Gregorio Iraola: “Estamos en un momento de incertidumbre por la nueva cepa ómicron”

Ciencia

El científico uruguayo Gregorio Iraola fue destacado dentro de la red de Institutos Pasteur como uno de los talentos del año. El Talent Award está dirigido a jóvenes que forman parte de la organización y fue elegido en el marco de la reunión número 53 de directores de todos los institutos que existen a nivel global.

Tras ser destacado, Iraola conversó con El País sobre la distinción, su trabajo y el camino que tomó la pandemia en las últimos días.

—¿Qué destaca el premio que recibió?
— Se premia la labor científica en un sentido amplio y no específicamente o dirigido a alguna área, promueve el trabajo y los resultados que los científicos que trabajan en las redes del Pasteur y lo eligen en una reunión de directores que se hace cada año en París, aunque en esta edición fue virtual.

— ¿Cuál fue el proyecto que destacó este año?
— Latinbiota es un consorcio que creé y dirijo desde el año 2019, que busca comprender la variabilidad y la influencia de la microbiota intestinal humana en Latinoamérica.

— ¿Qué es la microbiota?
— Es el conjunto de microbios, tanto bacterias, virus y otros microorganismos como hongos, que forman parte de nuestro cuerpo. Desde la piel, hasta la boca o el intestino, están cubiertos por estos microbios que son beneficiosos para la salud y, también, permiten que el cuerpo humano funcione correctamente y es una simbiosis. Esto se empezó a descubrir hace relativamente poco tiempo y se descubrió que su desbalance — deterioro o modificación en esos millones de microbios— provoca problemas de salud o enfermedades, más concretamente cuando está desbalanceada. El gran tema es que en Latinoamérica no conocemos esos patrones de variación normal y el objetivo e interés es conocerlos, porque no son los mismos que donde sí hay información como países más desarrollados y del hemisferio norte.

— Hablando de salud, ¿en qué etapa de la pandemia estamos?
—Estamos en un momento de incertidumbre por la aparición de la nueva cepa ómicron. Aún no se sabe demasiado acerca de ella, como tampoco se sabía demasiado cuando apareció Delta y todo el mundo hablaba de Delta. En este caso, la aparición de una nueva cepa, potencialmente peligrosa, puede alterar lo que uno esperaba de un desarrollo de la pandemia a mediano plazo. De hecho ya lo está alterando en Europa y en otros países ya se están implementando medidas de cierre de fronteras, lo que implica un retroceso en el camino a la normalidad. Acá hay dos claves, por un lado lo que determinará la peligrosidad de esta nueva cepa serán los resultados que se obtengan en pocos días. Cuando tengamos esos datos a nivel internacional podremos interpretar un poco mejor cuál será el futuro y cómo se comportan las vacunas. Si siguen funcionando, yo creo que será una cepa más, como Delta que sigue causando brotes, pero no el nivel de problemas que ocasionaría la aparición de una cepa o la confirmación de que esta nueva tiene un poder incrementado de escapar de la protección de las vacunas. Ese es un tema que resolveremos en poco tiempo en función de la efectividad de las vacunas contra ómicron. Desde el punto de vista más de salud global, esta aparición de ómicron es un ejemplo de lo que seguramente seguirá pasando si tenemos una distribución tan desigual de las vacunas a nivel mundial. Lo que Uruguay logró es extraordinario, pero hay otras regiones en el mundo que por razones políticas o económicas no logran llegar a niveles de vacunación suficiente como para proteger a su población. Esos niveles son los que dan las condiciones para que sigan apareciendo cepas y brotes, porque generan condiciones biológicas propicias para la evolución del virus. Entonces esos son como dos problemas distintos pero relacionados y son los que determinarán la evolución de la pandemia.

—¿Por qué se habla de que podría ser una cepa más peligrosa?
— Son varias cosas. Una de ellas es la habilidad de escapar a la protección del sistema inmune que generan las vacunas. El otro problema puede ser la gravedad de la enfermedad que producen. Son dos cosas que pueden estar relacionadas. Podría llegar a pasar que una cepa nueva en vez de causar síntomas, como los que veníamos viendo, tenga un cambio en su biología que haga que las personas que se infectan tengan otros u otro tipo de desarrollo y presentación clínica, y que se necesite otro tratamiento u herramientas diferentes.

—¿Cómo ve el rol de la ciencia de cara al futuro?
— En el caso mío y del grupo en el cual trabajamos, seguirá siendo ante la aparición de nuevas cepas el de aportar información acerca de su circulación y confirmar, si las variantes llegan y se diseminan. Así como el trabajo de vigilancia genómica que venimos haciendo ya desde hace un año. Realmente la aparición de esta nueva cepa es un golpe a nivel mundial porque afectó hasta las bolsas de valores a nivel internacionales; esto pone un poco en jaque de nuevo todo lo que se había avanzado en cuanto a abrir de nuevo la sociedad, la economía, así que veremos qué es lo que pasa.