Anita Martínez habla de maternidad, el amor al teatro y cómo le afectó la pandemia

Anita Martínez

ENTREVISTA

Hoy y mañana se presenta en el Teatro Metro con "Madres", en la que comparte elenco con Sabrina Garciarena, Laura Conforte y Viviana Puerta

Anita Martínez suena, del otro lado del teléfono, tal como uno se la imagina: simpatíquisima y charlatana. Está contenta con que Madres, la obra que está presentando en la calle Corrientes porteña llegue a Uruguay, un lugar al que ha traido varios espectáculos y al que dice adorar.

Madres es una comedia en la que un grupo de mujeres comparten en un baby shower su experiencia con la maternidad. El elenco lo completan Sabrina Garciarena, Laura Conforte y Viviana Puerta. Estará en el Teatro Metro hoy y mañana con entradas en Abitab que van de 1.100 a 2.600 pesos.

Este es un resumen de la charla de Martínez con El País.

—Siempre está en proyectos, trabajando. ¿Cómo le afectó la pandemia?

—Fue muy duro para mi. En todo sentido (económico, espiritual) me es muy difícil estar sin trabajar. Soy una mina muy acostumbrada a generar cosas, así que estar encerrada sin laburar me mató. Pero ahora todo me da felicidad, hasta levantarme a la mañana. Todo me parece hermoso. Acá estamos. No me quiero quejar más.

—Es un montón de cosas (bailarina, cantante, actriz), ¿dónde se siente más cómoda?

—En el teatro. El otro día estaba dedicándole un regalo a una amiga que es dueña de una sala y le puse “la magia del teatro es acercar personas”. Con el yoga me pasa algo parecido: voy descubriendo un montón de cosas lindas todo el tiempo. Esa empatía es increíble. El teatro tiene ese puente tan maravilloso con la gente que es inexplicable, como algo alquímico. Es una sumatoria de cosas, un acto de fe: voy a trabajar porque sé que hay alguien del otro lado y alguien paga la entrada para verlo. Es una apuesta. Todos los días agradezco que sea algo tan alucinante.

—Es que el teatro es una experiencia única...

—Sí. Un instante irrepetible que dura lo que la función. Los productores me decían de hacer cosas por streaming y yo casi me muero: era un programa de televisión y yo necesito a la gente. El teatro es irremplazable aun así de efímero.

—Y el teatro salió fortalecido de la pandemia...

—Antes de la pandemia sentía que la actividad teatral estaba un poco resentida y ahora por Corrientes hay salas, salitas y un montón de gente. Corrientes está encendida.

—¿Y cómo ve el público?

—Se está volcando más a la risa. Hay muchas cosas con el stand up que está tan de moda. La gente tiene ganas de reírse pero todo el teatro funciona.

—Madres tiene mucho humor...

Madres está en un lugar que no sentía que estaba ocupado. La maternidad es algo de lo que hablamos mucho pero no había visto un registro teatral sobre eso. Y además es con mucho humor y no tomándose la maternidad a la antigua aquella de la mamita tradicional que no le pasa nada. Acá entramos en todos esos altibajos que conocés cuando la ejercés. Es lo más divertido de la obra. La excusa es esa. Y hay canciones para contar las historias de estas cuatro amigas.

-¿Qué tipo de madre le tocó interpretar?

—Soy una abogada que las ama a sus mellicitas pero no se las banca mucho. Le gusta mucho trabajar y no es la madre tradicional preocupada por todo, delega mucho. Y representa un tipo de mamá que labura y no engancha con toda la rosca que tenemos otras. Para que tengas una idea yo a mi hijo le di teta hasta los tres años. Ella no es así y mi personaje empieza a barrer esa culpabilidad que siempre tiene la madre. Y ponerla en un lugar de que sos mamá y si no querés darle la teta no va a pasar nada.

—¿Vos eras culposa?

—Sí pero la obra tiene la mirada de que es un hecho de la vida que no hay que vivir angustiada.

—¿Cómo reacciona el público?

—Hago muchas obras de stand up con muchas teatralidades adentro. Y los comentarios me encantan porque tengo la sensación de que es muy espontáneo y a veces en mis unipersonales, esas reacciones me dejan media hora más en el escenario. Me parece hermoso. En Madres no se rompe la cuarta pared pero si alguien hace un comentario lo tomo y lo incluyo.

—¿Cómo integra a su vida y a su trabajo, la popularidad que da la televisión?

—Lo manejo con un sentido de la realidad. No me creo el personaje, ni trabajo de famosa sino que hago mi oficio. Si hay mucha exposición en algo, prefiero guardarme un poco para después volver. Por eso digo que siempre voy de nuevo porque me ayuda a encontrarme, a ser yo esta que se equivoca. No puedo ir haciéndome la espléndida porque no lo soy. Tengo una vida austera (soy bastante rata) y lejos de los flashes. No por hacerme la rebelde sino porque no lo siento. El día que yo sienta que esto es una forma de vivir, un personaje, perdí todo con lo que nací.

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