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"Gualeguaychú da un gran mensaje"

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Tompkins. Con barba progresista. 271x252
Tompkins. Con barba progresista.

En 2006 fue patoteado por un grupo de piqueteros argentinos liderados por el ex secretario de Tierras, Luis D`elía. A Douglas Tompkins, de 64 años, dueño de 500.000 hectáreas de tierra en Chile y Argentina, le gusta viajar en ómnibus. Conoció Argentina en 1961 y se instaló en los años 90, luego de retirarse de los negocios. Se alegra del estado público que generó el intento de expropiación de sus tierras en Iberá, Corrientes. Como contrapartida, donó un parque al gobierno de Néstor Kirchner en Santa Cruz. También quiere felicitar a los asambleístas de Gualeguaychú.

-¿Usted es un ecologista?

-Creo que me gusta pasar a la acción: compro tierras en lugares que merecen ser preservados como en los Esteros del Iberá. Todos deberíamos ser definidos como ecologistas, más allá de los rasgos personales. Es una cuestión de supervivencia. Yo me defino como un apasionado y sincero hombre de espíritu libre.

-¿Cómo hizo su fortuna?

-Negocios textiles. Tuve una empresa de ropa llamada Esprit, y antes que eso monté una empresa llamada North Face que vendía artículos deportivos para camping y alpinismo.

-¿En qué medida le ha perjudicado ser estadounidense para comprar tierras en Argentina?

-La ley argentina determina perfectamente en qué lugares los extranjeros pueden comprar propiedades. Entiendo que hay una zona de seguridad nacional, en las fronteras.

-¿Cree que América Latina se preocupa por el ambiente?

-Hasta donde yo pude notar, no parecería haber mucha preocupación por el medio ambiente. Si todo continúa así no habrá justicia social, ni economía, ni cultura. No podrá haber nada de eso en un planeta muerto.

-¿Tiene contactos con el gobierno de Estados Unidos?

-Prácticamente ninguno.

-Iberá se encuentra sobre una de las mayores reservas de agua dulce. ¿Hay un vacío legal en torno al acuífero Guaraní?

-El Iberá no forma parte del acuífero Guaraní. De hecho el agua superficial que forman los esteros proviene de la acumulación de agua de lluvia. Y todo su caudal equivale a sólo 18 horas del caudal del río Paraná a la altura de la capital de Corrientes. En términos de reservorio de agua, el Iberá es apenas un "charco". Cualquiera de los lagos del sur argentino -lago La Plata, Pueyrredón, Belgrano, Azara o Nansen- contiene mayor volumen de agua.

-¿El agua es una riqueza muy grande?

-Supongo que uno puede decir que es una riqueza. El agua y las distintas formas en las que se presenta ha sido vista de muchas maneras a lo largo de la historia: como un recurso inacabable al que se puede volcar todos los desperdicios; como una catástrofe cuando se presenta a modo de inundación; como una limitante para la producción cuando está presente en forma de estero o humedal; como una bendición cuando se lo visualiza como un área repleta de fauna que permite el desarrollo ecoturístico; como un recurso indispensable para la vida y la economía humana cuando visualizamos que hemos contaminado nuestras fuentes mas cercanas.

-¿Por qué cree que D` Elía lo acusó ante las cámaras de televisión de querer robar el agua al pueblo argentino?

-D`Elía pareció ser una especie de sensacionalista mediático. Esto a la larga le costó su expulsión del gobierno. Creo que D`Elía ayudó en llamar la atención nacional sobre la importancia de poner una seria protección legal a los esteros del Iberá y su gran biodiversidad de flora y fauna. Nosotros teníamos dificultad en que el público se interese por estos temas. Estamos agradecidos a D`Elía a pesar de lo irónico que esto pueda parecer.

-¿Cree que el gobierno valora los proyectos que usted llevó adelante en Santa Cruz y ahora en Corrientes?

-No puedo asegurarlo todavía con respecto al Iberá porque estamos en una etapa temprana en nuestro trabajo de brindar una efectiva protección a los esteros. Probablemente nos demandará unos 20 años para ver cuán exitosos hemos sido. Pero sí sabemos que el gobierno argentino apreció la donación del Parque Nacional Monte León ya que explícitamente nos lo agradeció.

-¿Conoce Uruguay?

-Sí, y me parece un país encantador y muy agradable. Los ciudadanos que tuve el placer de conocer me parecieron muy cultos y extremadamente atentos.

-¿Nunca le interesó invertir o comprar tierras allí?

-Pensé en comprar una granja para producir productos orgánicos, pero lamentablemente, me distraje con otros trabajos.

-¿Qué opinión tiene sobre el conflicto de las papeleras?

-No es la planta lo que más debería preocupar sino la degradación y modificación de todo el ecosistema para proveer materia prima para alimentar esas plantas. Pienso en las enormes extensiones artificiales de monocultivos de árboles "industriales", y por ello exóticos, en la región que reemplazaron pastizales y selva.

-Como ecologista, ¿se siente cerca de los activistas de Gualeguaychú?

- Ya han tenido éxito poniendo el tema ambiental en la agenda. Felicito a Gualeguaychú más allá de que ganen o pierdan esta batalla porque su trabajo ha dado esperanzas a otros ciudadanos comunes que descubren que si creen en algo, entonces hay que salir y levantar la voz. Es un muy buen mensaje para los líderes.

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