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Tras el foco epiléptico

| Investigadores de la Universidad trabajan en un software que permita optimizar el tratamiento de los peores casos de epilepsia: los que resisten la medicación.

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El País

L.G.

En Uruguay se estima que hay unos 3.500 epilépticos que requieren una cirugía para poder mejorar su calidad de vida. Son aquellos que padecen la variante refractaria de esta afección cerebral, cuando ya no hay fármacos que puedan controlar las convulsiones. Para ellos, realizar cualquier tarea, o cualquier tipo de interacción social, está severamente limitada. Pueden ser más, ya que se trata de un cálculo "conservador", según dice Rodolfo Ferrando, especialista en medicina nuclear. Para ello es necesario una correcta identificación del foco epiléptico, y que éste se encuentre en un área del cerebro en que una intervención quirúrgica no deje secuelas.

Es con ese objetivo que profesionales e investigadores de la Facultad de Medicina -Ferrando- e Ingeniería están trabajando en conjunto. El proyecto lleva por título "Desarrollo de un algoritmo para la comparación estadística de dos neuroimágenes funcionales de un mismo individuo; aplicación a la sustracción del Spectictal e interictal corregistrada con RM (resonancia magnética) en la epilepsia refractaria". ¿Traducción? "Crear un software que permita una detección más precisa de los focos epilépticos y automatizar lo más posible el proceso", explica Pablo Musé, profesor adjunto del Departamento de Procesamiento de Señales del Instituto de Ingeniería Eléctrica (IIE).

En el país, se estima la prevalencia de la epilepsia en el 1,14% de la población. Aproximadamente el 20% de los casos son refractarios, de acuerdo con Ferrando. De estos, entre un 50% y un 70% son operables, según el mismo médico. Para eso, la persona debe ser sometida a una serie de análisis y estudios con varias limitantes.

Al paciente que se va a operar se lo monitorea durante dos o tres días. Se le practica una tomografía computada durante las crisis y entre ellas (Spectictal e interictal). Luego esto se combina con una resonancia magnética. Se busca encontrar los flujos sanguíneos que permitan la detección del foco. En la mayoría de las epilepsias refractarias, este se encuentra en el lóbulo temporal. Pero en un porcentaje nada despreciable, aproximadamente un 25%, no. Esto lo hace más difícil de ser encontrado. En todo caso, se trata de pasos sucesivos que consumen tiempo -que no sobra en estos casos-, y que requieren una gran especialización y una buena dosis de trabajo manual.

El software que actualmente se está diseñando toma como modelo una situación normal y trata de detectar todo lo que escapa a ella. Luego se combinan con las diferentes imágenes cerebrales: las funcionales (los Spect) y las estructurales y anatómicas (resonancia magnética). La alineación de todas estas imágenes y su procesamiento automático, sostiene Musé, permitiría la mejor detección del foco. La matemática, a través de algoritmos que permitan detectar los orígenes y el desarrollo de la crisis epiléptica, al servicio de la medicina.

Este es uno de los primeros proyectos de investigación conjunta entre Medicina e Ingeniería financiados por la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) en unos 20 mil dólares. El plan de trabajo, iniciado en octubre, estima una investigación de dos años. Por el momento, los especialistas se encuentran en la etapa de localización del foco. No ocultan su entusiasmo. Los resultados parciales con el programa que se está diseñando ya ha permitido -en base a imágenes registradas de casos ya diagnosticados- detecciones más nítidas que con los procedimientos actuales. En la imagen pequeña que acompaña esta página, arriba se ven los resultados por los métodos de localización actuales, y abajo lo detectado por la nueva técnica propuesta en un mismo paciente. Los "nuevos" focos epilépticos estarían más definidos.

Este nuevo software también permitiría determinar lo que los investigadores llaman "ruido estadístico", que son falsas detecciones de focos epilépticos. En las imágenes, eso se traduce en menos manchas brillantes que solo podrían ser correctamente leídas por un profesional muy experiente.

De funcionar el software, se permitiría una detección de focos epilépticos en menos tiempo, a menos costo que los programas ya existentes en el mundo médico, con más precisión y con menos requerimiento de técnicos especializados para decidir si es viable una operación o no. Pero todo tiene un límite. "El programa dice `estos son focos que detecté`. Pero el especialista, que no tiene que hacer un encadenamiento de los pasos intermedios, es el que tiene la última palabra: la del diagnóstico, la que avala una operación o no. Esto no sustituye al médico", dice Alicia Fernández, ingeniera y docente del IIE. Es que tratándose de vidas humanas, la decisión final no puede corresponderle a un programa de computación, por mejorado que sea.

Datos

Cirugías beneficiosas en un 80%

La epilepsia es un trastorno cerebral que suele manifestarse por convulsiones parciales, generalizadas o miclónicas (se puede llegar a perder la conciencia). Puede ser causada por trastornos metabólicos, lesiones cerebrales, por la exposición a drogas, luego de cuadros febriles en la infancia y no se descarta el factor hereditario.

En la gran mayoría de los pacientes, se puede controlar mediante fármacos inhibitorios de crisis. Sin embargo, aproximadamente un 20% son casos refractarios, para los cuales no hay medicamento que logre mejoras. Es en este caso que se evalúa una operación. Según Rodolfo Ferrando, una cirugía logra la desaparición o una reducción drástica de las crisis en un 80% de los casos.

Ferrando trabaja en el programa de cirugía de epilepsia del Hospital de Clínicas, el único en el país. Un 10% de los epilépticos, estima, es pasible de ser operado.

La ubicación del foco es importante. Si está en un área motora o del lenguaje en el cerebro, una operación puede generar una hemiplejia o una afasia. Ahí se desaconseja una operación. Diferente sería un caso pediátrico, debido a la plasticidad del cerebro de los niños.

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