En el marco del año de la seguridad vial, Calidad de Vida abordó este martes cuáles son las 5 condiciones adversas que ocasionan los siniestros de tránsito.
El máster en seguridad vial Walter Piquinela indicó que los conductores pueden cometer errores normalmente, pero que más allá de eso hay cinco condiciones adversas que dependen del ambiente o el entorno y que son cambiantes.
La primera es el estado del vehículo, que tiene que estar lo mejor mantenido posible y tener los mejores dispositivos de seguridad que se pueda. En este sentido, un punto destacado es el cinturón de seguridad, que debe estar abrochado en todos los pasajeros.
"El cinturón tiene una gran función, que es la de evitar golpearnos dentro del auto en caso de choque. En caso de un choque de 45 km/h hay que multiplicar por 28 nuestro peso. Una persona de 100 kilos se daría contra el volante con una fuerza de 2.800 kilos", explicó Piquinela.
La segunda condición adversa es la iluminación en general, tanto en el día como en la noche. El experto resaltó la importancia de este factor en ruta, donde los autos suelen encandilarse y eso aumenta el riesgo de un choque de frente, que es de los más graves.
La tercera es el clima. "Nosotros venimos conduciendo tranquilamente, aparece la lluvia, se oscurece y tenemos que cambiar nuestro estilo de conducción", dijo Piquinela y destacó que las precipitaciones provocan una cantidad enorme de accidentes por el "hidroplaneamiento".
Los productores de los neumáticos más modernos indican que en un día de lluvia, a más de 70 km/h ya hay riesgo de pérdida de adherencia, alertó Piquinela. "La técnica para prevenir es: los días de lluvia hay que bajar la velocidad", enfatizó.
La cuarta condición adversa es la calidad de la carretera. Ya sea una calle con baches o una ruta, los conductores deben neutralizar los peligros que se presentan y adecuarse a esa circunstancia compleja.
Y la quinta condición es la conducción en las ciudades, que hoy en día en todo el mundo están congestionadas de vehículos. "Tenemos que munirnos de paciencia y conducir en forma lenta. Por suerte están hoy en día los radares que no nos permiten ir a más de 45 km/h, porque nos hacen ir a una velocidad en la que no hay estrés", agregó el experto.