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"Soy un heraldo de la radio"

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Alberto Kesman

Alberto Kesman es su voz y luego, Kesman: el registro que todo televidente de Canal 12 u oyente de Universal asocia con el periodista deportivo. Frente al grabador, Kesman se comunica de igual manera que frente a la cámara. Dirá que es "expresivo, espontáneo". A cada pregunta, responderá de manera inmediata, con convicción y claridad. No se extenderá demasiado, pero tampoco será breve.

Empezó a los 20 años trasmitiendo los partidos de tercera división para radio Ariel, hoy CX10 Continente. Quiso la suerte que Víctor Hugo Morales se enfermara y Kesman lo suplantara en un partido en la cancha de Cerro. Al terminar la transmisión, lo estaban buscando de radio Universal. Él aceptó la propuesta y desde 1972 hasta la fecha no cambió de frecuencia. Su aparición en Canal 12 se dio en 1977, en Telemundo, luego de una llamada de Carlos Restano. También aquí eligió quedarse.

-¿Tenías formación?

-Ninguna, simplemente la de alguien que se hizo autodidacta. Estaba haciendo Medicina, trabajando en una barraca de madera, después fui corredor, vendía calzoncillos y camisas, y estaba en la radio.

-¿Recordás las sensaciones previas a la transmisión de tu primer partido?

-Yo vivía en el barrio Fraternidad, estaba todo el barrio pendiente, había televisión pero no se pasaban los partidos, la televisión no estaba en todos los hogares. El que llegaba a la radio era una figura estelar, por más que no ganaras dinero, entonces todo el barrio estaba esperando el partido que se iba a trasmitir de tercera división entre Peñarol y Nacional. No estaba nervioso porque me sentía muy confiado. Mamá me hizo un té de tilo, lo tomé y fui a trasmitir como si lo hubiera hecho toda la vida.

-¿Cuánto cursaste de Medicina?

-A la entrada de facultad me retiré porque me gustaba salir de noche en el verano. Yo me había mudado de Fraternidad a Pocitos, la ventana de mi dormitorio daba a tres cuadras de la rambla pero como no había tanta edificación se veía la rambla, entonces añoraba hacer playa y dejé de estudiar porque un día me vino un surmenaje de mirar a todo el mundo tomando sol y yo con los libros a cuestas.

-O sea que nada tuvo que ver la vocación.

-Para nada. Al contrario, estoy arrepentido, yo hubiera sido médico y relator de fútbol.

-¿Cómo te definirías como relator?

-Sanguíneo, expresivo, espontáneo, certero en pintar lo que veo y ardoroso. Qué te podría decir, intento llegarle a la gente porque un relator no sólo tiene que contar lo que ve sino que también tiene que ser entretenido. Soy un heraldo de la radio, cuento lo que veo y trato de darle un poco de forma para que la gente no se aburra.

-¿Considerás que tu definición coincide con la descripción que la gente tiene de vos?

-Me parece que me describen tal cual me siento yo. Sí, hay una identificación muy grande de la gente con lo que yo siento y expreso. Yo soy muy espontáneo, no me guardo nada, me entrego, y creo que la gente ha captado eso. Cuando vos sos sanguíneo, te entregás. No soy demagogo. Soy como soy. Quedo bien, quedo mal. Es una cosa que la gente la evalúa.

-¿Qué transmisión terminó de instalarte como Alberto Kesman?

-No te consolidás en un partido. Lleva un tiempo de trabajo. Acá estuvo la etapa de Víctor Hugo Morales, con quien yo competí pero perdí, y después vino el momento de competir con Carlitos Muñoz. Finalmente, salí a flote como el relator más reconocido, tanto por el diario El País como por La República. Pero fundamentalmente la gente por la calle me ha reconocido y esa es la demostración de que vos estás liderando de alguna manera lo que significan los relatos futbolísticos; esa es una situación que la gente determina y lo traslada, es el público el que te pone en el lugar.

-¿Esa llegada a la gente te ha hecho pasar por momentos difíciles también?

-El momento más difícil lo pasé el año pasado cuando me pegaron el cascotazo en la cabeza, cosa que nunca me había ocurrido y que me llevó a pensar `qué estoy haciendo yo acá`. Pero como es un problema social de todos los días, a algunos les pegan balazos, a otros los asaltan a otros los violan, a mí me tocó que un energúmeno que nunca apareció, que nunca fue detenido, me tiró de atrás, cobardemente escondido. Tampoco la institución Nacional, que supuestamente sabe quién es, y no me lo ha dicho, lo ha denunciado. Pero yo no voy en contra de las instituciones y por eso no hice declaraciones para que Nacional perdiera los puntos. Porque si hubiera declarado en contra de Nacional en la AUF, habría declarado en contra de los jugadores, que no fueron los que me agredieron, y en contra del técnico, que tampoco lo hizo. En cambio, lo dirigentes si lo saben y por lo tanto son cómplices del agresor.

-¿De dónde surge la expresión "de rambullé"?

-De rambullé es el Palacio de Gobierno de Francia que pertenecía a la duquesa de Rambullé cuya característica fundamental era que le encantaba el lujo, por eso ese palacio quedó como Palacio de Gobierno de Francia. Un cuidacoches, en un bar en Carrasco, un día me gritó `Kesman, de rambullé`. Yo nunca había usado esa palabra entonces paré la oreja y me lo apunté. De esto hace muchísimos años. Cuando llegué a casa busqué en el diccionario y era la duquesa, hablaba del palacio de Rambullé y hablaba del pelito del corderito, y me incliné a definir la jugada de lujo como `la jugada de rambullé`.

-¿Cuál es la meta hoy?

-Yo soy un vocacional y todo comienza por la vocación. Soy periodista de raza. El periodista de raza es el que nunca descansa y siempre está pendiente de lo que está pasando. Lo hago porque además de ser mi medio de vida, me gusta. Entonces, es muy difícil decir cuál es la meta. Creo que es la de todos los días informar y saber todo lo que me gusta saber, además de lo que quiero informar. Todo lo que yo sé lo informo porque ese es mi trabajo; soy periodista. ¿Cuáles son las metas? Seguir siendo respetado, continuar siendo como soy hoy, reconocido por el medio. Esos son los objetivos profesionales, pero después están las otras metas del hombre (...), pero las mías personales, periodísticas, es mantenerme porque llegar se llega, lo difícil es mantenerse.

1972

Alberto Kesman comienza a trabajar como relator de fútbol para Radio Universal, aún hoy se desempeña como comentarista y relator.

1977

El periodista deportivo se integra al equipo de Telemundo, en Canal 12, donde también trabaja hasta la actualidad.

1977

Fecha clave en la vida de Kesman: el nacimiento de su primera hija, Yanina.

1983

Otro de los momentos emotivos en la vida personal del relator: nace su hijo, Martín, quien trabaja junto a él.

1997

Obtiene el Iris de Oro, premio otorgado por Sábado Show.

2004

Kesman se convierte en abuelo: nace su nieto Franco.

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