Al límite de lo ético, cansados de esperar respuestas y en pleno pico de infecciones respiratorias, los pediatras intensivistas del Pereira Rossell denunciaron su realidad laboral. Hasta el 27 de agosto cubrirán las guardias, después, no se sabe (ver nota relacionada).
Ante el ultimátum, el ministro de Salud Pública, Jorge Venegas, dijo hoy a radio Carve que no existe un colapso en la atención de niños en el centro hospitalario, pero admitió las dificultades en los servicios de alta complejidad donde se registra, explicó, una inadecuada distribución de los recursos humanos.
El jerarca estatal aseguró que se reunirá con todas las partes afectadas por esta realidad para propiciar una "mirada aguda" al problema y encontrar soluciones urgentes, como la contratación inmediata de más personal y acelerar llamados públicos.
Venegas explicó que el "75% de nuestro sistema de atención de áreas críticas está en el sector privado y el 25% en el sector público. Nosotros atendemos una población altamente compleja como es la de ASSE, vulnerable, con más dificultades, por lo tanto hay una disparidad" en los recursos disponibles, afirmó.
Cada invierno se repite la misma situación: aumenta la demanda por infecciones respiratorias y las carencias de Salud Pública quedan al desnudo. A veces es falta de camas de CTI, otras es falta de recursos humanos. En el caso de la pediatría intensiva las camas son casi suficientes pero el personal para atender a los potenciales usuarios no alcanza.
El titular del MSP consideró que este es un problema más complejo al enfrentado con los anestesistas, ya que toma más tiempo formar un neonatólogo o un pediatra intensivista. Además, dijo, es necesario trabajar en generar mejores condiciones de trabajo y mejores sueldos.
Venegas reconoció que los usuarios están fastidiados por esta situación, pero de todas formas dijo que se actuará con cautela y serenidad en la búsqueda de rápidas respuestas.