Aún queda la mitad del 2004 pero en lo que hace al rock nacional, Amanecer búho se ubica con holgura entre los mejores trabajos del año. El CD condensa en 45 minutos las virtudes del grupo como ninguno de los anteriores —Aire rico y Dendritas contra el bicho feo— lo había hecho.
El nuevo álbum tal vez pueda percibirse como el resultado de un fructífero y agitado proceso desarrollado en los últimos tres años. Un trayecto que incluyó, por ejemplo, excelentes conciertos. El que firma recuerda la notable performance de la banda en el Teatro de Verano antes de Los Piojos (en setiembre del 2002) y también un compacto y potente concierto en la fiesta de fin de rodaje de la película Whisky, el año pasado.
Además, los guitarristas Marcelo Fernández y Gustavo Antuña viajaron a España junto al violinista Jorge Rodríguez para, como Ojos del Cielo, presentarse en el Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, y musicalizar, en vivo, Las tres luces de Fritz Lang. Durante ese período, el grupo cambió además de integración más de una vez: el bajista Alvaro Garrigós fue sustituido por Alejandro Itte y José Nozar reemplazó hace poco en la batería a Laura Gutman, quien se retiró de Buenos Muchachos luego de concluida la gestación de Amanecer búho.
El álbum reafirma al grupo en el lugar que éste se ha trazado para sí en el rock nacional. En ese espacio confluyen influencias artísticas como Nick Cave, el cine "bizarro" e independiente, Charles Bukowski, PJ Harvey, el desaparecido boliche Juntacadáveres, Nirvana y Radiohead, por solo nombrar algunos. Más allá de esa declaración da pertenencia, Amanecer búho da cuenta de un grupo que todo lo hace mejor.
Las arenosas cuerdas vocales de Pedro Dalton han adquirido una notable expresividad y protagonismo. A lo largo del disco, Dalton entrega momentos memorables, como en Partes del campo (parte 2), Ja, ja, je, je y Pavimento del buen muchacho. Se podrían citar varios más, pero sería poco preciso resaltar el desempeño individual. Amanecer búho posee un fuerte espíritu colectivo y a las interpretaciones de Dalton se le suman las desquiciadas y también tersas guitarras, una sección rítmica tan contundente como elaborada y el aporte del co-productor artístico Gastón Ackerman, quien además ejecuta unos acertados solos de trompeta en un par de temas. Tal vez los espectrales coros hacia el final de Under the tilo’s tree sea la mejor síntesis de ese espíritu, con todos los Buenos Muchachos cantando juntos.
Esa unión entre oficio e inspiración arroja un disco fascinante y multifacético, con melodías magistrales y letras actúan como disparadores mentales de imágenes desconcertantes y poderosas. O sea, uno de los discos del año del rock uruguayo.
CRITICA I FABIAN MURO
AMANECER BUHO
Autores. B. M., Pablo Sónico, etc.
Producción. Gastón Ackerman, B.M.
l Edita. Bizarro