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El hombre de la seguridad y vocero del presidente

Bonomi. Es el operador más cercano a Mujica, pese a no contar con un gran carisma

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PILAR BESADA

Eduardo Bonomi asumirá uno de los ministerios más complejos para el gobierno. Pero su gestión será corta: apenas se apruebe el Ministerio de la Presidencia, Bonomi cambiará de despacho y será la voz de José Mujica en el gobierno.

Bonomi es de pocas palabras y suele obrar con cautela. "Escribe mejor de lo que habla", según un amigo, y es prolijo, pragmático y ejecutivo en su trabajo. Si bien no tiene una personalidad carismática ni un discurso elocuente, es el operador político más cercano a Mujica y un referente del MLN-T.

Nacido en 1948, proviene de una típica familia uruguaya de clase media. Se crió en Punta Gorda, cuando se parecía más a un balneario que a un barrio urbano, en una casa sobre la calle Rivera con un gran jardín. Es el mayor de tres hermanos, su padre fue gerente de la Caja Nacional de Ahorro Postal y luego del Banco Hipotecario, y su madre era ama de casa. Ambos viven actualmente en Parque del Plata, donde también reside su hermano Néstor. La hermana menor, Themis, vive en Estocolmo hace más de tres décadas.

Entre 1966 y 1970 Bonomi jugó al fútbol en las divisiones inferiores de Wanderers, y según los recuerdos que de él tienen sus ex compañeros, ya perfilaba los rasgos de su carácter. Era "muy metedor", "marcaba fuerte" y tenía "mucho tesón". Jugaba de 5, en una posición que equilibraba el cuadro.

Sus amigos de esa época lo recuerdan callado, tímido y bonachón. Le decían "El Conejo". Más adelante le apodaron "El Bicho", porque cuando fue arrestado en 1972, a su hijo Andrés -que aún no había cumplido un año- le decían "Bichito".

Comenzó la militancia política en la Facultad de Veterinaria, en 1969. Un año después ingresó en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).

"Éramos los guachos de la organización", recordó el tupamaro y escritor Marcelo Estefanell. Bonomi y Estefanell pertenecen a una generación posterior a la de líderes históricos como Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro o Jorge Zabalza. En las acciones militares, Bonomi no llegó a tener un cargo de responsabilidad. A los 23 años cayó preso y estuvo en el Penal de Libertad hasta 1985. La mayor parte de ese período estuvo en el piso 2B del penal, donde según Estefanell estaban "los pesados" del MLN. Fue acusado de participar en el atentado contra el comisario José Pedro Macchi en 1972.

El pasado septiembre, el senador nacionalista Luis Alberto Heber recordó su "responsabilidad en el crimen del policía Rodolfo Leoncino". Sin hacer referencia al caso, Bonomi admitió que él, como todos los que estuvieron presos, era "políticamente responsable" de las acciones del MLN-T.

Cuando salió de la cárcel consiguió un trabajo de filetero en la industria pesquera Promopez, donde llegó a ser director de la cooperativa. Allí hizo su carrera como dirigente sindical hasta que la empresa se fundió en 1999. Además de fuente de trabajo, la pesca es una de sus actividades predilectas, desde que la practicaba de chico.

Desde 1987 integró el Comité Central del MLN, fue representante de los tupamaros en la Mesa Política del FA y fundador del MPP. Antes de ser designado ministro de Trabajo por Tabaré Vázquez, Bonomi fue diputado suplente de Nora Castro entre 1999 y 2004.

Durante los años en la cárcel se separó de su primera mujer, y cuando salió en libertad se casó con su segunda esposa y tuvo dos hijas: Carolina y Sandra. Actualmente está casado por tercera vez con Susana Pereyra, diputada por el MPP. Viven en una cooperativa de viviendas sobre Camino Maldonado, en la zona de Maroñas, a tres cuadras de la Escuela Nacional de Policía donde hoy asumirá como ministro.

En cuanto a sus capacidades como político, Estefanell comentó que Bonomi "suele ser el que redondea las ideas cuando se está ante un problema complejo". "En la época que éramos guerrilleros, cuando importaba más la acción militar, quizás no tuvo oportunidad de mostrar su capacidad. Pero una vez dedicados a la lucha política legal, año a año se afirma como un dirigente muy lúcido", señaló.

Agenda interior

Prioridades

Construir nuevas cárceles para solucionar el tema de la superpoblación.

Otorgar un rol central a Inteligencia en el combate al tráfico de drogas.

Duplicar el presupuesto actual para el Ministerio del Interior.

Temas pendientes

Bajar el número de hurtos y rapiñas, una deuda del gobierno saliente.

Reducir la tasa de hacinamiento en las cárceles del país.

Darle alcance nacional a las tareas de la Guardia Republicana.

Qué le reclaman

Mejores salarios para los policías y eliminación gradual del 222.

Construir recintos adecuados para los menores delincuentes.

Combatir en los barrios el consumo y tráfico de la pasta base.

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