La gira mundial de Shakira continúa causando sensación. La colombiana se presentó en la Meseta de las Pirámides, donde normalmente se celebran los famosos espectáculos de luz y sonido, en un escenario con fondos variables y dos pantallas gigantes a los dos extremos.
El público no paró de moverse en un espectáculo que combinó lo árabe, lo anglosajón y lo latino, todo bajo el filtro de la cantante y compositora, a esta altura una de las pocas estrellas verdaderamente globales de la música pop.
Al cabo de una hora y media de espectáculo, la cantante se despidió de los egipcios. Sin embargo, cuando la audiencia empezó a retirarse, causó sorpresa una melodía familiar. Shakira había regresado al escenario con un nuevo traje de lentejuelas y se puso a bailar Las mil y una noches, la canción que inmortalizó la cantante egipcia Um Kolsum. Delirio total entre la gente.
El diario oficialista Al Ahram, único medio autorizado a recoger las declaraciones de la cantante, informó que Shakira "quedó impresionada" por las antigüedades egipcias al visitar ayer las Pirámides y el Esfinge. "Mi visita a Egipto me ha hecho muy feliz, especialmente porque haré un concierto en las Pirámides, lo que me hace sentir la grandeza de la civilización faraónica", dijo antes de su show.
Sin embargo, Shakira no las tiene todas consigo: una de las mayores estrellas de la música popular colombiana, Carlos Vives, salió a criticarla por la supuesta falta de elementos auténticamente colombianos en la música y la imagen proyectada por la cantante en videos y presentaciones en vivo.
El cantante y compositor de vallenato y rock dijo que le "gustaría que Shakira ahondara un poquito más en el Magdalena y no tanto en el Mississippi. Colombia, a pesar de sus problemas, es un pueblo alegre, romántico, nostálgico y sensual. Y el músico colombiano no está para hacer malas copias de música de otras partes. Colombia está para surtir al mundo de nuevas ideas musicales".
"Sin merchi por favor"
Shakira, que dio su primer concierto en la India el pasado domingo, lloró debido a la presencia de las rotundas especias en el menú típico que degustó en un restaurante de Bombay. Testigos del contacto de Shakira con la cocina india afirmaron que sus ojos se humedecieron tanto que su hermano tuvo que hablar con el gerente del local para que la comida tuviera menos de la pimienta roja "merchi".