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Los blancos creen que habrá un acuerdo rápido sobre el programa

| Autocrítica. Alianza admite estrategia errática y coherencia de Lacalle

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S. CABRERA Y D. ISGLEAS

La fórmula blanca se reunirá hoy por primera vez y designará un comando conjunto que acordará el programa: los blancos creen que será casi un trámite ya que las diferencias son menores. La gira está en suspenso, primero hay que descansar.

Después de la euforia del domingo tras sellar la fórmula conjunta, a muchos dirigentes de Alianza Nacional les cayó la ficha. La derrota fue más contundente de lo que esperaban: Jorge Larrañaga sólo ganó en cuatro departamentos del litoral y en Canelones. En Montevideo la diferencia fue casi dos a uno a favor de Luis Alberto Lacalle. Y la Lista 71 fue la más votada en todo el país, solo detrás del Espacio 609 de José Mujica.

"Ya está todo dicho, las urnas hablaron", dijo anoche con resignación el senador blanco Eber Da Rosa, consultado por El País sobre el resultado electoral. Da Rosa dedicó el día a descansar y leer. Algo similar hizo Larrañaga, ahora candidato a vicepresidente, que pasó en su casa con su compañera y Facundo, el hijo menor. "Estoy sereno, seguro, convencido" de la decisión adoptada, confió.

En Alianza Nacional la palabra que más se usó ayer en cientos de contactos telefónicos que cruzaron sus dirigentes fue "serenidad". Pero pocos dirigentes atendieron las llamadas de los periodistas.

El sector no ha realizado un análisis formal del resultado de la elección primaria del pasado domingo. Y seguramente no lo hará por algunos días, hasta que las cosas se decanten.

Pero, en voz baja, hay algunas lecturas críticas. Integrantes del comando político del sector reconocieron que Lacalle hizo una campaña "coherente y consistente" y que en Alianza "se falló en la estrategia". También admitieron que en Montevideo debió haber un trabajo mejor estructurado y que a Larrañaga le costó caro ser un hombre del Interior.

Una objeción es la postura frente a José Mujica. Mientras Lacalle se plantó desde el principio como opositor a quien era ya casi seguro candidato del oficialismo, Larrañaga se reunió con él y comió un asado en su campo, lo cual ahora se ve como un error estratégico. En Alianza piensan que la gente percibió que a Mujica no se le puede ganar desde el centro del espectro político y sí desde una postura de polarización.

GESTO. Ante la desazón del comando de Larrañaga, un panorama bien distinto se vivía ayer en la sede de Unidad Nacional (UNA), donde Lacalle reunió a su comando. El ex presidente está muy satisfecho por la actitud de Larrañaga y, en diálogo con los cabezas de las listas, realizó "un gran reconocimiento al gesto" del senador de Alianza, al acordar la fórmula la misma noche de la victoria.

Desde la UNA se interpreta que el inmediato respaldo del senador "aventó" cualquier posibilidad de que algún dirigente de Alianza quisiera abrirse de la señal de unidad. Los lacallistas creen que la rapidez con que se resolvió todo despejó el panorama y ahora es momento de manejar la campaña sin apuros y de "medir los ritmos".

La sensación general es que se ganaron varias semanas y que ahora el desgaste deberá hacerlo el Frente para acordar la fórmula y el programa. "Hay clima de vacaciones de julio, hay que disfrutar las mieles", indicó un dirigente herrerista, luego de reunirse con Lacalle. "Ahora tenemos que aflojar la caballada", admitió otro.

En el comando de la UNA evalúan una aparición pública de los candidatos a presidente y vicepresidente esta semana, pero por lo pronto para hoy está prevista una nueva reunión "mano a mano", de carácter privado. Larrañaga calificó como "informal" la reunión con Lacalle y ha decidido no aparecer públicamente por unos días. El propósito es descansar, bajar la pelota al piso y planificar la campaña para el mes de octubre, dijo Larrañaga a El País.

CRONOGRAMA. Lacalle aprovechará para descansar algunos días, pero también sabe que hay muchas cosas a definir con su ex adversario. Se sabe que habrá una primera gira conjunta de la fórmula blanca, pero resta definir cuándo se concretará: es probable que quede para después de las vacaciones de invierno.

También se integrará un comando electoral con dirigentes de los dos sectores, que a la vez designará grupos técnicos, con el objetivo de fundir los dos programas blancos.

La sensación general es que no habrá mayores dificultades para conciliar el proyecto, ya que el "tronco" programático de Alianza y de la UNA es el mismo. De hecho, hubo solo dos puntos en donde los precandidatos chocaron en la pasada campaña: la baja en la edad de imputabilidad y la propuesta de Larrañaga de crear la Guardia Nacional (ver nota aparte en esta página).

Para el senador herrerista Gustavo Penadés, el acuerdo programático será muy simple y se alcanzará rápido: "Nosotros no tenemos una visión distinta del mundo y del país, como pasa en el Frente Amplio. Hay excelente clima y habrá acuerdo en los temas principales".

En la misma línea, el diputado Pablo Abdala dijo que le costaría pensar en "diferencias sustanciales" con Alianza. Para el senador Francisco Gallinal (Correntada Wilsonista), el gran paso dado el domingo de noche "facilita todo". Lo mismo piensan en Alianza y no tienen problema en ceder en algunos puntos, como parte del acuerdo (ver aparte).

Ahora la dirigencia de la UNA debe armar el "puzzle" para el mes de octubre.

En principio habrá dos listas al Senado: una de la UNA (con Lacalle primero, en segundo lugar Gallinal, luego Luis Alberto Heber, Juan Chiruchi y quinto Penadés) y otra liderada por el intendente Carmelo Vidalín y el diputado Luis Lacalle Pou. Pero eso aún no está definido.

Vidalín dijo ayer a El País que se abre un "tiempo de reflexión", aunque adelantó que está "loco de la vida" con los cerca de 35.000 votos que obtuvo el domingo pasado.

Las cifras

35.962 Es la cantidad de votos que obtuvo en Montevideo la Lista 71. Fue la lista blanca más votada, con el 27% del total.

13.483 Es la cantidad de adhesiones de la lista de Larrañaga más votada en Montevideo, la 250 de Gandini. Recibió el 10% del total.

Descartan Guardia Nacional

A nivel programático, en Alianza Nacional -el sector que lidera Jorge Larrañaga- hay disposición a desechar la idea de la Guardia Nacional, uno de los caballitos de batalla en la campaña electoral, que cuenta con el rechazo del candidato único blanco, Luis Alberto Lacalle.

El diputado Álvaro Lorenzo, uno de los más cercanos colaboradores de Larrañaga, dijo a El País que debe asumirse que "el que pierde no puede imponer cosas". Añadió que "Lacalle no quiere una Guardia Nacional y entonces seguramente no estará en el programa".

Lorenzo apuntó que, a la hora de negociar el contenido del futuro programa de gobierno blanco, hay que facilitar el entendimiento y sacar los puntos sin acuerdo o que generan rispideces. Por ejemplo, hay diferentes puntos de vista sobre cómo tratar a los menores infractores: es decir, si se debe bajar o no la edad de imputabilidad. "Pero sí hay coincidencia en que la minoridad infractora es el problema", sostuvo Lorenzo, que integra la comisión de Constitución de Diputados.

Más allá del programa, un tema aparte es la futura distribución de cargos y ministerios clave. Ese es un tema que estará sobre el tapete en el futuro, pero que -según dicen los blancos- aún no se ha tratado.

PUNTOS DE DISENSO

GUARDIA NACIONAL. Durante la campaña electoral que finalizó el domingo, uno de los caballitos de batalla de Jorge Larrañaga fue la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo especial integrado por efectivos de las Fuerzas Armadas, bajo el mando administrativo del Ministerio del Interior, con el fin de combatir el delito, particularmente la droga y el crimen organizado. Serían 2.000 efectivos, bien equipados y entrenados.

Luis Alberto Lacalle minimizó la iniciativa y sostuvo que ya existe un cuerpo para cumplir con dicha función.

Semanas atrás, Lacalle deslizó: "Larrañaga olvidó que ya existe esa fuerza llamada Guardia Republicana, con dos regimientos, el de Coraceros y el de Granaderos, con sede en Montevideo". Recordó que durante su anterior administración propuso darle jurisdicción nacional y la oposición no lo votó. Aseguró que lo volverá a proponer para mejorar su despliegue.

Durante la campaña, Lacalle dijo que su actual socio político en la fórmula presidencial nacionalista tiene "un error de concepto o información". "Eso ya existe. Lo que tenemos que tener es una base de la unidad de la Guardia Metropolitana en Durazno, para que esté más cerca del norte del país y darle competencia nacional. Hay que mejorar lo que hay y no crear una cosa nueva. Yo no soy partidario de mezclar la profesión militar con la policial".

IMPUTABILIDAD. Bajar la edad de imputabilidad a los 16 años fue una de las principales propuestas de Lacalle. "Es para sacar de circulación al más grave peligro que tenemos: el menor delincuente", explicó. Propuso crear el Instituto del Menor Infractor, donde cooperen maestros, entrenadores deportivos y psicólogos. "Yo no me resigno a dar por perdido a ningún chico", ha afirmado Lacalle.

En la campaña, Larrañaga ha rechazado de plano la idea de Lacalle para bajar la edad de imputabilidad de los infractores. "Bajar la edad de imputabilidad no es la solución para erradicar al menor que delinque. No es una solución aplicable, porque ¿dónde los pone el juez? ¿En el Comcar? El gran problema es dónde recluimos a los adolescentes infractores para que no entren por una puerta y salgan por la otra de las dependencias del INAU. Ese problema no se soluciona simplemente con el voluntarismo de bajar la edad de imputabilidad", afirmó el líder de Alianza Nacional.

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