Los restos de Fernando Miranda, desaparecido en 1975 durante la dictadura, fueron sepultados ayer en el cementerio de La Teja.
El militante comunista y escribano de profesión, cuyos restos fueron hallados el año pasado, fue velado en un aula que lleva su nombre en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, y sepultado luego.
Los restos de Miranda aparecieron enterrados en los terrenos del Batallón 13 del Ejército, de las afueras de Montevideo, uno de los tres lugares donde se están realizando excavaciones en busca de los 26 desaparecidos durante la dictadura entre 1973 y 1985.
En una granja de la ciudad de Pando, al noreste de Montevideo, habían sido hallados los restos de Ubagesner Chaves Sosa, un obrero metalúrgico comunista desaparecido en 1976 y muerto por torturas en dependencias de la Fuerza Aérea.
Contrario a lo que sucedió con el entierro de Chaves Sosa, que se convirtió en un virtual acto político de la izquierda con paro general de actividades incluido promovido por el Pit-Cnt, al entierro de Miranda sólo asistieron familiares y algunos amigos.
NUNCA MAS. El arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno manifestó su deseo de que "nunca más" ocurran hechos relacionados con violaciones a los derechos humanos en el país, y pidió al pueblo un acto de sabiduría para aprender la lección.
Luego de presidir una celebración eucarística con motivo del inicio del año lectivo nacional, que se realizó en el Santuario Nacional del Sagrado Corazón, en el Cerrito de la Victoria, Cotugno hizo algunas referencias al tema de los derechos humanos.
Cotugno declaró que el deseo de la Iglesia es "aportar esperanza" en un momento como este. Auguró que el pueblo sea "lo suficientemente inteligente" y "sabio" para aprender de la historia.
"Es mi padre, puede decir el hijo", resumió el arzobispo de Montevideo sobre el hecho vinculado con Miranda.