FEDERICO CASTILLO

Las políticas antitabaco aplicadas en Uruguay redujeron 400 infartos por año. Según un estudio divulgado ayer, esta reducción es más significativa en los jóvenes. Olesker anunció además que se seguirá subiendo el precio de los cigarrillos.

La prohibición de fumar en los espacios cerrados, que rige en Uruguay desde al año 2006, determinó una reducción del 17,1% en los ingresos hospitalarios por infarto de miocardio, lo que significa unos 400 infartos menos por año. Esta es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo por el Centro para la Investigación de la Epidemia de Tabaquismo (CIET) que fue difundido ayer ante la presencia de la ex ministra de Salud, María Julia Muñoz, y el actual ministro Daniel Olesker.

La investigación incluyó a 37 centros de salud públicos y privados del Uruguay y consistió en el análisis de las Historias Clínicas de 7.949 pacientes ingresados bajo diagnóstico de infarto de miocardio entre marzo de 2004 y febrero de 2008.

El informe agrega detalles significativos. Por ejemplo, señala que quienes más se beneficiaron con las políticas antitabaco fueron los menores de 35 años, pues en esa franja hay un descenso del 55,6% de casos. Se observó además una reducción del 38,5% en los menores de 45 años.

El cardiólogo Edgardo Sandoya, uno de los encargados del estudio, explicó que durante la investigación se encontraron con casos bien extremos, que representan el abanico de edades analizadas: hay pacientes de 21 y hasta de 103 años que ingresaron al hospital con infarto de miocardio.

Otro dato relevante es que en los pacientes asistidos en centros públicos se advierte una reducción de sólo el 6,4% de ingresos por infartos, mientras que en los asistidos en instituciones privadas se observó una reducción del 22%. Los autores de la investigación no supieron explicar los motivos de esta diferencia y reconocieron que es una "punta" a explorar.

También se destacó un aspecto calificado como "inédito" en este tipo de investigaciones: los días viernes y sábados se observó mayor reducción de casos de infarto que en el resto de los días de la semana, y el fenómeno es más marcado entre los jóvenes.

Sandoya argumentó que en esos días la exposición al humo de tabaco en lugares cerrados tenía un efecto contundente en los más jóvenes. Como ejemplo dijo que un boliche o discoteca llegaba a haber unas 800 microgramos de partículas concentradas en el aire, cuando lo más saludable es que existan menos de 50 microgramos.

El cardiólogo subrayó la importancia de la calidad del aire. Dijo que el "humo de segunda mano" puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria en un 30%.

Más impuestos. El ministro Olesker destacó la "evidencia empírica" que surge de la investigación y afirmó que la idea es mantener las políticas tendientes a reducir el número de fumadores. Y una de ellas, dijo, es aumentar progresivamente el precio de las cajillas de cigarros en base a más impuestos.

"Está claro que el precio es un factor clave. Todas las políticas tienen efectos, pero seguir por el lado de los precios es una política importante", dijo. Olesker no precisó porcentajes ni fecha para esa suba.

La ex ministra Muñoz, encargada de ejecutar durante el pasado gobierno las medidas contra el cigarrillo, le había pedido minutos antes a Olesker que suba los impuestos y dedique el dinero a programas contra el tabaquismo.

El Centro de Investigación para la Epidemia de Tabaquismo (CIET) se propuso -además de realizar tareas de estudio- desarrollar una red nacional de vigilancia del cumplimiento de las políticas de control del tabaco, que lleva por nombre: "Alerta Tabaco, Red Social de Vigilancia".

El objetivo de la propuesta es "servir como una herramienta efectiva de la ciudadanía, para vigilar activamente el cumplimiento de las estrategias del control del tabaco que nuestro país está impulsando", se explicó.

Alerta Tabaco monitorizará todas las acciones de control del tabaquismo contempladas en la Ley 18.256.

Esto supone fiscalizar que efectivamente existan ambientes libres de humo de tabaco, que las cajillas de cigarros tengan las advertencias sanitarias, que no haya venta de cigarros a menores, etc.

DECRETO. El 1° de marzo de 2006 Uruguay se convierte en el quinto país del mundo en establecer la prohibición de fumar en los espacios cerrados, tanto públicos como privados. La medida fue establecida por un decreto del presidente Tabaré Vázquez.

PUBLICIDAD. En años sucesivos se fueron aplicando otras medidas restrictivas como prohibir la publicidad de cigarrillos, aumentar las advertencias sanitarias en las superficies de las cajillas. También se subieron los precios.

MUERTES. Las autoridades sanitarias argumentan que el tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en el país y definen a la enfermedad como una "catástrofe sanitaria". En promedio, mueren unas 15 personas por día por causas relacionadas con el tabaquismo. La mayoría por enfermedades coronarias o distintos tipos de cáncer.

ENCUESTA. Según una encuesta difundida por el gobierno a principio de este año, unas 130.000 personas dejaron de fumar en los últimos 3 años, y la gran mayoría de los fumadores quieren dejar ese hábito

HÁBITO. La encuesta reveló que hubo un descenso del 24% en la prevalencia de fumadores diarios en los últimos años. Además, el 75,7% de los fumadores actuales están planeando o piensan dejar de fumar, y el 48,6% de los fumadores hizo un intento de dejar el hábito durante el último año.

EXPOSICIÓN. La encuesta reveló además que, a pesar de las prohibiciones de fumar en ambientes públicos, aún el 16,5% de la población está expuesta al humo de tabaco en sus lugares de trabajo

EDADES. Según la encuesta, el 25% de la población uruguaya mayor de 15 años consume tabaco, con mayor prevalencia entre los hombres (el 30,7%, contra el 19,8% de las mujeres).

MODALIDADES. El 21,3% de la población fuma cigarrillos manufacturados y el 8,1% cigarrillos armados a mano. Los hombres de las zonas rurales son quienes más fuman este tipo de tabaco.