HENRY SEGURA

Mateo Gutiérrez, hijo de Héctor Gutiérrez Ruiz, estrenará mañana el documental "D.F. (Destino final)" que hizo como un reencuentro con su padre. La película irá únicamente en salas de la Torre de los Profesionales.

"El punto de vista del hijo está latente en la narración, dándole seguramente más intensidad y cercanía al anecdotario: mis propios recuerdos influyen en esa intimidad pero sin intención alguna de que el punto de vista se convierta en protagónico sino en hilo conductor y termómetro de una historia básicamente contada por otros".

Con esas palabras Mateo Gutiérrez refleja esa posición extraordinaria que tiene para asumir un relato biográfico sobre su padre (y también sobre él), asesinado en Buenos Aires junto a Zelmar Michelini el 20 de mayo de 1976. De profesión publicista, Mateo hacía bastante tiempo que pensaba en la película. "Encontrarse con el padre y seguirle los pasos provoca en uno mismo un montón de sentimientos contradictorios que tienen que ver justamente con la relación padre-hijo", dice. "Uno se enoja, se pelea con su padre, lo ama profundamente, lo defiende y se reencuentra con él".

Quizá por ello mismo haya prescindido de una narración lineal. También porque pretende transmitir las experiencias de quienes vivieron o estuvieron cerca de Héctor Gutiérrez Ruiz, extrayendo de las entrevistas lo que asomaba como esencial "para la sensibilidad de alguien que es parte de esta historia", como confiesa.

Cuatro bloques son los que estructuran el relato de D.F. (Destino final). El primero ofrece datos biográficos a través de historias de niñez del propio "Toba" Gutiérrez: la educación jesuítica, la vida en el campo, Tacuarembó, el noviazgo y la familia. También allí cuenta la primera acción política de Gutiérrez Ruiz al lanzar su candidatura a la diputación por Tacuarembó.

Relatos de Ricardo Vidal (un amigo del colegio Seminario), de Mario Capurro (que Toba conoció en España), de Alberto Volonté (amigo y turfista) y de Matilde Rodríguez, esposa y madre de los cinco hijos, forman parte del bloque inicial.

La segunda parte de la película es la que aborda la relación de Toba con el Movimiento de Liberación Nacional. En palabras de Mateo fue algo que hicieron "pensando que no se les podía dejar como un grupo ajeno a la realidad, sino como parte del problema de ésta". Con este tema también se introducen otros datos de la realidad política de entonces.

Los dos bloques finales están destinados a los momentos más duros que vivió Gutiérrez Ruiz y su familia. Mientras uno está concentrado en el exilio en Buenos Aires, el restante se detiene en los asesinatos de Gutiérrez Ruiz y Michelini, las repercusiones y el drama que se instala en la familia y en la sociedad.

Gran parte del material de archivo empleado en D.F. (Destino final) es desconocido. Entre ellos están cartas originales, entrevistas, audiciones radiales de Toba en Tacuarembó y fotos policiales tanto de Argentina como de Uruguay. Ellas y las entrevistas "provocan una sensación de búsqueda continua que tiene que ver con el hijo tratando de reconstruir a su padre", confiesa el cineasta.

Mateo es el hijo menor de Héctor Gutiérrez Ruiz y Matilde Rodríguez Larreta. Es socio fundador de la productora Taxi Films, una de las empresas más conocidas en Uruguay. Desde 1996 se desempeña allí como director de comerciales de publicidad.

En 2003 dirigió el cortometraje Vecinos, que fuera seleccionado por el Festival de Nuevo Cine de La Habana. En la escuela de cine de San Antonio de los Baños (Cuba) realizó cursos de dirección de actores.

Desde 1996 a 2003 ha expuesto como fotógrafo.