COVID-19

Si su rutina incluye todavía estar al volante o en el asiento del acompañante en vehículos (autos particulares, taxímetros, ómnibus o ambulancias) es posible que se pregunte cuál es la mejor manera de protegerse de la pandemia del COVID-19.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el SARS-CO2 puede vivir en una superficie sólida hasta cuatro días y un vehículo está lleno de ellas: manijas, palanca de cambios, perillas, cinturones de seguridad, asientos y muchas más.

Un estudio realizado por el National Center for Biotechnology Information (NCBI) de Estados Unidos determinó que más 700 variedades diferentes de bacterias podrían estar viviendo en un automóvil en cualquier momento. Y un estornudo o toser con la boca descubierta son suficientes para esparcir las microgotas que pueden propagar cualquier infección; en concreto, el nuevo coronavirus puede detectarse tres horas en el aire.

La Universidad de Princeton agrega un día más que los CDC: el SARS-CO2 puede permanecer hasta cinco días en el interior del auto, pero depende de la temperatura, la humedad y el material; pero, en general, el habitáculo de un vehículo es propenso a conservar el virus por más tiempo.

Por ejemplo, en elementos de plástico y acero inoxidable vive hasta por tres días; en tanto, en aluminio lo hace entre dos y ocho horas a una temperatura ambiental de 21 grados; en madera y vidrios, hasta cuatro días; y en metal, hasta cinco días.

La buena noticia es que mantener el interior de su automóvil libre de virus dañinos y otros elementos no deseados es simple si sigue algunas pautas. Y el primer producto que hay que usar es el que se tiene en casa: el jabón.

Sus manos tocan muchas cosas todos los días y los gérmenes que usted y sus pasajeros llevan consigo son transferidos a su automóvil.

Según el NCBI, el volante de un vehículo tiene cuatro veces más bacterias que el asiento del inodoro. Todo parece más sucio que el asiento del inodoro porque la mayoría de las personas lo higienizan con más frecuencia que otros objetos.

El estudio encontró que solo el 32% de los propietarios de autos los limpian y desinfectan de forma regular.

De hecho, el volante posee, en promedio, 624 CFU (bacterias por centímetro cuadrado), mientras que el wáter tiene 172. Incluso es más sucio que los botones de un ascensor (313 CFU) y la pantalla de un celular (100 CFU).
El estudio del NCBI completa que el posavasos tiene 506 CFU; el cinturón de seguridad, 403; la manija de la puerta, 256; la palanca de cambios, 115; y la perilla del volumen de la radio, 99 CFU, en promedio.

Entonces, lo primero que hay que usar es jabón o alcohol en gel antes de entrar al auto. Estos también pueden ser pasados por todas las superficies.
Al igual que con el lavado de manos, hay que establecer otra rutina: limpiar las manijas de las puertas, el tablero de instrumentos, el volante, las palancas, los botones, las pantallas, las ventilaciones, los portavasos, la guantera y todo el resto. Para esto se puede usar un paño de microfibra. Lo que hay que evitar es el uso de productos químicos como cloro, peróxido de hidrógeno y productos a base de amoníaco, ya que dañarán el interior del vehículo.

El lavado de vidrios y el aspirado de alfombras son dos acciones complementarias a la desinfección; en particular lo último, dado que atraen gran cantidad de suciedad del exterior. Las de goma deben lavarse con agua y con jabón y deben colocarse recién cuando estén totalmente secas. Si son de tela hay que pasarles un cepillo primero y luego aspirarlas.

Para los tapizados, elija un proyecto que sea seguro para el cuero si es que los asientos son de este material; si son sintéticos, son más fáciles de desinfectar.