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Malos tiempos, buena música

HBO estrena la serie Treme, la vida del histórico barrio de Nueva Orleáns tras el Huracán Katrina.

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Por: Analía Filosi

"The wire iba sobre cómo el poder y el dinero se relacionan con una ciudad. Treme trata sobre la cultura. Cuando ya no se recuerde a Estados Unidos por nuestra ideología, alguien entrará en un bar en Katmandú y podrá oír a Michael Jackson, a John Coltrane o a Otis Redding. El origen de eso son los músicos que empezaron aquí con Louis Armstrong. Esa es nuestra exportación al mundo. Y ese legado peligró con el Katrina. No la música, pero sí su punto de origen, Treme, el barrio más europeo, latino y tercermundista de Estados Unidos pudo haber desaparecido". Tales palabras corresponden a David Simon, el creador de la crudas series The wire y Generation Kill, que este año puso en pantalla de HBO, Treme, otra excelente producción que Latinoamérica conocerá hoy, a las 22 horas. Tal como se desprende de lo dicho por Simon en este pasaje de una entrevista con el diario El País de Madrid, Treme toma su nombre de un barrio de Nueva Orleáns porque lo que se cuenta en este drama es la vida de una serie de personajes tres meses después de la tragedia del huracán Katrina (2005).

Simon creó la historia junto a Eric Overmyer, responsable de Ley y Orden. Con él armó una primera temporada de diez episodios de una hora que, tras la emisión del cuarto capítulo en Estados Unidos, ya tenía confirmada su continuidad en una segunda temporada. Por estas latitudes se verá los sábados, a las 22 horas, con un capítulo inicial de una hora y media dirigido por Agniezska Holland, nominada al Emmy a Mejor Dirección de Drama para la entrega de mañana. La serie también aspira a la estatuilla a Mejor Música Original (Steve Earle por la canción The city y por la banda sonora del capítulo I`ll fly away).

HISTORIA CORAL. En el viejo y cargado de historia musical barrio de Treme, Simon y Overmyer ubicaron las interconectadas vidas de una serie de músicos y habitantes comunes y corrientes. Ellos son: Antoine Batiste (Wendell Pierce), un trombonista negro en la ruina; su ex esposa y dueña de un bar, LaDonna Batiste-Williams (Khandi Alexander), que busca a su hermano preso desaparecido; Antoinette "Toni" Bernette (Melissa Leo), una abogada de derechos civiles casada con Creighton (John Goodman), un profesor y activista político irascible, muy crítico de la actitud del gobierno estadounidense tras lo ocurrido en Nueva Orleáns por Katrina; Davis McAlary (Steve Zahn), un rebelde DJ y músico local enamorado de la música hasta el fetichismo y con una novia chef llamada Jeanette Desautel (Kim Dickens), que busca el momento para poder reabrir su restaurante; Albert Lambreaux (Clarke Peters), un jefe indio del Carnaval de Mardi Gras que retorna a su viejo barrio con la intención de recuperar su antiguo estilo de vida, y su hijo Delmond, un trompetista exitoso que se reparte entre su vida familiar en Nueva Orleáns y la que lleva actualmente en Nueva York; Annie (Lucía Micarelli), una talentosa violinista y su novio Sonny (Michiel Huisman), ambos músicos callejeros que buscan despegar en su profesión. Todos ellos tratan de recomponer su vida entre los escombros del barrial dejado por Katrina, y el abandono del gobierno y las instituciones. Saben que no hay nadie a quién recurrir y que el Gobierno Federal está más preocupado por esconder lo que pasó que por ayudar a la reconstrucción. Resurgir depende de ellos.

La ficción de todos estos personajes se mezcla con la vida real de músicos tales como Kermit Ruffins, Elvis Costello, Allen Toussaint, Dr. John y los miembros de Treme and Rebirth Brass Bands. Esto evidencia que la música es gran protagonista de Treme, constituyendo una banda sonora en la que, además de los músicos mencionados, aparecen temas de Fats Domino, Louis Prima o Little Queenie, además de artistas actuales como John Boutté, autor de la canción de apertura de la serie, o Eddie Bo, Steve Earle y Lucinda Williams.

Pero la música no es lo único importante, porque Nueva Orleáns también es conocida por su comida y la forma de vida de sus habitantes, aspectos que están muy presentes en una historia que llega con varios elogios de la crítica.

SOBRE SIMON. Quienes vieron The wire -y a quienes no, se lo contamos- recordarán que la serie se ocupaba sin "pelos en la lengua" de la corrupción imperante en mundos tan delicados como el de los traficantes de drogas, los sindicatos aduaneros y las luchas políticas con fuerte tinte racista de Baltimore. En Generation Kill, David Simon posó su mirada en la guerra de Irak, con la misma descarnada sinceridad. El productor, de 50 años, tiene un pasado de periodista, profesión en la que entró tentado por la forma de ser de varios amigos de su padre que trabajaban en diarios. "Eran todos unos personajes", recuerda el productor en la entrevista con El País de Madrid.

Empezó a trabajar en el Baltimore Sun, en la sección de homicidios, algo usual cuando se trata de un novato. Pero no repitió el camino tradicional de dejar la sección ni bien ascendió, permaneció en ella y, cuando tenía 28 años, hizo algo que lo marcaría definitivamente: pidió permiso para integrarse al grupo de Homicidios de la Policía de Baltimore. Divorciándose, tenía todo el tiempo del mundo para dedicarlo a la nueva tarea, fruto de la cual surgió su libro Homicide, de muy buena repercusión. La televisión fue en su busca en el momento mismo en que Simon atravesaba por una crisis de fe en la dirección del Sun. "Mi intención no era dedicarme a la televisión, sino aprender a hacer guiones. Pensé que lo haría mientras acababa el libro (su segundo libro, The corner) y que me iría al Post", cuenta al explicar por qué aceptó el retiro incentivado que le propuso el Sun y se dedicó a adaptar Homicide a la pantalla chica. En ese momento su idea era hacer eso y luego aceptar la oferta de trabajo que le formuló el Washington Post. Pero el plan no se cumplió. "La televisión acabó siendo una pipa de crack con muchas posibilidades", confiesa quien terminó por concebir The corner y The wire como sus dos primeras series de TV, junto a Ed Burns, un policía de Homicidios.

"The wire es una tragedia en la que los individuos no pueden transformar las instituciones a las que pertenecen. Éstas prefieren hacer una carnicería con los suyos antes que cambiar; esa era mi crítica al capitalismo posmoderno", dice un Simon que aclara que nunca pretendió lograr cambios en las realidades que abordaba desde la televisión. "Políticamente estoy muy a la izquierda de los demócratas. En Estados Unidos, los intereses económicos han comprado el sistema. Que un país con tanta riqueza no pueda ofrecer cobertura sanitaria básica a todos sus ciudadanos es terrible", afirma. "No me van las cruzadas. Sales al mundo, ves algo y lo cuentas. No hay ninguna ley que diga que eso no puede hacerse también en televisión". Si bien acepta que The wire era muy real, considera que no era otra cosa que un retrato muy personal de los Estados Unidos de hoy. "A lo sumo se podría considerar un editorial", sostiene sobre una serie que ha sido premiada por el sindicato de directores (DGA) y el de escritores (WGA).

POR NUEVA ORLEÁNS. El presente de Simon es Treme, historia centrada en un barrio en el que afirma que la cultura ha vuelto, "pero sigue siendo una ciudad disfuncional". Fiel a su estilo directo y sin censura, el productor opina que "Estados Unidos no hizo nada bien tras el Katrina. Por eso es tan admirable lo que la gente ha logrado por sí misma". Así se explica que su serie se concentre en ellos, en los habitantes de un rincón de Estados Unidos que por momentos se percibió a la deriva. Son los que deciden levantarse y rearmar su vida sin esperar ayuda de nadie más que de ellos mismos. "La corrupción es endémica, esta ciudad es un desastre. Pero nada demuestra mejor el poder de los individuos que los músicos y toda esa gente que ha rehecho la ciudad", remarca Simon.

Ver Treme será entonces tentador no sólo para los amantes de una música negra con muchos seguidores, sino también para quienes quieran disfrutar de historias de vida, de gente que se levantó tras el huracán, dicho en todo sentido.

¿Cree Simon que Treme ayudará en algo a Nueva Orleáns? "Quizá traiga más turismo, no sé. Sólo estoy contando una historia. En este caso, sobre la cultura americana. ¿Qué hay más importante que poner a bailar al planeta? Si alguna vez se nos recuerda por algo, será por eso".

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