Entre la carrera espacial y la crisis mundial

Europa. Fijan el presupuesto de la ESA en medio de debacle económica

EL PAÍS DE MADRID

En medio de la crisis económica internacional, la Agencia Europea del Espacio (ESA) afronta su estrategia para los próximos años con varios proyectos y recursos limitados para hacerlos realidad. Para definir en cuál volcarse y cuál aplazar los representantes de los 18 países miembros de la agencia celebraron, en la Haya (Holanda), la conferencia ministerial.

España se comprometió en la reunión a invertir 871 millones de dólares en 2009-2011 para proyectos de la agencia, entre los que destaca el desarrollo de los satélites Meteosat de tercera generación.

Europa dedica muchos menos recursos y esfuerzos a la actividad espacial que EE.UU., con su poderosa NASA, pero nació el respeto internacional por su buen desempeño en campos como los satélites científicos y de exploración planetaria, sus cohetes Ariane y sus avanzadas plataformas en órbita para observación de la Tierra, aunque también tiene su destacamento de astronautas y participa, como socio menor, en la Estación Espacial Internacional.

El presupuesto que los ministros barajaron en La Haya rondó los 13.000 millones de dólares para tres años. España aportará el 8% del total, situándose como quinto país por su contribución (tras Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña).

Este presupuesto espacial español aumentó en los últimos cuatro años siguiendo la política europea de promocionar su sector espacial.

El nuevo sistema de seguridad espacial que la ESA planea consiste en poner en marcha medios, como radares y tal vez satélites en el futuro, para vigilar los miles de fragmentos de basura espacial y meteoritos, detectar si alguno puede chocar contra un satélite operativo y en ese caso mandarle instrucciones para que se aparte.

También se quiere hacer un seguimiento de la actividad solar y sus peligrosas erupciones de radiación que pueden afectar a los medios en órbita. Hasta ahora, sólo EE.UU. tiene en funcionamiento una tecnología así y Europa depende de las alertas del otro lado del Atlántico para proteger sus sistemas espaciales.

En el terreno científico, en el que la participación de cada país miembro de la ESA es obligatoria y proporcional a su PIB, los ministros discuten el presupuesto con que contará la ESA en los próximos años para realizar las misiones de exploración del Sistema Solar y astrofísica, fundamentalmente, y mantener el alto prestigio que se ha ganado en la comunidad internacional.

También en el ámbito de exploración planetaria existe un proyecto ambicioso de estudio de Marte, con un vehículo todoterreno incluido (seria el primero que hace Europa), que podría partir hacia 2016. El coste de esta misión, bautizada ExoMars, se disparó desde los 770 millones de dólares inicialmente aprobados hasta casi el doble.

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