Publicidad

Leonel Rocca se paró en los pedales de la eternidad

| A 40 años de su muerte, la historia lo tiene en la gloria como "el mejor velocista de América"

Compartir esta noticia

La historia del ciclismo uruguayo, apoyada en los datos estadísticos, señala que Leonel Rocca fue uno de los más grandes corredores compatriotas de todos los tiempos.

El pasado 19 de junio se cumplieron 40 años de su muerte, lo que —a modo de homenaje— da lugar a la recordación de quien no en vano fue considerado a fines de la primera mitad del Siglo XX, tanto en el continente sudamericano como en el europeo, como "el mejor sprinter (velocista) de América".

ORIGEN. Rocca nació el 21 de enero de 1915 en Mercedes, donde jugó al fútbol en el club Sandú Chico y, tras haber corrido por el Chaná y fundar el Urumer, a los 19 años fue también uno de los fundadores del Atenas.

Su debut triunfal en competencias oficiales se registró en setiembre de 1934 y el 20 de mayo de 1935 obtenía el título de campeón nacional de velocidad, con el que el 26 de ese mismo mes participó en el Campeonato Uruguayo de la especialidad, que se celebró en la Rambla Wilson de Montevideo.

NEUMATICOS. La bicicleta con la que el mercedario "bajó" a la capital era inapropiada, ya que tenía ruedas con neumáticos en lugar de tubulares, pero Rocca igualmente consiguió llegar a las semifinales, luego de lo cual se clasifica nuevamente campeón departamental de Soriano, continúa haciendo tabla rasa en las competencias locales y finalmente se consagra campeón uruguayo en 1936 en Montevideo.

En 1938 va al Campeonato Sudamericano de Santiago de Chile y gana en las pruebas de velocidad y kilómetro a tiempo; luego vence en el Torneo Internacional de 1940; en el Sudamericano de 1941 le gana al astro italiano Bruno Loatti y, encima, quiebra una hegemonía de 25 años que los ciclistas de la vecina orilla habían impuesto hasta ese momento; y en 1943 "rompe los relojes", vuelve a ser campeón nacional, también rioplatense y baja varios récords.

EUROPA. A mediados de la década del 40 solía decirse "América le queda chica", por lo que en 1946 participa en el Mundial de Zurich, en Suiza, en donde resulta eliminado recién en las semifinales, después de competir de igual a igual con los ases más encumbrados del ciclismo europeo.

De Suiza marchó a Italia, para correr primero en el famoso velódromo de Vigorelli en Milán y después en Bologna, donde logró un segundo puesto; posteriormente llegó a Roma y allí, además de batir el récord sudamericano de "Cuarto de Milla", le gana tres carreras a cotizados ídolos italianos, como Luigi Torchia y Umberto Degl’ Inoccenti.

Su incursión asombró a los especialistas del Viejo Continente, por lo que se queda en Italia en 1947, hasta disputar el Mundial de París, en donde sale primero en su serie y después es eliminado por desviarse en la recta final.

Un año más tarde representa a Uruguay en los Juegos Olímpicos de Londres, donde llega a los cuartos de final tras haber sido nuevamente el ganador de su serie, dejando la sensación entre los propios europeos que la lesión sufrida por una grave caída que le provocó el holandés Hijzelendoorn fue la que le impidió llegar más lejos.

En ese mismo 1948 interviene en el Mundial de Holanda, ganando la serie y quedando eliminado en los octavos de final, y luego se impone en el "Cuarto de Milla" que se corrió en Georgetown en 1949.

En 1950 regresa a Montevideo y un año más tarde comienza su tarea como técnico de la selección celeste. Luego viaja a México para dictar cursos y entre 1957 y 1964 se radica en dicho país, donde bajo cuya dirección la selección mexicana cosecha resultados que jamás había conseguido hasta ese momento.

MONUMENTO. En abril de 1965 retornó fugazmente a Uruguay, ya que estaba radicado en Lima, donde se había casado con Jenny Gamarra, que pertenecía a una familia de la alta sociedad limeña, y tras haber sido sometido a una intervención quirúrgica, el 19 de junio de 1965 se produjo su muerte.

Pasaron 40 años. Su figura, al igual que su trayectoria, ha quedado inmortalizada con el nombre oficial del Velódromo de Mercedes y un monumento: Leonel Rocca. Un fenómeno. Arriba y abajo de la bicicleta. Uno de los más grandes ciclistas uruguayos de todos los tiempos. Según los más caracterizados especialistas europeos de la década del 40, "el mejor velocista de América".

"Me hacía arrancar adelante"

NILO FAVA *

1938. Apurado iba a hacer un mandado para mi padre, cuando al llegar a la vieja Capilla de los Salesianos en mi querido Mercedes, toda la ciudad se estremeció por una formidable salva de bombas y cohetes que anunciaban que "nuestro Leonel", detrás de los Andes, consagrando el terruño, había impuesto a la Patria.

Desde ese día, muy secretamente, abrigué la esperanza de ser como él... Y llegó la imborrable recepción de todo un pueblo recibiendo al ídolo... y luego la apertura del taller... y allí creí comenzar a acercarme a la realidad de mi sueño: ser como Leonel.

Pasan los días, los meses, y ya los años, y yo siempre firme en aquel taller... viéndolo arreglar "chivas", viéndolo entrenarse en los rodillos o en la rambla, siempre jovial, siempre amigo de todos, hasta de algunos que, como yo, nos pasábamos horas casi molestando...

Se arraigó tanto en mí el ídolo, que una vez, escapando de la tutela paternal, junto a un grupo de mercedarios me llegué hasta el Velódromo en un viaje de ida y vuelta en un camión a gasógeno, porque era tiempo de guerra. Mi audacia tuvo su recompensa: Leonel ganó de nuevo.

Llegó el día en que en la hermosa rambla que escucha los latidos del Hum, me apilé al lado de Leonel; me hacía arrancar 300 metros adelante, como punto de referencia para sus fantásticos sprints, y yo feliz como muy pocas veces lo pude volver a estar, lo veía pasar a mi lado como la saeta que fue...

1965. El sábado pasado estaba en una peluquería con otro mercedario, que me dijo: "murió Leonel". Nada más. Para nosotros hubo uno solo. Los demás necesitarán apellido. Yo quise ser como Leonel. Me refugio en los recuerdos y tal vez recién comprenda que mis sueños eran sólo eso. Jamás hubiese podido ser como él, porque él nació para ser crack. Sin embargo, hoy la vida me dio un hijo que lleva su nombre y una lágrima que va cayendo lentamente sobre esa misma vida del 38 al 65 y que se extiende, estoy seguro, por todo Mercedes...

* Amigo y admirador

de Leonel Rocca

Lo mejor del mundo

Análisis

Luego de disputados los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres, el caracterizado crítico de ciclismo

del diario deportivo

italiano "La Gazzetta

dello Sport", Giovanni Bollini, hizo un análisis técnico del campo

amateur y definió a

Leonel Rocca como "uno de los 4 mejores velocistas del mundo".

Un embajador

ROMA

Estando en Roma, durante los Juegos Olímpicos de 1960, Rocca invitó a 3 de los ciclistas que integraban el equipo de Uruguay a ir a correr la Vuelta de la Juventud en México.

GRATIS

Ruben Etchebarne, Juan José Timón y Rodolfo Rodino viajaron gratis, en el mismo avión que la delegación mexicana, y fue precisamente el primero de ellos —otro mercedario del Atenas— quien ganó la importante competencia.

PUERTA

Aquel brillante desempeño de Etchebarne, Timón y Rodino, abrió la puerta para que otros ciclistas uruguayos tuvieran luego la ocasión de participar en la carrera.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad