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Vuelve Juana con más hechizos de guitarra y voz

"Un día". La argentina hará las canciones de su nuevo disco hoy en La Trastienda

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SEBASTIÁN AUYANET

La ex comediante y hoy una de las cantautoras de esta región más escuchadas en casi todo el mundo vuelve a sus visitas regulares a Montevideo para estrenar Un día, un disco hipnótico que embruja y pide que el cerebro se libere.

Conciertos en Australia, una gira con la canadiense Feist, los ojos del sello Domino y gran parte de la prensa anglosajona mirando con aceptación su guitarra y sus samplers... en definitiva, el arranque de una consagración dentro de lo que se conoce como el planeta de la música independiente a nivel mundial.

¿Quién iba a decir que Juana Molina -"la de Juana y sus hermanas", según se la sigue referenciando ante alguien que no conoce su música- iba a ser la representante del "indie" rioplatense? Hace poco más de cinco años, sus tres primeros discos (Rara, Segundo y Tres cosas) comenzaron a ser escuchados en todo el mundo gracias a que Domino, el sello que maneja a las bandas más convocantes del nuevo rock británico como Arctic Monkeys y Franz Ferdinand, comenzó a distribuirlos.

Así, las canciones de Juana, composiciones de seis cuerdas y una voz con la intensidad de un hechizo, comenzaron a capturar oídos. La onda expansiva llegó hasta la revista Mojo, una leyenda en esto de difundir música pop a lo largo y ancho del planeta.

Juana ya es parte de ese mundo de artistas con proyección internacional, pero sus influencias siguen estando por acá cerca, a veces más sobre Uruguay que sobre su país de origen. Fanática desde chica de grupos como El Kinto y en especial de Eduardo Mateo, la música de Molina lleva su cadencia en el registro de voz y también en el pancado de guitarra. La forma en que trabaja el sampleado de sus voces y los demás efectos no está fuera de eso: es probable que si hubiera conocido el sampleado, Mateo se hubiera interesado por esa vía de experimentación.

Pero el camino de Molina no comenzó con un par de delirios plasmados en disco y el descubrimiento inmediato. De hecho, en sus primeras presentaciones fue destrozada por la crítica y abucheada en sus conciertos. "Yo quería ser música. Después, la timidez me hizo creer que no. Cuando estaba sola, componiendo, me parecía lo más divino del mundo. Cuando aparecía alguien a escuchar, me parecía una porquería", cuenta en una nota con El País de Madrid.

Pero a Rara (1996) no lo salvó ni la supervisión de Gustavo Santaolalla, el Midas de la producción discográfica. La gente se acercaba a ver a la Juana actriz pero se encontraba con la Juana compositora. El resultado: la gente pedía personajes y, al ver que la cosa iba por otro lado, se marchaba de sus presentaciones. A Segundo (2000) no le fue mejor.

Pero después de editar Tres cosas en 2002, la cosa comenzó a crecer. Apareció el sello y las altas calificaciones en la BBC, Rolling Stone y The Independent. Y súbitamente, la prensa de su país dejó de escribir que tendría que volver a la TV.

Comenzó el tiempo de las invitaciones (abrió shows de la gira de David Byrne) y de las comparaciones; probablemente la más fuerte fue la que le hicieron con Björk. En 2004, el New York Times colocó a Tres cosas entre los mejores discos del año, con Medulla, de la islandesa y How to dismantle an atomic bomb, de U2. "Yo no le creo a nadie, porque los mismos que decían que lo que yo hacía era una mierda, ahora dicen que soy un genio", explica Juana, que en Montevideo siempre es recibida en salas llenas de un público silente y hechizado.

Ahora, Juana regresa para estrenarse en La Trastienda de Montevideo con las canciones de Un día, su quinto trabajo.

Bastante más intenso que sus otros trabajos, Un día es un disco en el que Juana prescinde de la atmósfera etérea de muchas otras composiciones y define de forma artesanal temas que apuntan al subconsciente, sin perder la suavidad. Sus letras comienzan como mantras de una sola palabra, que van siendo acompañados por la música y los efectos, en un proceso bastante parecido al de otro gran amigo suyo, Martín Buscaglia.

"Yo no escribo para que alguien me entienda. Lo hago para poder cantar mejor", explica Juana a la Rolling Stone en una entrevista reciente. Parte del juego de verla, entonces, es dejar que ese torrente inconsciente entre y agarrar para donde la cabeza decida. En cualquier caso, el experimento es infrecuente y bien vale la pena probarlo.

Quedan entradas

De $ 350 a $ 170 van los precios de las entradas para el concierto de esta noche. Las áreas disponibles que ofrece La Trastienda para este show son el living preferencial y el primer piso dividido en el área de mesas y la zona para ver el concierto de pie.

El show comenzará sobre las 21.30 con la presencia de Chicas Japonesas como artista soporte.

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