TELEVISIÓN

nicolás lauber

Pasan unos minutos de las 18.00 y sobre el escenario de la sala teatro del Movie, un equipo termina el armado de unas barras paralelas que, una vez instaladas, serán probadas por tres adolescentes que se encargarán de demostrar que todo está en orden. Es un helado 9 de junio, falta una hora para que se prendan las cámaras y unas 40 personas entre técnicos, sonidistas y producción afinan los detalles antes de iniciar el último día de rodaje. Del otro lado, en el complejo Movie, más de 200 personas esperan entrar a sala. No hacen fila para ver una película Marvel ni otro éxito comercial, sino para presenciar las audiciones de Got Talent, el programa de talentos de Canal 10 que mañana a las 21.30 estrenará su tercera temporada.

Son 200 personas que tuvieron que registrarse vía web y esperar el mensaje que confirmaba su lugar; las localidades, sin costo, se agotaron en pocas horas. Son 200 personas a las que, antes de entrar, se les pide que no usen sus celulares ni saquen fotos o videos mientras se graba; y que para enviar mensajes esperen al momento de las pausas. “No queda bien que estén mirando la pantalla en vez de a los participantes”, avisan desde la producción.

Algunos de los concurrentes piden para estar cerca de los jurados, y otros van al fondo de la sala. Hay grupos con niños chicos, familiares de participantes y curiosos que quieren saber, desde adentro, cómo se hace un éxito. Presenciar las audiciones es un buen plan para estar calentito en un día como este y, además, permite entretenerse por algunas horas.

Y aunque lo que Got Talent muestra en pantalla es la entrada de los participantes, la actuación y la devolución de los jurados, en esta filmación hay todo un espectáculo aparte. Antes de comenzar a grabar, algunas personas del público pasan al frente para cantar y animar la previa. También bromean con un “doble” de Orlando Petinatti, hacen chistes, y el ambiente se prepara para la función.

Cuando llega la conductora Natalia Oreiro y los jurados Claudia Fernández, Agustín Casanova, María Noel Riccetto y Petinatti, todos aplauden y la fiesta queda lista para empezar. Se vienen unas seis horas de rodaje, y la emoción no decae.

A modo de adelanto, para esta temporada se podrá esperar más interacción de los jurados, especialmente de Petinatti, con la audiencia. Durante las pausas, los chistes van y vienen entre su mesa y la platea.

“Los extrañé tanto que este año mi objetivo también es interactuar con el público como nunca antes lo habíamos hecho”, dice más tarde Petinatti, que charla con El País una vez finalizada la grabación.

“Me siento muy cercano a ellos y siento esa complicidad que tienen conmigo, quizá por el personaje o porque me siguen en la radio desde hace un montón de años y conocen las reglas del juego. Trato de que el público participe activamente, y que el talento también disfrute de eso”.

“Siempre es gratificante que haya público”, comenta Claudia Fernández. “Más allá de nuestras devoluciones, para el que viene a actuar, encontrarse con un teatro lleno y sentirse ovacionado, sin dudas que hace la diferencia”. “Cuando todo era en silencio era horrible, porque venían a cantar y nadie aplaudía. Ahora siento que hay más energía”, agrega Agustín Casanova, un hombre de escenarios.

Pasada la medianoche, y luego de la última audición de este 9 de junio, algunos curiosos piden fotos a los jurados, y mientras los últimos concurrentes vacían la sala, los jurados hablan con El País.

Petinatti asegura que disfruta de ser él mismo en Got Talent. “Busco ser auténtico, original y divertirme para poder divertir”, dice. “Más allá de mi rol como ‘jurado exigente’, este año la gente se encontrará con momentos muy sorprendentes y extremadamente divertidos”.

Para María Noel Riccetto, que Got Talent sea un programa familiar “le da exposición al talento y la posibilidad de crecimiento dentro del género que haya elegido mostrarnos”. También adelanta que a la hora de elegir su Botón Dorado, ese que permite que alguien pase de la audición a instancias definitorias del ciclo, busca disfrutar y que lo que ve le llegue al alma. “Busco entretenimiento con potencial de crecimiento”, resume.

Fernández, más allá del talento, destaca eso que tiene un formato como este, que ya fue conquistado por el marinero cantante lírico Diego Coronel, y por el niño acordeonista Enzo Castro: la novedad constante, el no saber qué pasará en la siguiente audición. “Me gusta que además de hacerme vibrar, me sorprendan, y esta temporada viene con muy lindas sorpresas”, avisa.

Petinatti coincide. “Los talentos siempre nos sorprenden. Nosotros no conocemos nada del participante y lo descubrimos junto al público, por lo que la sorpresa es genuina. Más allá de eso, este año hay talento que sorprenderá desde diferentes expresiones artísticas, y eso es lo bueno”, dice.

Fernández, Petinatti, Riccetto y Casanova, los jurados originales de Got Talent Uruguay, conversan entre ellos luego de cada actuación. Eso, en los rodajes, también es registrado.

Este 9 de junio helado pasan, por el escenario del Movie, unos 20 participantes de distintas partes del país. A algunos les va muy bien y otros no terminan su audición, ya que los jurados presionan sus botones rojos y frenan, así, la continuidad en el certamen. Esa rutina, que durante dos semanas y con distintas caras se repitió día tras día entre alegrías y talentos, es lo que se empezará a ver mañana en Canal 10, una vez que se ponga a andar la nueva temporada de Got Talent Uruguay.