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La comunista que se reencuentra con su vocación: asistencia social

Mides. Vignoli se propone trabajar "sobre la base" que dejó su antecesora

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FEDERICO CASTILLO

"Sorpresa y un poco de susto", fue lo que sintió Ana Vignoli cuando José Mujica la llamó para ofrecerle el Ministerio de Desarrollo Social. Para ella, el cargo significa reencontrarse con la profesión de toda su vida.

"Ahora va ser la ministra de Desarrollo Social. ¡Andá llevando!. Lo merece, claro. Dedicó su vida a eso, al desarrollo social", escribió su hija Cecilia en Internet algunos días después que se oficializó la designación de Vignoli al frente del Mides.

Es que ella misma, a sus 64 años, se define como una trabajadora social de toda la vida. En 1979 se recibió como Asistente Social y antes de que su militancia en el Partido Comunista la obligara a abandonar el país en plena dictadura, trabajó en un instituto de asistencia técnica en una cooperativa de ayuda mutua. En 1981, a sus 36 años, el exilio la empujó a Suecia con dos hijos a cuestas.

En ese país, en una experiencia que recuerda como "muy dolorosa", trató de aprender el idioma sueco e hizo algunos trabajos puntuales y esporádicos.

Al volver, tres años más tarde, se encontró con el Uruguay que extrañaba, pero también con una realidad más dura de la que imaginaba. Los problemas para reinsertarse tras la ausencia fueron varios. Estuvo un año entero tratando de conseguir un empleo y se hizo difícil conseguir un techo. "Vivíamos cada uno en una casa diferente amparados por familiares solidarios", escribió su hija.

"Pensé que iba a ser más fácil el retorno", recordó Vignoli.

Durante ese año en el que estuvo desocupada militó en la fundación por el reencuentro y después trabajó como becaria en la Comisión de Repatriación.

En el año 1989 concursó por primera vez para ingresar al entonces Instituto Nacional del Menor. Allí se desempeñó como asistente social durante un año. En 1990 se presentó a otro concurso para un trabajo público, esta vez en la Intendencia de Montevideo donde hizo carrera hasta ahora.

En 2005, cuando el Frente Amplio gana por cuarta vez la Intendencia de Montevideo, a Vignoli le dan la responsabilidad política de dirigir el Departamento de Recursos Humanos de la comuna.

Vignoli asegura que en estos cinco años en los que ocupó ese cargo, tomó "un poco de distancia" de las políticas sociales y por eso ahora siente que ser la ministra de Desarrollo Social es como "un reencuentro con la profesión".

"Me tomó de sorpresa, pero esas son cosas que pasan en la vida política. La tuve que asumir demasiado rápido". Vignoli dice que es y seguirá siendo comunista siempre. Para ella el programa del comunismo "puede lograr el cambio en el mundo, no sólo en el Uruguay".

Ojo "cuando se calienta"

Cecilia, una de las dos hijas de Ana Vignoli, escribió en Internet una emotiva reflexión sobre su madre que no tardó en filtrarse a los medios de prensa. Bajo el título "Mi madre, la ministra", la describe como una convencida trabajadora social que durante su vida ha postergado intereses personales por los colectivos. "Claro, nunca se olvidó de ser madre, hermana, amiga y después abuela. Es la misma que hace tallarines caseros los domingos (con poca sal) y tortas fritas cuando llueve. ¡Ojalá dure! La que baila murga, salsa y candombe", describe la hija. Advierte que "cuando se calienta" hay que "correr para atrás" y avisa "a los contras" que se "preparen".

Agenda Desarrollo social

Prioridades

Continuar las principales líneas trazadas por la anterior administración. "Avanzar en lo que pueda, pero siempre sobre la base de lo realizado".

Desplegar el trabajo social en todo el territorio nacional con la creación de oficinas territoriales.

Disminuir la indigencia y la marginación.

Temas pendientes

Profundizar la interinstitucionalidad, logrando políticas sociales conjuntas con otros ministerios y organismos estatales.

Continuar el Plan de Emergencia con el desarrollo del Plan de Equidad, ya iniciado por el gobierno saliente.

Fortalecer las políticas sociales para favorecer a los adolescentes.

Qué le reclaman

Aplicar políticas que supongan soluciones a los problemas sociales a largo plazo.

Que se disminuya el nivel de pobreza e indigencia.

La creación de oficinas territoriales en todos los puntos del Uruguay para llevar adelante los emprendimientos productivos del Mides.

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