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Fábrica de pibes innovadores

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Carlos Maggi

Como es costumbre del Uruguay actual, hace mucho tiempo que se diagnostica bien un fenómeno muy grave, un retroceso poblacional; y hace mucho tiempo que nada se hace para contener o paliar ese desastre. Por momentos, el gobierno adolece de mentalidad opositora: muestra un mal y se limita a denunciarlo como si la responsabilidad de mejorar la situación estuviera a cargo de otro.

Cada vez nacen más niños en hogares pobres y cada vez emigran más jóvenes bien formados desde el punto de vista cultural. El efecto es acumulativo para peor. Preocupados por los niños de las zonas pobres, se creó el Plan Ceibal, un precioso recurso para combatir la brecha digital.

Pero no se multiplicaron consecuentemente las escuelas de tiempo completo, cuya excelencia está largamente probada. Esta es una omisión imperdonable.

Enseñanza Primaria no tiene claro el orden de prioridades: salvar en la mayor medida de lo posible a los niños que nacen en desventaja económica y cultural, es una meta de primera necesidad. En la enseñanza media y superior, tan insuficientes en sus resultados, nada se pensó ni nada se hizo para disminuir o suprimir la diáspora de los muchachos que están mejor preparados.

Esta desaprensión con respecto a la emigración juvenil, viene a completar una irritante y constante discriminación en la distribución del ingreso. El Uruguay es un país que prefiere a los viejos y abunda en jubilados precoces o imaginarios, pero no le abre camino a sus muchachos. Este segundo error viene de lejos.

Consecuencia: Los más inteligentes y los más enterados planean su vida como los jugadores de fútbol: conseguir un buen nivel en su profesión o en su oficio y viajar al hemisferio de los países evolucionados (liberales) donde su trabajo es apreciado y aparentemente la calidad de vida es superior.

El ingeniero Rafael Rubio (que concibió un plan para atenuar la desgracia migratoria) empieza por mostrar antecedentes universitarios:

1) "En un estudio realizado por la Universidad de Harvard (citado por Alex Rovira Celma, en "La Brújula interior". Ed. Urano, 2005) se entrevistó a los estudiantes y entre las diversas preguntas, una pedía precisar "las metas de su vida" ¿Qué quiere conseguir en el futuro?

Sólo un 3% de los alumnos contestó esta pregunta.

Veinte años después se entrevistó por segunda vez a los mismos estudiantes.

El 3% que había establecido sus metas por escrito resultó más exitoso en lo suyo, que el 97 % restante; y no sólo eso. Esos muchachos hechos hombres, aparecían como más alegres y tenían mejor disposición ante la vida, que el resto de los ex alumnos entrevistados."

2) Howard Rasheed de la Universidad de North Carolina sometió a estudio a 502 estudiantes pertenecientes a 28 clases. En algunas de éstas impartió un entrenamiento en entrepreneurship a lo largo de 3 horas semanales durante 26 semanas.

Luego midió las virtudes de un emprendedor: la persistencia, la motivación por alcanzar lo propuesto, el autocontrol, el grado de eficacia y el espíritu innovador.

Los estudiantes que participaron en las clases de entrepreneurship presentaron valores superiores en cuatro de las cinco variables utilizadas para definir al emprendedor. Conclusión: Es posible estimular las condiciones personales de innovación, a partir de procesos educativos.

El Programa de Rafael Rubio dice:

Utilizando como herramienta la metodología de los Diálogos Apreciativos (https://appreciativeinquiry.cwru.edu) elaboramos un Plan para emprendedores; en cuyo cumplimiento el estudiante deberá transitar por las cuatro Fases que se describen a continuación:

I. PRIMERA FASE: DESCUBRIR.- Se realiza un diálogo reservado con cada alumno, orientado a descubrir el potencial natural para obrar, que existe en cada uno de ellos. Esto permite conocer qué es lo que funciona espontáneamente; lo que debe preservarse y estimularse para enfrentar el futuro.

II. SEGUNDA FASE: SOÑAR.- En esta Fase el participante debe visualizar con el profesor, su mayor potencial para emprender un horizonte a diez años. Es un camino auto generado hacia un plan personal y concreto, etapa por etapa.

III. TERCERA FASE: DISEÑAR.- Aquí se trata de poder responder a la pregunta: ¿cómo será "mi" realidad comportamental como emprendedor? (conjunto de características conductuales que definen a alguien con iniciativa).

Una vez que el sueño ha sido definido, se trata de imaginar el proceso mediante el cual la conducta elegida sea llevada a la realidad, paso a paso, para transitar hacia la realización del sueño.

Habrá que analizar la fortaleza con que cuenta cada uno y habrá que determinar quienes necesitan ampliación para fortalecer su Plan de Acción. El modelo comportamental así definido, funcionará como "auxilio emocional" para cada emprendedor, cuando se enfrenten a los diferentes escollos que nunca faltan.

IV. CUARTA FASE: DESTINO.- La Fase final es una invitación a la acción inspirada en las fases previas de descubrimiento, deseo y diseño. Esta es la fase donde se trabajará en las cosas concretas que hay que hacer.

La etapa de "Destino" precisa nítidamente los compromisos personales contraídos consigo mismo.

Los participantes piensan en su futuro y se trazan un plan con metas y estrategias para alcanzarlas, que quedan escritas en un documento que les permite guiar y monitorear su propio avance .

Esta fase implica el cambio; el mantenimiento de la estabilidad; y el monitoreo del progreso. Esta etapa también se conoce como "Obtención de Resultados".

COMENTO: El proyecto del ingeniero Rafael Rubio propone aplicar procedimientos que faciliten el arraigo mediante el inducido de la vocación.

Un innovador no se va al extranjero para ser plato de segunda mesa; un buen innovador se queda emprende su proyecto y gana.

En el fondo, toda emigración implica una derrota:

- No pude quedarme, abandoné lo consabido y me fui para empezar de nuevo.

Este tema que en nuestro país no merece una especial atención, se estudia, se piensa y se enseña desde hace mucho. Hacia fines del año 1934, Ortega y Gasset publicó en La Nación de Buenos Aires una serie de artículos bajo el título "Primeras lecciones de un curso universitario" donde maneja magistralmente los principios que sustentan la capacidad de realizarse. Recopilo algunas de sus ideas:

- Frente a la vida que se aniquila y malogra a sí misma -la vida como trabajo sufrido- se erige el programa de una vida lograda.

Mientras las ocupaciones forzosas se presentan con el cariz de imposiciones ajenas, en otras tareas nos sentimos llamados por una vocecita íntima que reclama desde secretos y profundos pliegues yacentes en nuestro recóndito ser. Este extrañísimo fenómeno (llamarnos a nosotros mismos para hacer determinadas cosas), es la vocación. ¡Qué raro! Todo ente del universo es lo que es, salvo el hombre que puede elegir qué quiere ser.

Nuestra vida es una obra de la imaginación; sin este poder poético, sin fantasía, el hombre resultaría nadie. La vida no es más que un quehacer y en cada caso, en cada persona, hay que acertar con el quehacer que quiere (que necesita).

Nada hay más contrario al progreso de un país, que la fuga de los que saben.

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