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Murió Raúl Alfonsín, un símbolo de la democracia

Adiós a Alfonsín. Su presidencia marcó el fin de la dictadura militar en Argentina El gobierno decretó tres días de duelo nacional Desde Uruguay destacan su contribución a la democracia

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BUENOS AIRES | LA NACIÓN / GDA

El ex presidente argentino Raúl Alfonsín falleció ayer a la noche en su domicilio de Buenos Aires. Tenía 82 años y padecía cáncer de pulmón. "Murió quedándose dormido", afirmó su médico.

Raúl Ricardo Alfonsín nació el 12 de marzo de 1927, en Chascomús, un pueblo del este bonaerense. Su padre era hijo de un inmigrante gallego republicano. Su madre era argentina por rama materna y de ascendencia inglesa por rama paterna. De ellos, decía Alfonsín, heredó la pasión por la política.

En 1945, egresó del Liceo Militar. Se afilió a la UCR en 1946 y tres años más tarde se casó con María Barrenechea, su mujer de toda la vida. En 1950, se recibió de abogado sin abandonar Chascomús. Su falta de contacto con la gran ciudad no le impidió la militancia, y en 1951 fue electo concejal.

Detenido por la dictadura de Juan Carlos Onganía en 1966, los violentos años 70 encontraron a Alfonsín buscando su propio camino. Sus ideas humanistas y su rechazo terminante a la lucha armada lo convirtieron en referente. Tres meses antes del golpe militar de 1976, Alfonsín fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, primera en denunciar la violencia de la Triple A y la de la dictadura después. Durante el proceso defendió a detenidos, y denunció las desapariciones en el exterior.

El 30 de octubre de 1983, Alfonsín ganó la presidencia con el 51,7%. Asumió el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, y ante la Asamblea Legislativa anunció los ejes de su gestión: Derogación de la ley militar de autoamnistía, reforma del Estado, protección a la industria, un Plan Alimentario Nacional para los más necesitados, un intenso programa de alfabetización y obra pública, entre otras cosas.

La misma semana que asumió ordenó por decreto juzgar a las juntas militares y las cúpulas guerrilleras. También creó la comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) que documentó las violaciones a los derechos humanos. Pero la herencia de la dictadura estaba lejos de morir. En la Semana Santa de 1987, Alfonsín soportó la primera de tres sublevaciones militares.

"La casa está en orden y no hay sangre en Argentina. Felices Pascuas", saludó Alfonsín terminada la sublevación, desde la Casa Rosada. Pero la casa no estaba en orden, y el Presidente que ya había sancionado la ley de punto final (fijaba un límite de 60 días a las acciones penales contra militares) creó la ley de obediencia debida, que exculpaba oficiales que actuaron obedeciendo órdenes.

Entre sus logros en materia internacional, Alfonsín lanzó la unión económica entre Brasil y la Argentina, antecedente del Mercosur, y selló la paz con Chile por el Canal de Beagle.

En la lista de sus frustraciones se anota la hiperinflación y los saqueos que lo obligaron a adelantar el traspaso del poder a Carlos Menem. Pero su vida política no terminó cuando dejó la Presidencia. En 1994, firmó con Menem el Pacto de Olivos, que le permitió modernizar la Constitución, pero habilitó la reelección presidencial. Sus detractores siempre se lo reprocharon, igual que las leyes que favorecieron a los militares y su retiro anticipado del poder.

Después del estruendoso fracaso del gobierno de Fernando de la Rúa, pasó sus últimos años tratando de reconstruir la UCR. En el tiempo que la política le dejaba, recibió condecoraciones por todo el mundo. Su país también decidió homenajearlo. La presidenta Cristina Fernández descubrió en 2008 un busto con su imagen en la Casa Rosada por los 25 años de su triunfo electoral. El vicepresidente Julio Cobos, a cargo del Ejecutivo por el viaje de Fernández a Londres por la cumbre del G20, declaró ayer un Duelo Nacional de tres días. Por su parte, la mandataria dijo que Alfonsín "era un hombre por el que sentía admiración".

Él siempre decía que de todos los presidentes post dictadura, a él le había tocado bailar con la más fea. Pero esta vez le tocó bailar con la peor de todas, la muerte. Sin embargo, tanto en el `83 como ahora salió victorioso: la historia lo eligió para convidarle el elixir de la inmortalidad, un privilegio que le otorga a muy pocos.

Evocaciones

Bustillo: "Es un día de luto para Latinoamérica"

"Es un día de luto, pero no sólo para la Argentina sino también para todas las democracias latinoamericanas, por todo lo que significó Raúl Alfonsín en el retorno a la democracia. Fue un hombre reconocido por todos, por propios y por extraños. Si hubiera que describirlo con una palabra yo diría democracia; él era la democracia. Su despedida va a congregar a todos los líderesque honrarán su memoria", dijo el embajador uruguayo en Argentina, Francisco Bustillo.

Batlle: "Ponía al país por encima de su partido"

"En la recuperación democrática de la República Argentina, Alfonsín fue un factor de enorme importancia, casi decisivo. Para Uruguay su ejemplo fue muy importante. A lo largo de su gobierno tuvo muchas dificultades, pero pudo preservar el prestigio, no solamente de su honorabilidad, sino de su condición de hombre que ponía el país por encima del partido. Argentina pierde uno de los hombres más significativos de la recuperación democrática", dijo el ex presidente, Jorge Batlle.

Lacalle: "Fue un demócrata que hizo todo"

"Recibimos con mucha pena la noticia de la muerte de Alfonsín, un destacado hombre del partido Radical, un presidente al que le tocó iniciar el período democrático y que enfrentó serias dificultades. Aunque su gestión en su momento mereció críticas, fue un demócrata que hizo todo lo que estuvo a su alcance para que Argentina retomara el camino de la democracia. Hacemos extensivos estos sentimientos de pesar al gran partido Radical", dijo el ex presidente Luis Alberto Lacalle.

Cronología de raúl alfonsín en el gobierno argentino

Fin militar: El 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín gana las elecciones presidenciales y el 10 de diciembre asume el cargo; es la reapertura democrática en la Argentina luego de más de siete años de gobierno militar.

Persecución: El 13 diciembre firma los decretos que disponen "la necesidad de promover la persecución" penal de los hechos cometidos por los terroristas y el juicio sumario ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de la Junta Militar que usurpó el gobierno el 24 de marzo de 1976 y juntas siguientes.

Desaparecidos: El 15 diciembre crea la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, presidida por el escritor Ernesto Sábato, y deroga la ley de amnistía militar.

Punto final. Promulga en diciembre de 1986 la Ley de Punto Final, que fija un límite temporal a las acciones penales contra militares implicados en casos de represión, y en 1987 la de Obediencia Debida.

Casa en orden: Alfo Rico se rebela y da comienzo a la crisis militar de Semana Santa. El 19 abril de 1987, ante una multitud en la Plaza de Mayo y concluida la crisis, Alfonsín dice: "Felices Pascuas, la casa está en orden".

Renuncia. Ante el agravamiento de la crisis económica y social, el 30 de junio de 1989 renuncia a la presidencia. El gobierno debía ser entregado el 10 diciembre al electo presidente, Carlos Saúl Menem.

Alfonsín visitó Montevideo en 2000, cuando asumió el ex presidente Jorge Batlle. En las siguientes elecciones Alfonsín sostuvo que era "socialdemócrata" y que prefería que ganara el presidente Tabaré Vázquez.

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