HUGO GARCÍA ROBLES
Desde el 10 al 19 de octubre se cumplió la 21º edición del Festival Internacional "Viva el Tango", organizado por la institución Joven Tango. Numerosos auspicios y apoyos lo han sostenido, entre ellas la del diario "El País".
Era prácticamente imposible asistir a todas las funciones que comprendía el acontecimiento. Por otra parte muy diversas, ya que no sólo comprendían recitales e interpretaciones sino también conferencias, presentaciones de libros, parejas de baile y la consideración de temas conexos con la música como el lunfardo.
En todo caso, el programa impreso es un documento que ilustra sobre el alcance del Festival. A la vez, éste tuvo la virtud de desarrollarse en distintos ámbitos a lo largo del país y no solamente en Montevideo. Las Piedras, Cardona, Minas fueron algunos de los lugares donde el tango sirvió de pretexto para un ejercicio cultural que merece aplauso.
Es necesario subrayar los méritos alcanzados, con la participación de intérpretes y personalidades uruguayas y argentinas, en torno del universo que abarca el tango, que no es solamente musical.
Aunque resulte obvio decirlo, hoy el tango se ve en desventaja frente al hecho de que el Carnaval y sus expresiones se han constituido en el único reducto de la música popular uruguaya.
Felizmente, contra esta mutilación se han originado ya reacciones que, para mayor esperanza, provienen de los jóvenes.
Agrupaciones como "La mufa", compuesta por estudiantes de música de los conservatorios nacionales, están llevando adelante un verdadero reverdecer de la música que, junto con Buenos Aires, constituye el aporte rioplatense al ámbito sonoro del mundo.
De todos modos, el jueves 16 de octubre de 2008, la cena show en la sede de "Joven Tango", en el Mercado La Abundancia, fue una experiencia invalorable. La concurrencia que colmó el lugar, pudo escuchar, conducida por Javier Meneses, la actuación del Grupo Cambalache de Tacuarembó, donde se lució el excelente bandoneón.
La cantante Gabriela Morgare, joven uruguaya, hizo varias interpretaciones de tangos clásicos acompañada por Gabriel Federico en la guitarra. Finalmente cantó la argentina Marisa Vázquez, sostenida por dos guitarristas excepcionales. Por supuesto, hubo versiones puramente instrumentales y entonces los bailarines espontáneos mostraron la coreografía de esa música.
El resultado es mucho más que digno y, al mismo tiempo, la tarea dirigida por Jean Pierre Rubinstein, presidente actual de Joven Tango, beneficia al Uruguay entero.
A pesar que la sede es montevideana, los organizadores del Festival han sabido darle alcance rioplatense y llevarlo al interior del país. No en vano Tacuarembó ha sido el lugar donde la voz de Carlos Gardel vino al mundo para quedarse.