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¿Por qué los millennials no ven "Friends"?

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Friends. Foto: difusión

CRÍTICAS

Los protagonistas de la emblemática comedia son el blanco de las críticas de una nueva generación de televidentes

En 2013, cuando Telefe decidió volver a poner al aire las repeticiones de Poné a Francella, fueron muchas las voces que señalaron que el sketch en el que un hombre adulto se enamora de la amiga adolescente de su hija estaba fuera de lugar. Ese segmento del ciclo, unos años atrás, era el más festejado por el público, pero evidentemente el tiempo pasa y lo que ayer era visto como una "picardía", un tiempo después puede ser tomado como una ofensa. Eso, a grandes rasgos, parece estar ocurriendo a nivel global con Friends.

Fue, sin dudas, el programa más exitoso de finales de los noventa y principios del 2000. Las historias de sus seis protagonistas fueron seguidas de cerca por millones de espectadores que festejaron cada una de sus ocurrencias y esperaban cada año la confirmación de una nueva temporada. Los actores que interpretaron a Mónica, Joey, Rachel, Ross, Phoebe y Chandler dejaron de ser desconocidos y se transformaron en estrellas que, durante 2004, el último año en el que se emitió el ciclo, llegaron a cobrar un millón de dólares por programa. Por eso, a la hora de agregar la emblemática serie a su catálogo, Netflix creyó que sería una de las más vistas. Sin embargo, las nuevas generaciones decidieron darle la espalda.

Según un reporte del periódico británico The Independent, la serie no encuentra nuevas audiencias dentro del Reino Unido porque los jóvenes que comenzaron a verla a través de la plataforma de contenido streaming quedan impactados por el tratamiento que se hace de determinadas situaciones relacionadas con temas de género e identidad sexual. Es por eso que algunos millennials expresaron a través de las redes sociales que encuentran al programa "sexista" y "homofóbico".

Muchos cuestionan la paranoia de Chandler (Matthew Perry) ante la posibilidad de que lo crean homosexual y los recurrentes chistes que el personaje formula sobre la condición de travesti de su padre. Otros, hacen referencia a la reacción "homofóbica" de Ross (David Schwimmer) frente la relación que Carol, su exesposa, mantiene con su nueva pareja, Susan. Si bien en su momento muchos celebraron la introducción de personajes transgénero y de una pareja consolidada de mujeres en uno de los programas más vistos, al considerarlo un avance en la visibilización de ciertas cuestiones relacionadas con la elección sexual, la mirada de las nuevas generaciones parece haberse afilado.

El personaje de Ross es, quizá, el más criticado. No sólo se señala su sexismo cuando no ve con buenos ojos que un hombre sea quien cuide a su hija Emma, sino que también se le reprocha la creencia de que leer poesía puede transformar a un heterosexual en gay y aquella escena en la que le quita a su hijo la Barbie con la que está jugando y le da a cambio un muñeco de G.I. Joe.

A Rachel (Jennifer Aniston) la acusan de haber acosado sexualmente a su asistente y sobre Joey (Matt Leblanc) pesan miles de acusaciones de machismo y sexismo. En cuanto a Mónica (Courteney Cox), se le reprocha la vergüenza con la que esconde su pasado como obesa. La única que parece zafar de las críticas es la excéntrica Phoebe (Lisa Kudrow).

Los televidentes de aquellas épocas decidieron, también, salir a dar su opinión. Para ellos, muchos de esos rasgos que hoy resultan censurables, en su momento sirvieron para destacar las inseguridades y contradicciones de los protagonistas y acentuar su imperfecta humanidad.

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