GUILLERMO ZAPIOLA
Es casi sin lugar a dudas la figura más importante del cine chileno. El director Silvio Caiozzi, autor de films como Julio Comienza en julio (1979), La luna en el espejo y Coronación (1999) llegó a Montevideo para presentar, en el marco del XXIII Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, su más reciente realización, Cachimba, que habrá de proyectarse mañana en Cinemateca 18.
Una vez más, Caiozzi retorna al universo creativo del escritor José Donoso, autor que ya adaptara en sus trabajos anteriores Historia de un roble solo (que hizo primero en teatro y luego en video) y Coronación. Cuando se le preguntan los motivos de esa recurrencia a la obra del gran escritor chileno, Caiozzi responde que es la consecuencia de una admiración alimentada desde edad muy temprana.
FIDELIDAD. "Donoso fue la única cosa que no odié en el liceo. Yo diría que no solamente leía a Donoso. Lo olía, me impregnaba de él", confiesa el cineasta. Demoró sin embargo en conocerlo personalmente: se encontraron por primera vez en el Festival de Huelva, España, al que Caiozzi concurrió para presentar su película Julio comienza en Julio. En el mismo festival, Donoso participaba en una mesa redonda con otros autores latinoamericanos adaptados por el cine (para entonces el mexicano Arturo Ripstein había filmado su novela El lugar sin límites). Se estableció entre ellos un primer conocimiento, y hasta manejaron la idea de llevar a la pantalla otra obra de Donoso, Este domingo, pero Caiozzi la descartó razonando que se parecía demasiado a Julio comienza en julio.
Los caminos de ambos se separaron por algún tiempo, y volvieron a unirse cuando el grupo teatral Ictus invitó a Caiozzi para poner en escena otra obra de Donoso Historia de un roble solo. El director la hizo en el escenario y luego la filmó en video (pudo vérsela en Montevideo, en una retrospectiva de su filmografía presentada por la Cinemateca).
A partir de ahí Donoso reapareció en la vida de Caiozzi y se inició una relación más permanente. Fue entonces que surgió la primera idea que, muchos años después, daría lugar al nacimiento de Cachimba. "Donoso me llamó por teléfono y me contó la historia de estos personajes", recuerda el director. Trabajaron juntos en ella, pero luego se produjo la enfermedad y finalmente la muerte de Donoso (1988), y el proyecto se postergó indefinidamente. Hubo también en el medio otra propuesta no se filmó nunca porque a último momento el productor se echó atrás.
Pasó el tiempo, el escritor falleció, Caiozzi se dedicó a hacer otras cosas (entre ellas la espléndida La luna en el espejo), y retornó a su primer amor literario en 1999 cuando filmó Coronación, basada en la novela inicial de Donoso.
ADAPTACIONES. Caiozzi disfruta jugando con los verbos: aclara que Coronación estaba "basada" en Donoso, respetando esencialmente su origen literario ("es también el primer libreto que escribí solo; nunca me he sentido un literato"), mientras que Cachimba está más bien "inspirada" en él. Aquella idea inicial discutida con el escritor se había convertido en un relato, Naturaleza muerta con cachimba, y cuando finalmente Caiozzi se largó a filmarla introdujo bastantes cambios: más personajes, un final diferente.
Para el director se trató, de acuerdo a sus propias palabras, de "un lindo desafío": contar en clave de comedia ácida el Chile posterior a Pinochet. Caiozzi remarca: "Fue un trabajo lindo que salió rápido". Se lo nota satisfecho por el resultado, que en Chile tuvo una buena repercusión pública y crítica "mediática" menos entusiasta. Lo mismo había ocurrido con Coronación, que debe ser la mejor película chilena de los años noventa pero a la cual toda una vertiente "tecnocrática" de la industria cinematográfica de su país (y algunos críticos cómplices) le han reprochado "no cumplir con lo que pide el mercado internacional". No es una película sobre asesinos seriales, claro.
Caiozzi se declara bastante satisfecho por la reciente Ley de Cine, aprobada por unanimidad por el Parlamento chileno, y que a su juicio constituye un buen impulso para la producción nacional. Es más vago cuando se le pregunta sobre próximos proyectos: "Siempre tengo ideas que me dan vuelta en la cabeza, pero es probable que termine haciendo cualquier otra cosa".
Al rescate de un artista desconocido
Cachimba, el film de Silvio Caiozzi que se exhibe mañana en Cinemateca 18, maneja en un tono de comedia irónica y delirante, el único momento importante en la vida de un insignificante empleado de banco. Su única obsesión es tener una relación sexual sin prejuicios ni inhibiciones con su regordeta e ingenua novia. Logra convencerla de pasar un fin de semana en un balneario en invierno, en una vetusta casona a punto de derrumbarse donde encontrará una colección de cuadros de dudoso valor, al parecer la obra de un desconocido pintor chileno que habría tenido cierto éxito en París en los años 30.
Las "obras de arte" en cuestión están al cuidado de un viejo huraño, alcohólico y vulgar que en su juventud fuera ayudante del "maestro". El protagonista y su novia sienten que deben asumir la misión de rescatar lo que consideran un tesoro artístico, dejándolo como legado para la nación o la humanidad. Cual nuevo Quijote latinoamericano, nuestro héroe vivirá aventuras y desventuras, enfrentando oscuros intereses de gente que (medios de comunicación mediante) descubre de pronto un valor pecuniario en esa obra olvidada. El asunto conocerá todavía algún giro sorprendente.
El resultado puede parecer un cambio de tono en la trayectoria de Caiozzi, quien continúa retratando las frustraciones vitales de sus compatriotas. Lo hace en una clave romántica, sentimental, a veces grotesca, disparatada y surrealista. La crítica internacional ha señalando que, volviendo al universo de José Donoso, Caiozzi revela una clara madurez expresiva, al mismo tiempo que introduce en su obra una cuota de optimismo que no siempre figurara en sus trabajos previos. Como lo señalara una crónica en El País de Madrid, el film "retrata en tono de comedia tanto el significado de la lucha por los ideales en una sociedad, como el papel de los medios en la cultura".