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¿Qué hubiera pasado?

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Recientemente se presentó el libro "AZZINI- Una historia uruguaya", una excelente biografía de Graziano Pascale, del ministro entonces denominado "de Hacienda", quizá de mayor trascendencia del siglo XX. Azzini ocupó ese cargo durante el primer gobierno nacionalista del siglo. Y como siempre sucede cada vez que ha gobernado el Partido Nacional, el país fue empujado al cambio.

El cambio sustancial que impulsó el ministro con su equipo, fue el de la apertura de la economía. La ley de Reforma Cambiaria y Monetaria de diciembre de 1959, al derogar y modificar disposiciones vetustas de la ley 10.000 que establecía el "Contralor de Importaciones y Exportaciones" fue sacada en andas por la menguada mayoría nacionalistas en una jornada parlamentaria tan agobiante como memorable, pero permitió al país insertarse racionalmente en el contexto de un comercio internacional que era objeto de funestas reglamentaciones. La afirmación que "Azzini es el gobierno", distó de ser una mera frase hecha. Fue bandera y emblema de un partido político que después de 93 años recuperaba el poder.

La jornada del 7 de octubre se recordará por muchas cosas. Por la presentación inaugural del libro a cargo del Dr. Ignacio de Posadas, quien conmovido recordó el apoyo de Azzini a la lista 51, en donde figuraba la augusta presencia de su padre, Don Gervasio Posadas Belgrano, así como el momento en que vio el rostro de Azzini cuando a él le tocó asumir el Ministerio, dejando traslucir con una sonrisa afectuosa, un mensaje de apoyo y de esperanza. A quien por cierto no defraudó en su brillante gestión.

Luego, un formidable discurso del otro presentador del libro, el senador Sergio Abreu. Las palabras de Pascale relatando cómo se fue forjando esta obra que tiene la esencia de un testimonio inolvidable, y finalmente las palabras del homenajeado, relatando las etapas de su prolífica vida, tanto privada como pública.

En el libro, Azzini realza la gratitud a sus profesores, y entre ellos recordó expresamente a Óscar Secco Ellauri. Y mencionó como para él fue impactante su método de enseñanza de la historia: "tenía, una característica única, nos hacía estudiar algo así como la contrahistoria. Es decir nos hacía pensar qué hubiera pasado como si las cosas no hubieran ocurrido tal como sucedieron por ejemplo con las Guerras Púnicas, nos hacía razonar sobre lo que hubiera ocurrido entonces si hubiera ganado Cartago en lugar de Roma. Y con Napoleón nos hacía proyectar lo que hubiera sucedido en Europa si hubiera ganado la batalla de Waterloo".

Rápido como un rayo, Abreu, cuando hizo uso de la palabra recordó este pasaje del libro, anunció que no podía con su genio, y aplicó la técnica al momento que vivimos hoy en el país: ¿qué hubiera pasado -se preguntó- si no hubiéramos gastado más de lo que creció la economía en los últimos cinco años? ¿O si el Impuesto a la Renta hubiera respondido al mismo fundamento que aquél que inspiró el Ministerio de Azzini y hubiera sido un verdadero Impuesto a la Renta en lugar de un Impuesto a los Ingresos? ¿O si el "espacio fiscal" disponible se hubiera utilizado para bajar la presión tributaria y no para aumentar el gasto público? ¿O si no hubieran ingresado miles de funcionarios públicos y parte del gasto no hubiera sido destinado a un asistencialismo sin contrapartida del beneficiario? ¿O si el modelo de inserción externa hubiera tenido un rumbo distinto al que condiciona a la sociedad con un gobierno caribeño? ¿O si el sistema educativo hubiera impuesto el criterio de la evaluación para medir los resultados y dar cuenta de los recursos puestos a su disposición? ¿O si los monopolios estatales se hubieran derogado y el sector privado tuviera los suficientes estímulos para competir? ¿O si la relación entre empresarios y sindicatos no hubiera sido estimulada bajo la visión de la "lucha de clases"?

Seguramente hubiera pasado, se contestó Abreu a sí mismo, que "el Cr. Azzini estaría pensando que el Uruguay del 2010 recibiría al nuevo gobierno con una estabilidad adecuada, y que la izquierda habría aprendido del baño de realidad a que se ha resistido. Y que el Cr. Azzini podría ingresar nuevamente al edificio de Colonia y Paraguay pensando que no tendría a su cargo nuevamente la dura tarea del país".

Ahora, en poco tiempo, volveremos a necesitarlo. Y allí estará.

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