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GUSTAVO TRINIDAD

"No podía creer lo que estaba viendo, era un toro que venía directamente a mí, no sabía qué hacer, no sabía si soltar la moto y salir corriendo o tratar de escapar en ella", contó Richard, uno de los dos jóvenes que fue atacado por un novillo furioso.

El animal causó el pánico ayer en la tarde, en una desaforada carrera que fue desde el Puerto de Montevideo hasta el colegio armenio, en Agraciada y Suárez donde aún estaban todos lo escolares en las aulas.

Allí fue muerto a tiros por efectivos de la Policía. Los jóvenes salieron ilesos, pero dos policías resultaron lesionados, a uno de ellos lo arrastró 15 metros, y ayer se recuperaban en Hospital Policial.

Todo comenzó a las 16.30 horas en el Puerto de Montevideo cuando se cargaban novillos en pie. Uno de ellos escapó y comenzó a correr por la rambla a contramano.

De inmediato se alertó a la Policía y varios móviles de la Seccional 6a. y de Radio Patrulla salieron en su búsqueda. El novillo llegó a Paraguay y de allí hasta Agraciada.

En el camino intentaron encerrarlo. Los dos jóvenes que quedaron en el medio no olvidarán la aventura. "Nosotros recién habíamos salido del bar donde trabajamos y de repente vimos que detrás nuestro venían varios patrulleros con la sirena encendida. Cuando quisimos acordar, adelante otro patrullero le había cerrado el paso al toro y este se paró, nos miró y empezó a correr derecho a nosotros", contó Richard. Su acompañante, Francisco, no lo pensó dos veces y se tiró de inmediato de la moto. Pero, cual torero motorizado, Richard se quedó hasta último momento y la soltó segundos antes de que el novillo la hiciera volar por los aires.

"Te juro que no era por la moto, me quedé en blanco", se sinceró Richard.

El novillo pudo escapar de esa emboscada y siguió su carrera por Agraciada.

A clase. Llegando a Suárez, una camioneta de la Comisaría del Niño y el Adolescente, que se sumó a la persecución, lo alcanzó. Un policía abrió la puerta para bajarse y el novillo lo calzó debajo del brazo y lo arrastró 15 metros. La agente que estaba con él trató de ayudarlo y también resultó lesionada. El policía sufrió un desgarro muscular en la pierna y una fuerte lesión en la rodilla. El novillo siguió hasta el Colegio Armenio Nubarián. Las puertas estaban abiertas y entró.

De inmediato, la Policía cerró los portones internos y externos y dio la orden de que nadie saliera del edificio donde, para colmo, todavía estaban todos los escolares. Así el animal quedó aislado. Intentaron enlazarlo varias veces junto al encargado del embarque, pero fue imposible. En un momento el animal se arrinconó y uno de los policías aprovechó para darle el primer tiro, aunque también debió esquivar una embestida del animal. Luego, ya atontado y desangrándose, otros dos policías desde la caja de una camioneta lo remataron a corta distancia. Algunas personas cuestionaron que el animal fuera sacrificado.

Por su parte, fuentes policiales dijeron a El País que la situación no dejó otra opción que el sacrificio. "No podíamos arriesgarnos, ya había lesionado a dos personas y estaba realmente enfurecido. A quienes se quejan porque lo matamos, les preguntaría que dirían si hubiera matado a una persona, sin duda dirían que por qué no lo matamos antes", expresaron.