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Roberto Kreimerman, un ingeniero químico de 51 años, casado, con tres hijos y afiliado al Partido Socialista es quien dirige el Ministerio de Industria desde el día de ayer.

Conoce de cerca el sector industrial por su pasado como empleado de una textil y dos curtiembres.

Los empresarios lo ven con un perfil más técnico que político. Es ordenado y siempre anda a cuestas con un sin número de carpetas y documentos en los que, por lo general, siempre se apoya a la hora de realizar alguna declaración.

Tiene un posgrado en Economía y Comercio Internacional de la Universidad de Barcelona y un Master en Finanzas y Comercio Internacional en el mismo centro educativo. Domina los idiomas francés e inglés.

Cuenta con una larga trayectoria en el sector privado. Entre 1980 y 1981 se desempeñó en Hisisa (una empresa de hilados sintéticos), entre 1981 y 1982 en Decuer S.A. (una curtiembre dedicada a tapicería automotriz) y en 1983 ingresó en Paycueros. En ésta ejerció varios cargos durante 15 años, entre ellos gerente de producción, director industrial y encargado de planeamiento estratégico y proyectos especiales.

En 2008 asumió como director Nacional de Industrias del Ministerio de Industria, Energía y Minería y a mediados de 2009 pasó a ser subsecretario de esa cartera. Cuando se conformó el Gabinete Productivo en la administración Vázquez fue uno de los moderadores.

En paralelo con la función pública, también se desempeña como docente en la Universidad de la República como profesor grado 3 del Instituto de Ingeniería Química y como tutor y corrector en la Universidad ORT de la asignatura Plan de Negocio y del Master en Gerencia y Administración de Empresas.

Dentro de la agenda de sus prioridades, Kreimerman buscará la institucionalización de las diferentes cadenas para potenciar su crecimiento, agregar más valor agregado con más calidad y reinserción tecnológica. En el caso de las Pymes, el foco apuntará a bajar los costos operativos simplificando trámites.

En materia energética, tendrá como guía los acuerdos de la comisión multipartidaria que definieron una serie de prioridades, como aumentar en 500 megavatios hasta el 2015 la oferta de energías renovables.

En el caso de demanda, hará hincapié en la eficiencia del consumo fundamentalmente en el sector público. El acceso de la energía a los sectores más desprotegidos será otra de sus prioridades.

La ley de telecomunicaciones será uno de los desafíos inmediatos de su gestión.

Por último, en minería el ministro intentará mejorar el código de Minería para optimizar la gestión con un perfil más ágil y transparente.

Bajar los costos de las Pymes.

Agregar más valor a la producción industrial.

Aumentar el respaldo energético.

Ley de Telecomunicaciones.

Mejorar el Código de Minería.

Montar una planta regasificadora.

Los empresarios advierten pérdida de competitividad.

Más apertura en telecomunicaciones y energía.