MÁS QUE UN PASATIEMPO
Una moda que comenzó en Japón y hoy recorre el mundo. Un atuendo puede llegar a costar miles de dólares, aunque hay opciones para todos los bolsillos y prendas de segunda mano.
Ana Lucía se define como una “Lolita fashion lover” y disfruta las horas que pasa pensando en sus atuendos y logrando looks que parecen salidos de un set de película. Polleras, blusas, pelucas, maquillaje, lentes de contacto, accesorios, zapatos: todo está detalladamente cuidado y acorde a esta moda alternativa japonesa conocida como estilo Lolita.
Lograr uno de sus looks puede llevar hasta dos horas. La producción puede ser para una salida con amigas, un cumpleaños, evento, o puertas adentro, para vestirse en su casa y aprovechar a tomar fotos o videos para su blog o redes sociales.
Este estilo, que hoy se puede ver en todas partes del mundo, surgió a principios de la década de 1980 en el barrio japonés de Harajuku. “Fue un movimiento que inicialmente se revelaba contra la sexualización de la mujer. La idea era empoderar la imagen de la feminidad, de lo lindo. Hoy es más una corriente estética. Se identifica principalmente por su falda acampanada e inspiración en la época victoriana y estilo rococó”, explicó a El País Ana Lucía (en Instagram @lulaslullaby), una uruguaya de 30 años oriunda de Maldonado, que hoy trabaja en Montevideo haciendo auditorías de calidad y que en su tiempo libre disfruta del proceso de vestirse con la moda Lolita.
Si bien la manera de llevar este atuendo se adapta el estilo y gusto de cada persona, pudiendo tener menos o más nivel de producción, la estética del estilo Lolita se basa en una falda acampanada hasta las rodillas, camisa y zapatos acordes.

“Hay muchas maneras de llevar el Lolita, puede ser más casual o más OTT, over the top, como decimos nosotros. Personalmente me gusta el lado más producido y es con el que más me siento cómoda. Mucho maquillaje, pestañas postizas, lentes de contacto, pelucas, muchos accesorios”, contó Ana Lucía.
En cuanto a precios, estos varían de una prenda a otra y de cada marca, pero las opciones son amplias. Un vestido puede ir desde los US$ 50 hasta los US$ 3.000. En promedio, según Ana Lucía, rondan entre los US$ 150 y US$ 350”. También hay tiendas de segunda mano exclusivas de prendas Lolita.

“El vestido más barato me salió solo US$ 7 porque lo compré con descuento. Un vestido de marca japonesa de segunda mano puede estar entre los US$ 60 y US$ 100, pero directo de la tienda ya sube a US$ 250 o US$ 300”, agregó Karen (en Instagram @pixel_ruffles), otra uruguaya amante de este estilo, de 31 años y que es madre de una niña de 8 quien también adora vestirse así.
Un estilo que despierta curiosidad.
Ana Lucía opinó que es una moda de la que se sabe poco porque es de nicho. “No es algo que puedas ir al shopping y conseguir ropa Lolita. Es llamativa y las confusiones son inevitables”, dijo.
Quienes la visten públicamente están acostumbrados a todo tipo de comentarios y preguntas. Relató esta anécdota: “Lo más descolocante que me pasó fue estar en una cafetería con amigas, todas vestidas de Lolita, y se nos acercan unas señoras muy amables a preguntarnos qué hacíamos. Les explicamos y una de ellas, de la nada, nos pregunta ‘¿son terraplanistas?’, creo que se podrán imaginar nuestras caras”.

Karen coincide con Ana Lucía en que “el uruguayo promedio no tiene idea de que se trata. De todos modos, hay mucha gente que está en el ambiente de la cultura japonesa que tampoco conoce de esta moda, muchos la confunden con el cosplay ya que hay personajes de animé que se visten igual o muy parecido. Este es un hobby muy de nicho”.
Carla, uruguaya de 25 años también amante de este estilo, considera que “recién ahora la gente joven más que nada está abriendo el paso a las modas alternativas o más experimentales, por más que el Lolita no forme parte de esta categoría y sea mucho más llamativo, pero definitivamente a Uruguay le falta mucho más de conocimiento, sobre todo le falta el estar abierto y dispuesto a ver algo que quizás nunca viste o usarías y que eso no te genere rechazo”.

Carla comentó que “separa” a la gente “entre los que son amables y los que no, entre las personas que te sacan fotos a escondidas o te grita cosas en la calle a los que vienen educadamente y esperan a lo que sea que estés haciendo para saber de qué se trata”.
La comunidad uruguaya de moda Lolita es The tea saloon. En su sitio web y también en el blog de Ana Lucía, llamado Lula´s Lullaby hay más información sobre este estilo.
Una forma de salir de lo cotidiano y empoderarse.
Vestir el estilo Lolita para estas uruguayas “es una escapada de la rutina, es romper un poco con los esquemas del día a día”, sostuvo Ana Lucía. “Esto es algo que hago por mí misma y para mí misma, y es una puerta a mi lado creativo”, añadió.
Para la moda Lolita no hay edad ni género. “Una de las referentes mundiales más grandes es Misako Aoki, ella tiene 37 años y no planea dejar de vestirla”, contóla uruguaya.
Por su parte, Carla señaló que “para nada hay edad específica o limitante”, aunque explicó que, “por lo general, la comunidad ya cuenta con mayoría de edad debido a que tienen trabajo y puede ser más sencillo costear la vestimenta”.
En su caso, este estilo es “mucho más que solo la ropa”. Es una experiencia que siempre es positiva y que relaciona con las cosas buenas que le ha dado, como las amistades con quienes comparte el gusto. “Me aporta mucha fuerza y empoderamiento al salir a la calle, me siento mucho más segura de mí misma saliendo de Lolita que con cualquier otra prenda”, detalló.
Para Karen, es sobre todo “una manera de salir de lo cotidiano y de lo aburrido, pero además es una manera de conectar con mi hija y tener más cosas en común para disfrutar”.