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Árbol de sabores, los secretos de Anacahuita

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El enorme árbol -con más de 100 años de edad, varios metros de altura y la etiqueta de "patrimonio nacional"- contrasta fuertemente con el urbanismo que lo rodea. Es que lo alberga el mayor edificio de oficinas del país: la Torre de los Profesionales. Sin embargo, el viejo Schinus molle se ha integrado a la perfección a esta particular selva de cemento e incluso dio nombre al restaurante que desde hace dos meses allí se encuentra: Anacahuita, tal es la denominación popular de la antigua planta.

Cuando el chef Pablo Montes de Oca fue convocado para hacerse cargo de la cocina del nuevo espacio, consideró que el increíble ejemplar podía no solo ser la excusa para dar nombre al restó, sino también formar parte de la propuesta gastronómica del lugar.

Montes de Oca egresó del ITHU en 2001 y desde entonces no ha cesado de cocinar dentro y fuera de fronteras. La experiencia adquirida fue una base sustancial a la hora de elaborar la carta del nuevo restaurante, donde conjugó sabores aprendidos en otros lados y creó platos 100% originales, logrando el sello de "cocina de autor".

El interés por jugar con lo diferente fue lo que llevó al chef a incluir los frutos de la anacahuita en diversas opciones del menú. "Son unas pelotitas marrones que se deshidratan a horno lento, pierden la resina y quedan con todo el sabor. Se ponen en un molinillo y se utilizan como pimienta. Es más bien aromática, y más fuerte que la pimienta negra". A la anacahuita -un árbol común en toda América del Sur- también se le llama pimentero y aunque no es muy frecuente su uso en la cocina, "es la pimienta nuestra, la autóctona", indica el experto en gastronomía.

RECETA. En la carta del restó se pueden encontrar desde platos de autor hasta tradicionales carnes, mariscos, pastas y pizzetas artesanales, algunos de ellos aderezados con fórmulas que incluyen este particular picante. Una de las recetas en las que se puede degustar la anacahuita es la suprema de pollo con peras glaseadas. A saber: en el centro de una olla grande se coloca un plato forrado en papel de aluminio, y allí va carbón al rojo vivo. Encima de la brasa se colocan ramitas de anacahuita, mientras recostadas contra las paredes interiores de la olla se ponen las supremas, atravesadas por palitos tipo brochette. Se tapa, se prende y el humo que larga logra que la carne se impregne del sabor de la pimienta. Terminado el proceso de ahumado, se cocina a la plancha.

Por otro lado se hierven peras cortadas a la mitad y sin semillas. Una vez prontas, a la misma agua de cocción se le agrega miel y se deja en reducción para elaborar un almíbar, que luego se verterá sobre las peras glaseadas.

En anacahuita, este plato se acompaña con un bouquet de verdes y brotes de soja, y se sirve como entrada.

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