagen salió mejor, pero cortada: según los testigos, solo se pudieron ver los pies de los ciclistas y la parte inferior de sus bicicletas.

Giampietro pensaba en la década de 1940 que el Sodre debía hacerse cargo de la televisión. El organismo oficial demoró más de 20 años en tener su canal. En 1962, Giampietro tuvo participación en la salida al aire de Canal 12.

Una pelea en el aeropuerto por contratar a los "Beetles".

La presencia de artistas actuando en vivo en los canales fue una de las principales cartas para aumentar su audiencia en la década de 1960. Así pasaron figuras de gran prestigio, desde Sammy Davis Jr. a Josephine Baker. También algunos que comenzaban su carrera, como un cantante argentino apodado Palito. Cuando le pasaron su nombre, el presentador Imazul Fernández creyó que estaba mal escrito, por lo cual anunció: "¡Con ustedes, Pablito Ortega!".

En junio de 1964 se anunció a los Beetles y el ambiente se conmovió. No todos repararon que el ascendente grupo británico se llamaba The Beatles y que el otro simplemente buscaba aprovecharse de su fama apelando al truco de un nombre parecido. Un empresario inescrupuloso le vendió la presencia de los Beetles a los canales 4 y 12 al mismo tiempo. Cuando los ejecutivos de los canales los fueron a buscar al Aeropuerto de Carrasco, la discusión con el empresario se convirtió en una pelea. Y terminaron todos presos.

Hitos que marcaron la tv uruguaya.

La primera gran producción de Canal 10 fue Viejo café del centro, un bar donde actores e invitados polemizaban sobre los temas de actualidad, además de presentarse situaciones previamente libretadas.

La primera sitcom nacional fue Etelvina, tú eres mi amor, con Marisa Montana (foto) y Enrique Fernández.

Cristina Morán estuvo a cargo de la primera entrevista de impacto: en 1959 logró llevar a Saeta a Fidel Castro, líder de la por entonces flamante revolución cubana.

La primera cobertura en vivo de un suceso de exteriores fue un incendio en Punta Ballena, que Canal 4 realizó con su móvil en el verano de 1965.

Un ciclo benéfico de enorme repercusión fue Las tres tareas de la buena voluntad, conducido por Jorge Nelson Mullins y Marisa Montana en Canal 4. Los días del programa se cortaba el tránsito por la avenida 18 de Julio.

La década de 1960 marcó el ingreso triunfal de las series: así llegaron Los intocables, Yo quiero a Lucy, Bonanza, Batman, El superagente 86, Viaje a las estrellas, Misión imposible, entre otras. Casi todas tuvieron sus remakes y varias películas.

La primera gran audiencia de Canal 5 la conquistó la presencia en vivo del famoso cantante francés Charles Aznavour en mayo de 1966.

En el interior del país hubo experiencias aisladas de televisión al iniciarse los 60. Canal 4 llegó a transmitir con permisos precarios desde ciudades del Litoral en 1964.

El primer canal del interior fue Río Uruguay TV 12 de Fray Bentos, propiedad de Monte Carlo, que salió al aire el 26 de mayo de 1966.

El primer personaje infantil de éxito fue Pilán, interpretado por Eduardo Freda, por el 4 y luego el 12.

Conozca su derecho, de Eduardo Reisch Sintas primero en el 10 y luego en el 12, fue el primer periodístico en profundidad.

La crisis del petróleo de 1973 determinó que los canales acortaran sus transmisiones entre las 17 horas y la medianoche. Duró hasta la llegada del color, en 1981.

Las restricciones energéticas y el golpe de estado de 1973 cortaron En vivo y en directo, la primera experiencia en el 12 de quien sería después notoria figura del periodismo televisivo (y radial): Néber Araújo.

El color propició en 1981 Los viajes del 12, a cargo de Julio Alonso, que dio origen a un nuevo género, los programas sobre viajes, todavía vigente.

La primera mujer que estuvo al frente de un informativo fue Graciela Bacino, en Subrayado (1981). Hasta entonces los noticieros eran esencialmente masculinos.

Durante 14 años, el cierre de la programación de Canal 4 tuvo nombre: Julia Moller, con su Punto final, por el cual desfilaron como entrevistados importantes figuras.

El pionero de la televisión desacartonada, un estilo que predomina hoy, fue Omar Gutiérrez, quien llegó a fumar y tomar mate en cámaras.

Cacho de la Cruz, Julia Moller, Cacho de la Cruz, Julio Sánchez Padilla. Foto: Fernando Ponzetto
Cacho de la Cruz, Julia Moller, Cacho de la Cruz, Julio Sánchez Padilla. Foto: Fernando Ponzetto
Todo el equipo de "Telecataplum", hito de Canal 12.
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La cámara de Canal 10 registra la actuación del artista Frankie Avalon en 1961. Foto: Archivo El País
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El debate previo al plebiscito de 1980 representó un fuerte desafío a la dictadura a través de los medios masivos. Foto: Archivo El País
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Cacho de la Cruz, Alejandro Trotta, Cristina Morán, Adolfo Hugo Mañán y el elenco del primer "Show del Mediodía". Foto: Archivo El País
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Raúl Fontaina (hijo), el primero conductor de la televisión nacional.
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Carlos Giacosa estuvo al frente de coberturas trascendentes.
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La yapa
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