Suspenso y terror en el film "Luces del más allá"

GUILLERMO ZAPIOLA

La similitud de título advierte que "Luces del más allá", que se estrena mañana, es una secuela de "Voces del más allá", aquel "thriller" sobrenatural sobre comunicación con los espíritus que protagonizó hace algún tiempo Michael Keaton.

Keaton no actúa en esta prolongación que protagoniza el canadiense Nathan Fillion (de vasta carrera en televisión, Desperate Housewives incluida), quien interpreta a un hombre que tiene una experiencia de "casi muerte" tras el asesinato de su esposa e hijo. El hombre trata de suicidarse, falla en su intento, y al recuperarse descubre que ha adquirido un nuevo poder: la capacidad de percibir una suerte de halo o aura que rodea a las personas que están a punto de morir. Ello le da eventualmente la posibilidad de evitar algunas de esas muertes, pero todo tiene un precio: los "daños colaterales" que pueden producirse al impedir algo pueden ser más terribles que el hecho evitado.

La idea de rodar Luces del más allá surgió al parecer como un deliberado cálculo tras el éxito de taquilla de su precuela protagonizada por Keaton. Los productores se reunieron y buscaron una idea sobrenatural (o "paranormal") que pudiera funcionar como equivalente de la grabación de las voces de los muertos en esa película previa.

"Nos interesaba encontrar algo que fuera una variación natural del F.V.E. (fenómeno de la voz electrónica", ha reconocido Paul Brooks, uno de los tres productores ejecutivos junto a Scott Niemeyer y Stephen Heg-yes. Alguien sugirió que el F.V.E. abre las puertas hacia el otro mundo y que la siguiente etapa es la experiencia cercana a la muerte (E.C.M.) con su luz intensa, el túnel y las "presencias" que muchas personas declaran haber experimentado o sobre la que han escuchado. Es probablemente, como muchas otras creencias en las que se apoyan la narrativa y el cine de horror, de una leyenda urbana, pero al fin y al cabo lo que se busca no es realismo sino, más modestamente, "suspensión de la incredulidad".

Esta vez "es un poco más metafísico y menos tangible pero está muy bien documentado", sostiene al director Patrick Lussier, quien ya ha hecho una Profecía y un par de Dráculas para televisión o video con algún apoyo de Wes Craven, y que aunque reconoce que no ha tenido experiencias personales con fantasmas piensa o dice pensar que se trata e algo posible.

"Creo que las personas poseen tanta energía que no pueden desaparecer totalmente. Uno siempre cae en cuenta cuando alguien con una energía diferente o aumentada entra en una habitación, y la energía tiene que tomar alguna dirección", declara el director.

Coproducción norteamericano/canadiense escrita por Marc Venne, quien ha sido montajista y escribió algún episodio de la serie televisiva Masters of Horror (un proyecto que ha reunido a especialistas del género como Stuart Gordon, Dario Argento, Joe Dante, John Landis o John Carpenter), Luces del más allá se rodó en Vancouver, Columbia Británica. El director Lussier ha explicado: "quisimos filmar el aspecto más rudo y áspero de Vancouver y no solamente sus espectaculares palacios de vidrio".

"Al buscar sitios con arquitectura más vieja, encontramos lugares más tétricos", afirma igualmente uno de los productores. Uno de los escenarios fue el ala principal clausurada de un importante hospital psiquiátrico que actualmente se emplea sólo para filmar.

El equipo creativo de "Luces del más allá" es totalmente diferente al de su antecedente "Voces del más allá": aquí no están ni el director Geoffrey Sax, ni el guionista Niall Johnson ni el protagonista Michael Keaton. La continuidad está dada por la idea básica (vivos y muertos pueden comunicarse) y el equipo de producción, integrado por Paul Brooks, Simon Brooks, Stephen Hegyes, Scott Niemeyer, Jonathan Shore, Norm Waitt y Shawn Williamson. En esta continuación desertaron Simon Brooks y Norm Waitt, y se incorporaron Steven Schneider y Brad van Arragon, pero el resto permanece.