El director Trevor Nunn ha dicho que una notoriamente más joven y sexy Desiree era importante para su concepción de A little night music, que terminó su aclamada temporada en Londres en julio pasado antes de saltar a Broadway. Él quiso volver a las fuentes (la película de Bergman Sonrisas de una noche de verano), y allí, dice, Desiree "es una actriz maravillosamente glamorosa, a la que uno le daría unos treinta y nueve".
Nunn agrega: "Por supuesto, todo tiene sentido cuando se trata de esa edad. Ella está en el momento en que debe decidir si quiere seguir viviendo con una maleta a cuestas, o si se asienta definitivamente. Pero es también el `sex symbol` de su época. Está en todos los `posters`. Es Hedda Gabler, es la Nora de Casa de muñecas. Es una actriz que interpreta papeles donde su sensibilidad es sexual y glamorosa".
La otra cosa que Nunn conocía de Zeta-Jones, además de su glamour y su sexualidad, era su condición de (y son sus propia palabra) "una chica que danza y canta, un verdadero animal de teatro". Para muchos norteamericanos, su oscarizada actuación como la vampiresa Velma Kelly en Chicago fue una revelación, pero de hecho ella creció en el teatro musical. El estrellato cinematográfico vino después y casi por accidente. Con 22 años protagonizó la miniserie británica The Darling Buds of May, y de la noche a la mañana se volvió tan popular que, como ella misma dice riendo, "no pudo volver hacer teatro `under` nunca más".
Cuando Zeta-Jones tenía 18 o 19 años, Nunn la probó para un papel en el musical de Andrew Lloyd Webber Aspects of love. Quedó muy impresionado, pero le pareció que era un poco mayor para el personaje, y la dejó ir.
"Entonces me escribió una carta", cuenta Zeta-Jones, "en la que me decía que había hecho una prueba magnífica, pero que era demasiado linda para interpretar el papel".
Ella se ríe y agrega: "Puedo comprenderlo ahora, pe- ro entonces…" Menea la cabeza y emplea una expresión impublicable, con acento galés.