WASHINGTON | AP, AFP Y ANSA
El financista estadounidense Bernard Madoff se declaró culpable ante un tribunal de Nueva York de once casos por un inmenso fraude de US$ 50.000 millones. El juez ordenó su arresto inmediato a la espera de la sentencia el 16 de junio.
"A la cárcel, sí, a la cárcel, y no a una celda de lujo", gritaba Judith Wellingo, una neoyorquina que perdió "millones" por el fraude de Madoff. Ella, igual que otra gran cantidad de víctimas presentes en la fachada del tribunal federal al sur de Manhattan, protestaban y pedían un "justo castigo" para el estafador y sus cómplices.
"Estoy agradecido por esta oportunidad de poder hablar públicamente sobre mis crímenes, por los que estoy profundamente arrepentido y avergonzado", declaró Madoff ante el juez Denny Chin.
"No puedo expresar de manera adecuada lo arrepentido que estoy por mis crímenes", agregó. Antes se había declarado "culpable" de 11 cargos que podrían llevarlo a recibir una sentencia de 150 años de cárcel, ya que el financista orquestó uno de los fraudes más grandes de la historia.
Madoff llevó adelante una estafa conocida como pirámide Ponzi. La trama consiste en prometer intereses mucho más elevados que los prevalecientes en el mercado para atraer clientes. Los primeros inversionistas reciben sus intereses gracias a los aportes de los segundos, que son pagados con el dinero de terceros y así sucesivamente, hasta que la pirámide invertida no puede encontrar más clientes y cae por su propio peso.
Muchos de los inversionistas que recibieron los intereses mantuvieron durante años la suma principal con el banquero y fueron la mejor publicidad por la seriedad y cuantiosos beneficios que generaba y pagaba la firma de Madoff.
Luego, tras pedir "perdón a todo el mundo", el juzgado hizo un recuento detallado de sus crímenes que, según el propio Madoff, lo llevaron a realizar la estafa de US$ 50.000 millones. Algunos creen que la cifra podría llegar a 65.000. Madoff, de todos modos, sostuvo que no se enriqueció con el fraude y que siempre utilizó su dinero "para pagar a otros inversores".
En la calle, Cinthia Fredman, estafada en US$ 3 millones, expresó su deseo: "Espero que se pudra en el infierno, que es adonde pertenece. No quiero que vuelva a su penthouse".