Hernán María Patiño Mayer se va de Uruguay. El gobierno argentino aceptó su renuncia como embajador. El malestar de la presidenta Cristina Fernández por algunas de sus actitudes fue clave para la retirada.
A esto se sumó el desgaste de la figura de Patiño Mayer -decano de los embajadores extranjeros en Uruguay- por los continuos enfrentamiento con la oposición política.
La versión oficial de la Casa Rosada en Buenos Aires dice que Patiño presentó renuncia el 3 de diciembre, pero recién ayer fue aceptada y dada a conocer por la Presidencia Argentina, un día después que una delegación del Partido Nacional integrada por los senadores Jorge Larrañaga y Sergio Abreu le presentara al canciller Pedro Vaz un pedido formal para que cesara el embajador. El planteo de los blancos fue en respuesta a un artículo que Patiño publicó el domingo 3 en el diario Página 12, comparando a Mujica con José Artigas y José Batlle y Ordóñez. El artículo se tituló "Los tres Pepes orientales".
El canciller Vaz conversó telefónicamente con Patiño el mismo martes 5 y se proponía citarlo a la Cancillería para pedirle una aclaración escrita sobre el alcance de sus expresiones en ese artículo. Patiño se disculpó públicamente y dijo que no pretendió meterse en asuntos internos de Uruguay.
En medios argentinos se informó ayer que Patiño había perdido incidencia en la Casa Rosada donde, según coinciden los diarios Página 12 y La Nación, ya no contaba con el favor de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ni de su jefe directo, el canciller Jorge Taiana. Esta situación fue el desencadenante de la renuncia. Un Boletín Oficial del gobierno argentino difundido ayer, miércoles 6, indica que Patiño Mayer "presentó su renuncia indeclinable" como embajador el 3 de diciembre de 2009.
En esos días, apenas horas antes de la cumbre del Mercosur realizada en Montevideo, el embajador anunció una reunión de alto nivel entre Fernández de Kirchner y el presidente electo José Mujica para conversar sobre el conflicto binacional por la planta de Botnia (ahora UPM) en Fray Bentos y el bloqueo del puente San Martín por parte de piqueteros de Gualeguaychú. Esa reunión se resumió en un encuentro de pocos minutos entre Fernández y Mujica en el Hotel Sheraton la noche en que llegó a Montevideo la presidenta argentina.
Fuentes diplomáticas consultadas por El País coincidieron en que ese anuncio de Patiño sobre la reunión con Mujica prácticamente selló su suerte, porque a partir de entonces su gobierno le pidió que se llamara a "silencio", sumado a una inocultable molestia de la presidenta Fernández.
El diario La Nación informó ayer que Fernández dispuso aceptar la dimisión luego del nuevo incidente con la oposición política uruguaya a raíz de sus constantes elogios y actitudes políticas hacia Mujica, su-brayándose que Patiño había perdido predicamento en el gobierno de su país.
Las fuentes diplomáticas insistieron en que la renuncia del embajador no se hizo pública hasta ayer porque se estuvo buscando al sustituto. El gobierno argentino le ofreció la misión al senador justicialista Ruben Marín, pero no aceptó.
Patiño fue designado embajador en Uruguay en 1995 por el presidente Carlos Menem. Esa primera etapa duró dos años y medio. Luego retornó con Eduardo Duhalde y continuó con Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
La gestión de Patiño tuvo varios pasajes de tensión, dado que ya había sido cuestionado en anteriores oportunidades por blancos y colorados por declaraciones o por participar en actos del Frente Amplio.
El ministro de Turismo Héctor Lescano, "lejos de un pronunciamiento oficial", expresó ayer a El País su "reconocimiento" a Patiño por "su actitud frente a este doloroso hecho que significó para el turismo el corte de los puentes".
La ministra de Educación María Simon dijo que en lo personal siente "simpatía" hacia el embajador, "un hombre que se ha comprometido con la vida cultural en Uruguay y ha sido solidario". "Veremos quién viene y lo recibiremos con los brazos abiertos, siempre va a ser un hermano", dijo.
La oposición, en cambio, ha cuestionado las actitudes del embajador, en particular su apoyo al Frente Amplio durante la última campaña electoral. En opinión de Larrañaga, Patiño se había transformado en un elemento que obstaculizaba la recomposición de la relaciones entre Argentina y Uruguay.
Decano de los embajadores extranjeros
Hernán Patiño Mayer era el embajador extranjero que más tiempo permaneció al frente de una misión diplomática. Le tocó parte de la segunda presidente de Julio María Sanguinetti (1995-2000), compartió los cinco años de Jorge Batlle (2000-2005) y se retira al final de la gestión de Tabaré Vázquez (2005-2010). Con el presidente electo José Mujica mantiene una excelente relación. También respondió a cuatro presidentes argentinos: Carlos Menem, Eduardo Duahalde, Néstor Kirch-ner y Cristina Fernández.