Por Nicolás Lauber
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Volvió a Uruguay por unos días, pero ya se regresa a Argentina, donde vive hace más de un año. Annasofía Facello —quien comenzó como productora, pasó frente a las cámaras en programas como Lo sabe o no lo sabe, Escape perfecto, y condujo los realities Brew Master de Canal 10 y la primera temporada de Bake Off Uruguay de Canal 4— está ansiosa. Dice que es su estado natural.
Motivos tiene de sobra: después de un año de trabajo en Buenos Aires, hoy se estrena Tierra de amor y venganza, la telenovela que produce Adrián Suar y que en Uruguay irá por Canal 4 de lunes a viernes a las 22.30.
“Hay que ser perseverante con los sueños y con lo que uno quiere hacer”, dice Facello, para quien el estreno de la novela representa el resultado de meses de trabajo.
“Las jornadas empezaban temprano a la mañana y terminaban tarde, pero dependían de las escenas que tuviera”, le cuenta a El País. “Pol-Ka tiene estudios enormes y una tremenda producción. Aprendí mucho porque nunca había hecho una tira, y ellos están muy aceitados. Fue una gran escuela grabar en esa dinámica tan ágil y eficiente”.

—¿Cómo fue tomar la decisión de instalarte en Argentina?
—Me gusta tomar riesgos y apostar a lo que siempre quise hacer, que es la actuación. Allá surgió la oportunidad de hacer un casting para Los protectores y Tierra de amor y venganza, y tuve la suerte de quedar en ambas ficciones, así que estoy muy contenta y agradecida con Pol-Ka y toda la gente con la que trabajé. También con mi familia que siempre me apoya, y a mis amigas. Me considero una privilegiada y estoy muy feliz de haber sido lo suficientemente valiente como para dejar todo acá e ir a probar suerte allá. Creo que no hay peor fracaso que no intentarlo.
—¿Sentías que en Uruguay ya habías alcanzado un techo?
—No sé. Si bien en Uruguay se hacen producciones, y con la pandemia se hicieron muchos servicios para el extranjero, convengamos que dedicarse al arte al 100 por ciento es muy difícil. Además, Uruguay no tiene una industria. Entonces, para mí, el haber cruzado el charco está buenísimo y es una gran oportunidad. Por eso me siento una bendecida de haber podido trabajar, considerando que cada vez se hacen menos ficciones en Argentina, y crece la cantidad de actores y actrices que les gustaría hacerlo.
—¿Tuviste que pagar un precio por ser forastera?
—No porque nos aman a los uruguayos. Por el contrario: me encontré con mucho cariño. Fui muy bien recibida. También me encontré con gente, como Natalia Oreiro, a quien siempre le agradezco, porque me ayudó mucho cuando me mudé. Le estoy eternamente agradecida.
—Tu personaje en la telenovela se llama Fabiana. ¿Qué podés adelantar de la historia?
—Se llama Fabiana Prado y entra un poco después de empezada. No puedo decir mucho, pero adelanto que se mueve en distintos universos porque en la trama hay historias paralelas. Está ambientada a inicios de 1980, en los primeros años de la democracia y abarca temas tan distintos como el surgimiento del sida, el teatro de revista y los desaparecidos. Mi personaje se mueve en esos lados. Además tiene bastante picardía y es divertida. Disfruté mucho de interpretarla.

—Así que le das un poco de humor al drama.
—Esta telenovela tiene de todo: drama y comedia. Mi personaje no es muy dramático, así que le aporto un poco de humor.
—Cuando te seleccionaron para estas ficciones, se te vinculó sentimentalmente con Adrián Suar. ¿Qué hubo de cierto?
—Nada. El medio que dio eso después tuvo que desmentirlo. Yo no me puedo hacer cargo de lo que inventa la gente, y a la prensa le gusta inventar romances. Yo trabajé en Los protectores y lo único que hice fue subir una foto del final del rodaje, nada más. Lo que tengo en claro es que estoy trabajando y que siempre fui y seré profesional. Además, si hubiera tenido un vínculo no lo hubiera publicado en las redes, teniendo en cuenta que nunca en mi vida publiqué nada de mi vida privada, ni cuando estaba casada. Así que eso no me quita el sueño.
—¿Tenés la idea de quedarte a vivir en Argentina?
—Yo voy hacia donde esté el trabajo, me muevo así. Voy a hacer una obra de teatro, Sushi Love, en Montevideo que estrenamos en junio en Magnolio Sala. La dirige Diego Beares y actúo junto a Matías Desiderio, que es un actor argentino. Es una comedia entretenida que habla del amor, el desamor, las parejas, el divorcio y todos esos cuestionamientos. Esa obra la voy a hacer en Montevideo y después me voy a Argentina porque tal vez hacemos alguna función alllá. Siempre estoy armando y buscando nuevos proyectos.
—¿Sushi Love es la primera obra de teatro que vas a hacer en Uruguay?
—Había participado en algunas obras, pero esta es la primera vez que soy protagonista. Está buenísimo porque me encantan los desafíos.
—¿Cómo manejás la incertidumbre del trabajo con tu ansiedad?
—Soy reansiosa y lo padezco. Soy ansiosa, inquieta, hiperactiva y me gusta mucho trabajar. La ansiedad me viene cuando no estoy trabajando. Siempre estoy activa buscando nuevas cosas o proyectos, y no me tomo mucho relax. El trabajo del actor es zafral, así que de relax, ya está. Quiero trabajar.