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Fundador del teatro rioplatense

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SE CUMPLIÓ este año 2010 un siglo desde la muerte en Milán de Florencio Sánchez, fundador de una dramaturgia que tuvo proyección en las dos orillas del Plata. Principal protagonista en la renovación de un teatro que había nacido en las pistas del circo criollo, Florencio le dio estatura artística al lenguaje coloquial del Río de la Plata y sobre todo, reflejó con vigor dramático los conflictos sociales que sacudían a una sociedad en expansión.

Nacido el 17 de enero de 1875 en Montevideo, fue el mayor de una familia de once hijos, y pasó parte de su infancia en Treinta y Tres y en Minas, ciudad esta última a la que volvería ya adolescente y donde hizo sus primeros experiencias como periodista. De familia nacionalista, participó en el levantamiento de Aparicio Saravia de 1897, experiencia que marcó su decepción frente a la política tradicional, y lo acercó al anarquismo.

Desde 1902, ya radicado en la Argentina, en el término de ocho años compuso los veintidós textos dramáticos que son su mayor contribución al teatro de la región. Dotado de una aguda sensibilidad social reflejó con lucidez los problemas de su tiempo en obras como M`hijo el dotor, Barranca abajo, En familia, Canillita, La Tigra, Los muertos, La pobre gente o La Gringa.

En los cien años transcurridos desde su muerte, varias generaciones de directores teatrales han incursionado en obras de Sánchez, lo que parece abonar un consenso en torno a la importancia de su obra, más allá de las diferencias epocales. No cabe duda de que nuestro mundo es muy otro, pero comparte con el del 900 la conciencia de estar viviendo profundas transformaciones culturales y sociales. Florencio creyó en la misión del teatro como espejo de una sociedad, y es esa convicción lo que vuelve desafiante su legado.

¿Ha tratado el Uruguay institucional a Sánchez con la atención que dio a otros escritores como Juana de Ibarbourou o Zorrilla de San Martín? ¿Cómo lo recibió la crítica de sus contemporáneos? ¿Es verdad o hay algo de mito en el supuesto consenso crítico que ha merecido? Más allá del homenaje, ¿cómo representar sus obras a más de un siglo después de sus estrenos?

Este número busca dar respuestas a algunos de estos interrogantes. Bucea en la visión de Sánchez sobre las relaciones familiares, atiende al papel de las mujeres en su dramaturgia, revisa el intenso período que vivió en la ciudad de Rosario, recuerda los avatares del estreno de su primer gran éxito, M`hijo el dotor. Y rescata la opinión de quienes este mismo año dirigieron o actuaron en nuevas puestas en escena de su obra.

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