Luego del choque con el iceberg, cuando las noticias eran confusas a bordo del Titanic y pocos presagiaban el destino del buque, Francisco y José Pedro Carrau fueron vistos hablando con Artagaveytia por el pasajero de segunda clase Julián Padron Manent, un español que vivía en La Habana. Padron Manent fue uno de los primeros en subir a los botes salvavidas, con lo que logró volver a su Cuba adoptiva. Los uruguayos también fueron vistos por el pasajero de primera clase Elmer Zebley Taylor, quien vivía en Londres y se encontraba en viaje de negocios. Sin embargo, las versiones de Taylor y Padron Manent difieren considerablemente.

Mientras el español declaró haber visto a los tres uruguayos bromeando con "contraer un resfriado" y fumando un puro en la cubierta, en medio de la noche helada, Taylor dijo que los Carrau parecían muy nerviosos por la situación que estaban viviendo. La Encyclopedia Titánica, una referencia ineludible sobre los viajeros del Titanic, reproduce su testimonio que puede hacer alusión también a Artagaveytia, o a otro pasajero argentino.

El inglés logró escapar junto a su mujer en uno de los botes salvavidas. Nunca más supo de los uruguayos.

Más de un mes después del naufragio, los amigos de José Pedro Carrau enviaron a su familia un álbum recordatorio de "las virtudes que adornaron" al joven empresario. El libro fue prologado con sentidas frases y durante varios días quienes quisieron firmarlo desfilaron por joyería "Airaldi", que se encontraba en la avenida Rondeau Nº 173.